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Apunte N° VI La educación del neoliberalismo chileno por Mario Paz Secretario de Los Hijos de Mafalda

El conocimiento es el patrimonio de toda la humanidad
 En consecuencia nadie debe apropiarse del conocimiento
 A pesar de ello existe una clase social que se apropia del conocimiento
 Con el fin de dominar por medio de la ignorancia
 Pero el problema no es de quienes pretenden dominar por medio de la ignorancia
 El problema es de quienes niegan el conocimiento como una herramienta liberadora

Cuando hablamos de educación, entramos en un mundo muy amplio pero claramente definido, es así que por lo general se tiene claridad de cuales deberían ser los objetivos de la educación, por lo mismo, cualquiera puede expresar sin mayores exigencias su sentir o sus deseos de lo que nos debe entregar la educación.

Entre los actores históricos que hacen referencia a la educación, encontramos a Simón Bolívar que en 1825, establece que “la educación es el fundamento verdadero de la felicidad”. Siguiendo este sentir encontramos que algunos manifiestan que “la educación es la clave de la felicidad y del progreso de los individuos y de los pueblos”. Al mismo tiempo otros piensan que la “educación puede ser considerada indistintamente como una herramienta para construir una sociedad democrática o como un medio para adaptar y someter a los ciudadanos al orden establecidos” (1).

Claro algunas manifestaciones ideales de lo que es y deber ser la educación antes planteadas, a pesar que puedan manifestar diferencias, no están equivocadas, ya que no dejan de ser manifestaciones ideales. Pero lo entretenido de la educación, es que a pesar de las diversas visiones y sentires, está responde específicamente a las necesidades de la sociedad, que deben ser resueltas materialmente por los modelos de desarrollo económico de cada nación, por lo mismo los niveles de exigencia estarán determinados por las características económicas de un modelo en particular, el que establece que tipo de sujeto social debe ser creado. Un ejemplo de ello son las sociedades tribales, donde los sujetos que las componen, deben ser adiestrados para ser cazadores recolectores, y marginalmente en el trabajo de la tierra. En las sociedades agrícolas, los sujetos deben ser adiestrados para el trabajo de la tierra y también como pastores, además de aprender un conjunto de labores destinadas a la satisfacción de otras necesidades como la construcción de viviendas, la fabricación de ropa, calzado y enceres para el hogar.

En sociedades más complejas, como las industriales los sujetos deben pasar por un período de tiempo en instituciones especializadas en el proceso formativo, para posteriormente especializarse en un área de la producción, para posteriormente trabajar y por medio del salario participar del mercado con el fin satisfacer sus necesidades.

Con la información ya expuesta, se entiende que la educación es un proceso permanente en el tiempo, sea en el marco de la educación formal o informal. La educación formal, es la impartida en instituciones destinadas para ello, como colegios, liceos y universidades, instituciones (2) encargadas de formar a los nuevos sujetos que reproducirán y mantendrán estable el modelo de desarrollo. En cambio la educación informal, son los conocimientos que adquirimos en relación con los otros sujetos con los que convivimos, conocimientos que no necesariamente cuestionan a los conocimientos institucionales. Desde la perspectiva de la educación formal, este proceso tiene largos periodos de tiempo, ello es necesario por los niveles de complejidad de la sociedad en la que vivimos, lo que quiere decir que, entre más compleja es una sociedad más años de educación formal serán necesarios para nuestro proceso de integración a la misma. Al mismo tiempo, la educación formal por un lado retrasa nuestro ingreso a la fuerza laboral, pero al mismo tiempo es fundamental para nuestra integración plena al trabajo, al que hacer laboral.

Pero como siempre, es necesario comenzar definiendo que debemos entender por educación, con el objeto de que todos entendamos lo mismo. El vocablo educación proviene de “exducere, educere, educare”, vocablos que se fundan en las acciones humanas como "obtener lo mejor de alguien", "desarrollar la sabiduría interna", "alimentar", "criar", "formar", "embellecer", "hacer crecer a otro". Esto quiere decir que la educación es el proceso de socialización y culturización (3) de las personas a través del cual se desarrollan capacidades físicas e intelectuales, habilidades, destrezas, técnicas de estudio y formas de comportamiento ordenadas con un fin social (valores (4) , moderación del diálogo-debate, jerarquía, trabajo en equipo, regulación fisiológica, cuidado de la imagen, entre otras).

En este mismo marco de referencia, podríamos identificar algunos de los objetivos de la educación, donde el primero de ellos sería (1)-Incentivar el proceso de estructuración del pensamiento, de la imaginación creadora, las formas de expresión personal y de comunicación verbal y gráfica. (2)-Favorecer el proceso de maduración de los niños en lo sensorio-motor, la manifestación lúdica y estética, la iniciación deportiva y artística, el crecimiento socio afectivo, y los valores éticos. (3)-Estimular hábitos de integración social, de convivencia grupal, de solidaridad y cooperación y de conservación del medio ambiente. (4)-Desarrollar la creatividad del individuo. (5)-Fortalecer la vinculación entre la institución educativa y la familia. (6)-Prevenir y atender las desigualdades físicas, psíquicas y sociales originadas en diferencias de orden biológico, nutricional, familiar y ambiental mediante programas especiales y acciones articuladas con otras instituciones comunitarias.

Ahora que hemos clarificado a grandes rasgos lo que entendemos y deberíamos entender por educación, podemos enfrascarnos en la actual discusión sobre educación que se ha puesto de manifiesto en nuestro país en los últimos años, y particularmente en el 2011. Al hacer una revisión del discurso levantado por las distintas organizaciones estudiantiles en el año 2011, nos percatamos que, el tema del lucro se transformó en el pilar fundamental de lucha de los estudiantes, situación que se ve representada por la contradicción entre educación pública versus la educación privada, todo ello enmarcado en el concepto de calidad.

Frente a las luchas y demandas de los estudiantes por la educación, nos cabe la siguiente pregunta ¿Educación para qué modelo de sociedad?, para un modelo capitalista de producción, un modelo socialista, o un modelo neoliberal pre-industrial. En primer lugar, si fundamos todo el que hacer de las movilizaciones estudiantiles en el tema del lucro, efectivamente podríamos concluir que en Chile se trata a la educación como un producto, entonces cuando pedimos “Educación de Calidad” lo que estamos solicitando es que nos vendan un mejor producto, en consecuencia podríamos estar hablando de un modelo capitalista. Esto quiere decir que nosotros debemos salir al mercado a comprar educación, momento en el cual se nos presenta el primer problema, que es que, para comprar hay que tener dinero, y si no lo tenemos, podremos comprar educación de regular o mala calidad, y si tenemos podremos comprara la mejor educación. Cuando nos planteamos la necesidad de comprar educación, nos transformamos en clientes, momento en el cual perdemos la categoría de ciudadano con derechos.

Esta tesis nos plantea un segundo problema, que se nos presenta bajo este discurso es que, mientras sigamos tratando a la educación como un producto de mercado que debemos consumir, NUNCA TENDREMOS EDUCACIÓN DE EXELENCIA ACADÉMICA. Esto se debe que, al exigir educación de calidad, nos transforma en clientes, por el contrario, al exigir excelencia académica nos transformamos en ciudadanos con derechos. Un tercer problema es que, la exigencia de educación de calidad, nos hace olvidar un hecho concreto, que la educación que se imparte en nuestro país, es una educación asociada a la clase social de pertenencia, que determina que algunos serán educados para mandar y los otros, que somos la gran mayoría, seremos educados para obedecer, trabajar y producir riqueza para los que han sido educados para mandar. Indudablemente, este tipo de educación responde a una sociedad capitalista.

Ahora bien, si el cuestionamiento es el lucro en la educación, nos enfrentamos a un problema ideológico, ya que el modelo capitalista se funda en el proceso de acumulación de riqueza, la que se obtiene básicamente lucrando, a lo que se debe agregar que la educación dejó de ser un derecho, y se convirtió en un producto transable en el mercado, por lo mismo lo único que nos queda al haber aceptado esta condición, es solamente exigir calidad en el producto que deseamos comprar, pero no olvidemos que la calidad del producto está asociada al precio, y por lo general el precio se asocia directamente a la calidad, lo que nuevamente nos remite a que si tengo dinero podré adquirir el bien o servicio que deseo, y si no tengo dinero, me veré en la obligación de conformarme con lo que me alcance.

Si solamente nos concentramos en la discusión sobre el conflicto entre educación pública versus privada, dejamos de lado el eje central de la misma, el cual es, que todo proceso de educación formal está destinado a capacitar a los sujetos para que se integren laboralmente al modelo de desarrollo productivo. Redundado en la exposición, efectivamente el modelo de desarrollo económico determina el modelo de educación, por ejemplo: un país que quiere industrializarse necesita población educada y preparada profesionalmente, al contrario un país que compra todo lo que consume, NO necesita una población educada. En el caso Chileno, compramos todo al extranjero, principalmente a los chinos, por lo mismo No necesitamos educación con excelencia académica, ya que no buscamos producir bienes y servicios. Este hecho, es compartido por Patricio Altamirano que expone que “Debido a que los empresarios chilenos se caracterizan por generar un tipo de lumpen desarrollo, es fácil concluir que el sistema educativo que gestan y utilizan, no está destinado a producir bienes y servicios, sino que utilizan los que se laboran en otros países o regiones…. Así, digamos que el tipo de educación revela las características de la fuerza de trabajo y éstas reflejan las necesidades de los empresarios. Concluyamos, entonces, que si cuestionamos la educación, como lo hacen los estudiantes, estamos cuestionando y enfrentando a la clase empresarial chilena” (5). Lo que nos expone dicha afirmación, es que el cuestionamiento del modelo educativo imperante en nuestro país, es directamente el cuestionamiento del modelo de desarrollo económico chileno, que no es más que el modelo neoliberal subsidiario pre-industrial, instalado a sangre y fuego por la tiranía, y perfeccionado por la concertación.

Finalmente, al contemplar las exigencias de los estudiantes movilizados, nos percatamos que ellos le están exigiendo a un Estado de derecha, administrado por un gobierno que aplique políticas educacionales cercanas a las políticas socialistas, situación que son imposibles de cumplir por el régimen actual. Para mejorar la educación, debemos cambiar el modelo de desarrollo, lo que significa una transformación política radical. Una vez que hemos hecho una revisión de lo que se debe entender por educación y sus objetivos, además de haber examinado superficialmente el discurso de los estudiantes movilizados en el 2011, creemos que es necesario, comenzar a explayarnos en nuestra postura que establece que la educación no puede mejorar en nuestro país, específicamente por que vivimos en un modelo neoliberal subsidiarios pre-industrial, hecho que determina un tipo de sujeto social, que como ha quedado demostrado, asume una postura crítica parcial del modelo de desarrollo, sin asumir con claridad la necesidad de transformarlo bajo la tesis de la política del conflicto.

Sí asumimos directamente que el cuestionamiento de la educación, es necesariamente el cuestionamiento del modelo de desarrollo neoliberal subsidiario pre-industrial, podemos asegurar que, para mejorar la educación debemos cambiar dicho presente en Chile. La pregunta que está afirmación produce es ¿Por qué modelo de desarrollo económico lo debemos cambiar?, por el modelo capitalista tradicional de acumulación, o por un modelo socialista.

Para seguir clarificando una respuesta concreta a la pregunta, sigamos con los postulados de Patricio Altamirano, él nos expone que “La expansión de la burguesía empresarial chilena, no se puede dar hacia el exterior, por lo tanto, su rumbo es, necesariamente, el mercado interno. Sin embargo, en este mercado interno no es posible generar una expansión de los ingresos de los trabajadores, y sólo les queda un camino: participar como gestores en los servicios gratuitos que entrega el Estado, por lo tanto, buscan privatizar todos los servicios del mismo. El camino a seguir, es apropiarse de los excedentes del Estado” (6). En conclusión el Estado cumple la función de recaudador de impuestos y de la riqueza generada por los trabajadores, para luego ser traspasados a los sectores intermedios que son los empresarios. Esto quiere decir claramente que los sectores intermedios, o empresariales se enriquecen gracias a los subsidios entregados por el Estado, que no es más ni menos que la política del modelo neoliberal subsidiario imperante en nuestro país.

Este postulado de Altamirano, establece que, el modelo de desarrollo de Chile, pretende hacer un traspaso total de todos los servicios sociales, y en este caso particular, de la educación pública al sector privado, proceso que en la práctica ya se está llevando a efecto.

Cuando Altamirano, expone que los empresarios deben “participar como gestores en los servicios gratuitos que entrega el Estado”, se refiere específicamente a que estos derechos deben transformarse en un negocio, convirtiendo por un lado a las personas en clientes, y limitando cada vez más lo que históricamente se han considerado como los derechos del los ciudadanos, los que son salud, educación, seguridad social, seguridad ciudadana y carcelaria, vivienda y trabajo. Ejemplos de ello tenemos por montón, como por ejemplo la creación de las AFP., en el marco de la protección social, las clínicas y las Isapres. El establecimiento de seguridad pública privada, la licitación de las cárceles y hospitales públicos, los subsidios al empleo y por supuesto el proceso de eliminación de la educación pública. Beneficios estatales que a la fecha han sido traspasados paulatinamente al sector privado, transformándose en negocios lucrativos para los sectores intermedios, vía traspaso de recurso del Estado a los empresarios, bajo la modalidad de subsidios.

Pero como este documento hace referencia específicamente a la educación, nos remitiremos a ella, y particularmente a la destrucción de la educación pública vía educación particular subvencionada, y para ello expondremos un cuadro donde se presenta el proceso lento pero seguro de dicha situación. Cuadro que ha sido extraído directamente del MINEDUC., o Ministerio de Educación.

(AquÍ hay un cuadro que no se pudo copiar)
Podemos observar claramente como se ha ido realizando el traspaso de estudiantes, ahora clientes, desde la educación pública hacia la educación particular subvencionada, corroborando sin mayores matices que los empresarios, o los sectores intermedios deben “participar como gestores en los servicios gratuitos que entrega el Estado”, con el objeto de incrementar sus ganancias, gracias al traspaso de recursos económicos por parte del Estado chileno. Podríamos asegurar también que esta es una de las mejores expresiones del modelo neoliberal subsidiario chileno.

Para hacer un poco más práctico este ejercicio, expondremos un cálculo de cuánto dinero se entregó mensualmente, y anualmente en forma de subsidio a los empresarios de la educación media en el año 2009. En primer lugar, debemos establecer que para hacer este cálculo, consideraremos solamente el monto de un subsidio, que no es el más alto, y que es entregado por cada alumno de educación de 1° A 6° básico jornada completa, para el año 2007 (no tenemos montos actuales), el que ascendía a $32.539. Sí multiplicamos este monto por el total de estudiantes matriculados en el año 2009, que son un total de 1.722.503, obtenemos que, mensualmente el Estado chileno le entregó a los empresarios de la educación un total de $56.048.525.117, cincuenta y seis mil millones cuarenta y ocho millones quinientos veinticinco mil ciento diecisiete pesos mensuales. Si calculamos los mismos montos en 10 meses, que es lo que dura en promedio un año escolar, obtenemos $560.485.251.170, quinientos sesenta mil millones cuatrocientos ochenta y cinco millones doscientos cincuenta y un mil ciento setenta pesos. Para seguir jugando, si multiplicamos el total de los 10 meses que son $560.485.251.170, y lo multiplicamos por 500 pesos, valor de un dólar promedio, obtenemos que, el Estado chileno, entregó a los empresarios de la educación un total de $1.120.970.505, mil millones ciento veinte millones novecientos setenta mil quinientos cinco dólares.

Como podemos observar, el traspaso de recursos del Estado hacia los grupos intermedios es considerable, y estos mismos resultados justifican toda negativa por la modificación del modelo educacional imperante en Chile.

Pero a pesar de que hemos expuesto un considerable cumulo de información, aún se mantiene latente la pregunta de ¿Por qué la educación chilena NO es de excelencia académica?, una respuesta para esta pregunta la podemos encontrar en el Apunte N° 5, el que concluye que: “es muy difícil considerar que Chile es un país que esté en un proceso de desarrollo capitalista, para ello deberíamos comenzar un proceso de industrialización, similar al que se comenzó por allá en la década de los 1940, momento que en nuestro país se comienza a implementar una política económica dirigida al establecimiento de empresas productivas para sustituir las importaciones, y de esa forma poder generar nuevas plazas de empleo para la población nacional. El proceso de industrialización en ese momento requirió un tipo de sujeto capacitado y preparado para realizar un trabajo especializado, generando la necesidad de establecer un sistema de educación de excelencia académica” (7).

Esta conclusión establece que Chile, no es un país capitalista, en consecuencia no requiere una población con altos niveles de educación, por el contrario requiere una población con bajos conocimientos y mínimos niveles de información. La mal llamada educación de calidad que se está exigiendo hoy en nuestro país, solo vendría a satisfacer las necesidades de un país con proyecciones al desarrollo, un país que pasa de una etapa pre-industrial de corte agrícola, fundado en la propiedad de la tierra, a un país que comienza a desarrollar tanto la industria liviana como la industria pesada. Para poder sostener nuestra afirmación, es necesario realizar una revisión de carácter histórico, con el objeto de demostrar efectivamente que, el sistema de educación en Chile responde directamente a las características de los modelos de desarrollo económico pre-industrial imperantes en nuestro país. Para ello, expondremos a grandes rasgos el periodo y las políticas implementadas destinadas a dar inicio al proceso de industrialización chileno, y como este proceso va directamente vinculado al establecimiento de un modelo educativo que responda a las necesidades de la industrialización chilena. La información que expondremos, podrá ser utilizada como contraste en la verificación o falsación de nuestra afirmación de que el proceso de desarrollo económico chileno, ha retrocedido a una etapa pre-industrial.

Para nuestra revisión histórica, nos remitiremos principalmente a un autor conocido y estudiado principalmente por la gloriosa izquierda chilena, quien es el viejo Lucho Vitale, y a su interpretación marxista de la historia de Chile.

PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN CHILENO.

Durante nuestra historia nacional, se han ido produciendo diversos intentos de modernización y desarrollo del país, situación que siempre genera conflictos entre los grupos de poder que dominan al Estado, uno de los conflictos más famosos y reconocidos en la historia nacional, es la guerra de 1891, momento en que se enfrenta los liberales Balmacedistas, de postura desarrollista, contra los conservadores principales propietarios de la tierra que se oponían al desarrollismo. Donde los conservadores se oponían a la construcción por parte del Estado (en manos de Balmaceda) de nuevas carreteras, u obras públicas, y particularmente a la construcción de nuevas escuelas, bases para establecer un Estado docente. Todos sabemos que ganaron los conservadores que se oponían a estas políticas. Pero las ideas liberales desarrollistas se mantuvieron en el tiempo, es así como en “1895 (Valentín) Letelier publicó “La Lucha por la Cultura” donde defiende la idea del "Estado Docente", es decir, una mayor intervención estatal en la promoción de la enseñanza, en oposición a los sectores conservadores que se negaban a la educación primaria obligatoria. Conocida es la consigna de Letelier, que años después retomaría su discípulo Pedro Aguirre Cerda: "Gobernar es educar"(8) . Pero la idea del Estado docente, propugnado por el liberal Letelier perseguía específicamente, la preparación de los nuevos profesionales y técnicos para dar comienzo a un proceso de industrialización del país.

Para que la idea del Estado docente pudiera realizarse en Chile, tuvieron que pasar varios años, en lo que el país enfrentó diversas crisis políticas, todas ellas resueltas con la intervención de los militares, incluido el descalabro económico del 29, que trajo como consecuencia la caída de varios gobiernos, se termina resolviendo con la ayuda de los aparatos militares y milicias al servicio de los grupos de poder. Pero las crisis políticas y la crisis del 29, trajo como consecuencia modificaciones en el modelo de Estado conservador terrateniente, lo que abrió las puertas a una nueva posibilidad desarrollista, impulsada por grupos liberales y nuevas fuerzas políticas existente en la década del 30. Vitale, con respecto a la transformación del Estado expone que, “no todas las funciones del Estado son meramente superestructurales, ya que el Estado se encarga de estimular las condiciones generales de producción que no pueden asumir solos los capitalistas privados, como los medios de transporte y comunicaciones, el sistema monetario, la regulación del mercado nacional, el orden jurídico y la reproducción de la fuerza de trabajo a través de los planes de salubridad, vivienda y educación”(9) . Esto quiere decir que en la década del 30, se produce una acción conjunta entre capitalistas desarrollista y fuerzas políticas más progresistas (para definirlas de alguna forma nop), que consigue como primera meta arrebatar el Estado de las manos de los conservadores latifundistas, y de esta forma sentar las bases de un estado proclive al proceso de industrialización capitalista, cambio que propicia el desarrollo inicial de un sistema escolar con pretensiones de ser masivo, con el objeto de generar un tipo de sujeto en condiciones de poder realizar trabajos con exigencias industriales.

Vitale continua exponiendo que a partir de la década del 30, “además del fomento a la industrialización, el Estado tuvo que acrecentar su intervención en las siguientes áreas de la economía; a) negociación de la deuda externa, con un nuevo estilo, como el inaugurado por el segundo gobierno de Arturo Alessandri; b) control estricto de las divisas y del mercado cambiario; c) mayor eficiencia en la administración de las crisis, con la experiencia adquirida en el crack de 1929-30; d) obras de infraestructura en función de las necesidades de la industrialización; e) promoción de nuevas fuentes energéticas, como el carbón, a partir de la década de 1930 y empresas hidroeléctricas estimuladas por la CORFO; f) adaptar el régimen tributario a las nuevas necesidades del Estado, como subir el impuesto desde la década de 1930, que fue de nuevo modificado en 1964 con la ley de Reforma Tributaria dictada por Jorge Alessandri; g) afinamiento del sistema de fijación de los porcentajes de derechos de exportación; h) canalización de la renta del cobre hacia las necesidades prioritarias del Estado. Para implementar estos planes, el Estado chileno desde 1932 hasta 1964 tuvo que reforzar los servicios públicos, como Vivienda, Salud, Transporte y, sobre todo, una Educación en los niveles funcionales a las necesidades del desarrollo industrial, expresada fundamentalmente por los planes de Pedro Aguirre Cerda (10). Más claro echarle agua, el Estado se hace cargo del proceso de desarrollo del país, privilegiando una “Educación en los niveles funcionales a las necesidades del desarrollo industrial”. Podemos interpretar que, sin la intervención del Estado en el desarrollo de la educación, hubiera sido imposible un proceso de industrialización capitalista.

La industrialización, hubiera sido imposible si se hubieran mantenido los bajos índices de educación en la década del 30, los que eran los siguientes: en el año 1933, “había 409.846 niños entre 7 y 15 años que no asistían a ninguna escuela. En 1938, el número de analfabetos de más de 9 años ascendía a 771.495. La mitad de los habitantes de Santiago vivía en conventillos, según el censo general de 1938” (11) .

Los indicen presentes en Chile en la década del 30, los podríamos comparar sin ningún problema a la realidad nacional de la década del 2000, ya que “según un estudio internacional encargado por la Universidad de Chile, se establece que el 51,5% de los adultos chilenos, son analfabetos funcionales, lo que quiere decir que no entienden lo que leen. Este mismo estudio establece que el 50% de la fuerza laboral chilena también es analfabeto funcional”, estas estadísticas solamente confirman que nuestro modelo económico funciona sin problemas con trabajadores que no comprenden lo que leen, y si esto ocurre, y el modelo sigue funcionando solo quiere decir que no necesitamos a una población educada.

Las estadísticas de la década del 30, se quedan cortas, al compararlas con “Otro estudio similar dado a conocer en julio del 2000 por la Organización Para el Desarrollo y Cooperación y Económica OCDE., establece que el 80% de los chilenos de entre 16 y 65 años, posee un nivel mínimo de comprensión lectora” (12) . Todo ello se traduce en que en Chile los lectores frecuentes sean solamente el 21% de la población nacional, los lectores ocasionales sólo el 34% de los chilenos, y los que NO leen nunca alcanzan al 45% de la población nacional” (13) , estos datos confirman un distanciamiento real de los sujetos del mundo de la lectura, ¿situación que podría considerarse solo casual? Pero retornemos a la historia, esa que nos permite asociar educación con modelo de desarrollo, desarrollo necesario para poder alcanzar la tan deseada industrialización capitalista, la que no llega por arte de magia, por el contrario se deben tomar medidas claras y precisas, dicha acción se comienza a planificar con a fines de la década del 30, con “el programa presidencial del Frente Popular, que contemplaba las siguientes promesas. En el orden educacional: a) reforma en armonía con los intereses de la sociedad, incluida la educación del adulto y las escuelas complementarias; b) gratuidad de la enseñanza en todos sus grados; c) creación del Instituto y Universidad del Trabajo, protección del Estado y de los municipios a los escolares indigentes, alimentación, vestuario, útiles y atención sanitaria” (14), promesas que hoy en Chile no se escuchan en ninguna campaña presidencial.

Una vez electo, el nuevo representante del capitalismo tradicional, “Pedro Aguirre Cerda dio impulso a un conjunto de políticas sociales, uniendo el fomento de la producción con nuevos planes de Educación… Además del establecimiento de numerosas escuelas primarias, Aguirre Cerda creó 58 escuelas nocturnas, 17 escuelas talleres, 7 escuelas hogares, 5 institutos comerciales, 1 de ingenieros industriales, 4 escuelas industriales, 14 de artesanos, 1 de artes gráficos, 1 liceo industrial, 32 cursos de educación comercial, 14 cursos de educación técnica femenina, 9 escuelas agrícolas y el Instituto del Inquilino” (15).

“En rigor, el Frente Popular llevó a cabo un programa de modernización y desarrollo del capitalismo industrial y agrario. La creación de la CORFO (Corporación de Fomento) el 29 de abril de 1939, aceleró el proceso de sustitución de importaciones. Las empresas industriales se vieron favorecidas con nuevos créditos, avales y asesoría técnica. El Estado intervino activamente en favor de la industria, otorgando subvenciones y rebaja a los derechos de importación de maquinarias. De este modo, el Frente Popular favoreció el proceso de acumulación capitalista de la emergente burguesía industrial. Según Fernando Mires, "el funcionamiento del Estado, promovido durante los años de frentepopulismo, fue un agente principalísimo en la modernización de la oligarquía nacional y en la burguesificación plena de sectores tradicionales" (16), además el Estado gracias a la instalación del estado Docente, le facilitó a la emergente industria capitalista, obreros educados y calificados.

Todo ello trajo como consecuencia el acrecentamiento del número de asalariados que presentó un aumento “sensible entre 1932 y 1950, a raíz del proceso de industrialización y urbanización”(17) .

El establecimiento del Estado docente, que comenzó a generar un tipo de sujeto social educado y preparado para participar del proceso de desarrollo industrial, permitió que la CORFO, especialmente entre 1940 y 1945, pudiera destinar “el 52,1% de los créditos a la promoción de industrias, como MADECO, CAP, MADEMSA, SIAM DITELLA, Mecánica Industrial, Cemento Melón, Fundición Paipote, Empresa Nacional de Petróleo (ENAP), Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA), Industria Azucarera (IANSA), Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), Petroquímica chilena y otras” (18), todas ellas empresas estatales que hoy están en manos del sector privado gracias al proceso de traspaso de funciones sociales al sector empresarial privado, o sector intermedio.

Sólo para redundar, la transformación de una sociedad principalmente agrícola como la chilena en la década del 30, a una sociedad bajo un modelo desarrollista industrial, solamente se logró con la instalación de un Estado docente, que consiguió efectivamente el desarrollo de un sujeto social, en condiciones de participar directamente del proceso productivo industrial, sin este nuevo sujeto, Chile, no se hubiera podido industrializar. La consecuencia directa de la instalación de un sistema de educación de excelencia académica, asociada a la creación de la CORFO., organismo estatal destinado a incentivar el proceso de desarrollo capitalista, trajo como consecuencia el desarrollo de la industria nacional, la que es destacada por los mismos dueños del capital, que establecen que “de acuerdo a los datos aportados por Luis Ortega y otros historiadores de la Corporación de Fomento de la Producción, en “50 Años de Realización”, establecen que durante sus primeros cinco años la CORFO contribuyó con aportes de capital a la creación de las siguientes empresas: Instituto Bacteriológico de Chile S.A., Farmoquímica del Pacífico S.A., Sociedad Industrial de Colorantes S.A., Sociedad Maderera del Sur S.A., Electromat S.A., Sociedad Anónima Radios de Chile (RCA Victor chilena), Fábrica de Hilados de Seda Artificial de Said e Hijos, Industria Nacional de Neumáticos (lnsa), Distribuidora de la Industria Casera S.A., Manufacturas de Cobre S.A. (Madeco), Industrias Metalúrgicas Mecánicas Reunidas S.A. (Irnmar), Sociedad Astillero y Maestranza Valdivia S.A., Sociedad Agrícola y Ganadera Rucamanqui, Sociedad Chilena de Fertilizantes, Sociedad Borax de Chile, Sociedad Anónima Comercio Exterior, Empresa Vinos de Chile S.A. (Vinex), Sociedad Exportadora de Maderas de Chile, Sociedad Abastecedora de la Minería, Sociedad Constructora y Explotadora de Hoteles de Turismo SA., Hotelera Riñihue Ltda., Hotelera Panguipulli, Sociedad Hotelera Lagunas de Portillo S.A. Especial mención merece la Compañía de Acero del Pacífico (CAP), creada con capitales privados y estatales y con préstamos norteamericanos. En este período la CORFO también apoyo financieramente a: Laboratorios Chile S.A., Sociedad Técnica Harseim y Cía. Ltda., Hilanderías Rudloff, Sociedad Lavadora de Lanas, Talleres Minerva, Sociedad Sericícola Ltda., Hilandería de Linos La Unión, Sociedad Cerámica Castro Olivera, Fábrica Nacional de Loza S.A. (Fanaloza), Sociedad Cerámica Carrascal, Mademsa, Siam di Tella S.A., Mecánica Industrial SA., Astilleros Gutiérrez de Constitución, Carvallo e hijos de San Vicente, Astilleros y Maestranzas BW. Cernocer y Cía de Angelmó, Compañía Electro-Siderúrgica de Valdivia, Sociedad Frutera Peumo (Sofruco), Sociedad Calerías de Polpaico Ltda., a los pequeños y medianos mineros a través de la Caja de Crédito Minero, y otros” (19).

Todos los antecedentes históricos expuestos relacionados con la asociación entre industrialización capitalista y educación de excelencia académica, nos mueven a concluir que el modelo capitalista es el eje rector del que hacer social y cultural de nuestro país y del mundo, en conclusión, deberíamos luchar por construir el capitalismo industrial en Chile y el mundo. Pero a pesar de que esto suene muy atractivo, el modelo capitalista tradicional, para poder crecer debe revolucionar a los actores sociales, generando equilibrios que permitan la mantención y auto reproducción del sistema, incluso entregando herramientas de lucha social de carácter reivindicativas, que permitan satisfacer necesidades básicas de la población, que el mismo modelo está dispuesto a conceder sin mayores problemas, proyectándolo al mismo tiempo como un triunfo de las fuerzas sociales en pugna.

Pero la política capitalista basada en el equilibrio reivindicativo, al igual que el teorema de los rendimientos decrecientes, tiene un límite, hecho que al asociarlo con una educación generalizada y de excelencia académica, y algunos niveles de información, se pueden transformar en un enemigo real y concreto para la estabilidad del modelo de acumulación de riquezas capitalista tradicional. En consecuencia, el modelo capitalista para poder perpetuarse en el tiempo, debe transformarse, y cambiar los patrones de acumulación históricos, paralelamente a ello debe identificar claramente a su enemigo, y destruirlo. El cambio de los patrones de acumulación históricos del capitalismo tradicional, se van transformando en lo que Los Hijos de Mafalda definimos como neoliberalismo subsidiario, que se traduce en que la burguesía, cambia su fuente de obtención de riquezas desde la industria al Estado, donde en primer lugar el Estado hace un traspaso directo de las empresas de su propiedad a los sectores intermedios o empresarios, y en una segunda fase, el Estado se transforma en un recaudador de impuestos y de riquezas que serán traspasadas a los sectores intermedios o empresariales vía subsidios directos.

Pero para llevar a cabo la transformación estructural del modelo de acumulación capitalista, el Estado debe identificar claramente a sus enemigos, y el primero de ellos es la fuerza laboral, asociaciones de trabajadores, conocida comúnmente como sindicatos, los que deben ser eliminados físicamente, pero como es imposible matar a todos los trabajadores, el modelo neoliberal subsidiario, establece la destrucción de la empresa como fuente productora de sindicatos. La empresa o industria, o mejor dicho los sindicatos, se destruyen, dejando de concentrar trabajadores en un mismo lugar, y mandándolos a producir a empresas subsidiarias, pequeñas empresas, microempresa, o directamente a trabajar a sus casas, como trabajadores a domicilio, esta forma de producción en administración de empresas es denominada como “Empresas con Staff de Apoyo”, que en la práctica, se ejemplifica con la gran empresa que sigue existiendo, pero donde sus funciones productivas y/o de servicios han sido tercerizadas, bajo está lógica empresarial, se elimina el sindicato, en consecuencia se elimina la fuerza transformadora. Un segundo enemigo que debe ser eliminado, es la educación de excelencia académica, basada en la amplitud de lecturas, rica en contenidos, de carácter acumulativa y de una fuerte base analítica. Para destruir este tipo de educación, se debe establecer que la educación que históricamente se ha considerado como un derecho, y que ha sido responsabilidad del Estado, no responde a los intereses actuales de la sociedad, a lo que se le suma la dicotomía de lo público en comparación con lo privado. Dicotomía que establece que todos los servicios públicos, son malos, inaccesibles, deficientes e ineficaces, y que son identificados con una pésima atención reflejada en largas colas interminables, en contraste los servicios privados, son identificados como muy buenos, accesibles, eficaces y eficientes, y donde no existen las colas.

Establecida social y culturalmente está dicotomía, se comienza el proceso de destrucción de la educación pública, que en la medida que avanza el tiempo, sigue siendo descalificada metódica y sistemáticamente, vía pruebas universales que demuestran efectivamente que la educación pública es inferior a la privada, ratificando la dicotomía entre lo privado y lo público. Esta acción como es metódica y sistemática, se termina normalizando y aceptando como normal y natural, situación que finalmente es aceptada por la mayoría de la población, donde su expresión práctica es el traslado de los alumnos de los establecimientos públicos hacía los privados subvencionados o directamente a establecimientos privados, que demuestren mejores resultados finales. Algo muy similar ocurre en el caso de las universidades.

Con la destrucción de la educación pública de excelencia académica, se consigue la eliminación de un grupo social que por un lado, tenga los conocimientos necesarios para enfrentar directamente al modelo de dominación con el objeto de transformarlo, y por otro lado se consigue una población acrítica, sin capacidad de análisis y por las mismas condiciones favorable a aceptar sin mayores cuestionamientos las paulatinas transformaciones evidentes que realiza el Estado, aceptándolas y normalizándolas, a pesar de que dichas transformaciones vayan directamente a la limitación de sus derechos. Un ejemplo de ello es el cambio de libertad por seguridad social.

Finalmente, la respuesta a de ¿Por qué en Chile no existe educación de excelencia académica?, es muy simple, y creemos haber demostrado su simpleza con los argumentos ya expuestos, pero como estos documentos tienen un carácter formativo, redundaremos en la respuesta, la cual es que el modelo de desarrollo económico chileno es neoliberal subsidiario pre-industrial, lo que quiere decir que Chile no es un país industrializado, y que no pretende industrializarse, ya que consume los productos y servicios industriales que producen otros países, en consecuencia no requiere una mano de obra especializada y tecnificada, en consecuencia no se requiere de una educación de excelencia académica. En segundo lugar, una educación pública y de excelencia académica, puede producir un tipo de sujeto social que pretenda transformar el modelo de acumulación neoliberal subsidiario, por considerarlo injusto.

En tercer lugar, la educación pública de mala calidad, genera sujetos acríticos y desinformados, con baja comprensión lectora, lo que se traduce en un pueblo fácil de engañar, o como lo diría Vitale, “la clase dominante procura reglamentar la cotidianidad, sobre todo de los oprimidos, a través de la educación, códigos civiles y medios de comunicación” (20).

En cuarto lugar, y como lo plantea Patricio Altamirano, “el objetivo de los empresarios chilenos es generar bajos costos de producción y altos niveles en los precios de los productos. Es decir, la productividad está en la reducción de los costos que generalmente afectan a los trabajadores y al empleo” (21) . Esto quiere decir que un trabajador sin capacitación, siempre será más barato que un trabajador calificado. Esto puede ser entendido de la siguiente forma, las empresas nacionales no buscan ser competitivas en el mercado nacional, ya que dicho mercado es un oligopolio, y como no les interesa competir en los mercados internacionales, las empresas chilenas no se ven en la obligación de establecer un sistema educativo orientado a generar tecnologías que potencien su base económica y la competencia en mercados externos.

Finalmente, solicitar el cambio de la educación chilena, implica directamente cambiar el modelo de acumulación neoliberal subsidiario pre-industrial, y para ello, las luchas reivindicativas no son suficientes, para transformar la actual educación, debemos cambiar el modelo de desarrollo chileno, la pregunta es ¿Quién estará dispuesto a dar la lucha por cambiar el modelo de desarrollo en Chile?

Mario Paz. Secretario de Los Hijos de Mafalda

Mario Paz. Secretario de Los Hijos de Mafalda

NOTAS:

1 Patricio Altamirano. Él Porque de la Consigna: A Terminar con la Educación de Pinochet. Pág. 4.

2 Instituciones: son definidas como pautas normativas que definen lo que se considera adecuado, legítimo, o como expectativas de acción o de relación social. Las reglas que rigen las acciones humanas en la sociedad, están unidas de manera más o menos organizadas.

3 Cultura: Es un sistema de expectativas (o pensamiento, creencias, aspiraciones, concepciones y especulaciones), y objetos (o intereses, motivos, gustos, orientaciones), ampliamente compartidas dentro de la sociedad. Al mismo tiempo, la cultura, son todas las costumbres, creencias, valores, conocimientos y artefactos que se aprenden y los símbolos que se comunican constantemente entre un conjunto de personas que comparten una forma de vida en común. Es una forma de vida aprendida completamente por vivir en una sociedad. Donde se le otorga un significado social a los objetos materiales. La cultura no es un patrón impuesto, es más bien algo que las personas utilizan y desarrollan.

4 Valores: Es un objeto ampliamente compartido en la sociedad o en un subgrupo de la sociedad. El valor, es una idea general que los sujetos comparten sobre lo que es bueno y lo que es malo, lo deseable o indeseable. Los valores, incluyen objetos concretos, como un automóvil, un alto nivel de ingresos, como el amor (abstracto), como la democracia. Los valores varían según el grado de generalización de los mismos, es por esto que en una misma sociedad podemos encontrar conflicto entre los valores presentes.

5 Patricio Altamirano. Porque de la Consigna: A Terminar con la Educación de Pinochet. Pág. 23.

6 Patricio Altamirano. Él Porque de la Consigna: A Terminar con la Educación de Pinochet. Pág. 6.

7Mario Paz: Secretario de Los Hijos de Mafalda Apunte N° V El Neoliberalismos Pre-industrial Chileno.

8 Luis Vitale Interpretación Marxista de la Historia de Chile N° V. De la República Parlamentaría a La República Socialista. De la Dependencia Inglesa a la Norte Americana (1891ª 1932). Pág. 102

9 Luis Vitale Interpretación Marxista de la Historia de Chile N° V. pag.143

10 Luis Vitale Interpretación Marxista de la Historia de Chile N° V. pág. 145-146

11 Luis Vitale Interpretación Marxista de la Historia de Chile N° V. pág. 168

12Profesora Patricia Salfate. Universidad de Santiago de Chile. Facultad de humanidades. Programa de Pos título

13 Chile libros: Índice de lectura y compra de libros 2006 p. 11

14Luis Vitale Interpretación Marxista de la Historia de Chile N° V. pág. 179-180

15 Luis Vitale Interpretación Marxista de la Historia de Chile N° V. pág. 186

16Luis Vitale Interpretación Marxista de la Historia de Chile N° V. pág. 182

17Luis Vitale Interpretación Marxista de la Historia de Chile N° V. pag.82

18 Luis Vitale Interpretación Marxista de la Historia de Chile N° V. pág. 145

19 Valdivia Ortiz de Zárate, Verónica: NACIONALES Y GREMILIASTAS. El “Parto” de la nueva Derecha Política Chilena, 1964-1973. LOM Ediciones. Primera Edición 2008. P 90

20 Luis Vitale. Interpretación Marxista de la Historia de Chile N° V. De la República Parlamentaría a La República Socialista. De la Dependencia Inglesa a la Norte Americana (1891ª 1932). Pág. 93

21 Patricio Altamirano. Él Porque de la Consigna: A Terminar con la Educación de Pinochet. Pág. 22.

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