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Argentina, la defensa del petróleo se inscribe en su derecho como nación independiente y auto determinada por Enrique Villanueva

La reciente decisión de Argentina de nacionalizar 51% de la empresa REPSOL-YPF ha traído consigo diversas reacciones, la mayoría contrarias, porque sus detractores no esperaban una medida de estas características, menos aun en un momento de crisis económica mundial. Esto porque es una decisión “peligrosa y contagiosa”, que reubica la cuestión del crecimiento y del desarrollo económico de los “países emergentes” vinculándolo a la nacionalización de sus riquezas y de las fuentes energéticas que les son propias.

El argumento más utilizado por quienes se oponen a esto afirman y repiten que el único camino que asegura el crecimiento de la economía y por consiguiente el progreso y el desarrollo de nuestros países, esta ligado a la inversión privada sea esta nacional o extranjera. Lo que es un mito por una razón muy simple y además comprobada, porque las empresas extranjeras que invierten en nuestros países, su objetivo primordial no es obtener utilidades en el país donde explotan y sacan las riquezas en bruto, sino que su objetivo es controlar y asegurar el abastecimiento de sus fundiciones, refinerías, y diferentes tipos de fábricas elaboradoras de cobre o petróleo que no están ni en Chile ni en Argentina.

En Chile este mito de desvirtúa por si solo, las empresas extranjeras del cobre, no generan utilidades en el país, no pagan impuesto a la renta, no generan más trabajo, ni valor agregado en nuestra economía, entonces la pregunta es: ¿Dónde están los “beneficios” de la inversión extranjera en la minería?.

El caso más demostrativo en la minería del cobre, es el de la Disputada de Las Condes, propiedad de la multinacional Exxon, de EEUU, empresa que en 24 años jamás pagó impuesto a la renta en Chile, porque siempre declaró pérdidas. Hay documentos que certifican lo anterior, los informes entregados por el Comité de Inversiones Extranjeras, los que señalan que La Disputada en 20 años envió más de 800 millones de dólares a las filiales financieras de Exxon en Bermudas y Bahamas, en pago de intereses por los préstamos obtenidos.

En suma un negocio tremendamente lucrativo, en un país como Chile productor de cobre que tiene importantes reservas con yacimientos accesibles y de bajo costo, con proximidad a los puertos de embarque, condiciones climáticas de explotación favorables y con profesionales y trabajadores calificados. En el caso de Argentina y específicamente de Repsol-YPF que por lo demás no es ciento por ciento española, más del 50% de la multinacional es propiedad del capital extranjero, simplemente ingresa beneficios mínimos a la economía española.

Entonces lo que ha hecho Argentina nacionalizando parte de la propiedad de la multinacional petrolera, es proporcionar un camino distinto para resolver las crisis y las quiebras financieras de los países, diciendo que la receta aplicada hasta ahora, que sean los estados y los gobiernos los que entreguen salvavidas a quienes producen las debacles financieras; las empresas multinacionales y los bancos, no es la única ni la aceptable. Por el contrario, señala que los desastres producidos por algunos especuladores no tenemos porque pagarlos todos los ciudadanos, entregando ayuda masiva a la banca con fondos públicos, congelando o precarizando las pensiones, privatizando empresas estatales, reduciendo los sueldos, aumentando el IVA, disminuyendo las inversiones públicas, desregulando las relaciones laborales, con despidos masivos y con la eliminación o reducción de servicios sociales.

La presidenta Cristina Kirchner ha señalado un camino que se inscribe en una nueva economía, antes señalada por Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, en parte por los últimos gobiernos en Brasil, optando por la propiedad y explotación total o compartida de nuestras riquezas naturales con inversionistas nacionales o extranjeros pero para beneficiar al país y no solo a sus bolsillos. A estas alturas de la vida resulta obvio que cuando no tenemos el dinero o la tecnología para explotar los recursos, existen caminos para compartir con inversionistas privados pero de buena manera y favorable a nuestros países las ganancias que se extraen de nuestros suelos, agregando el pago de los impuestos y los aportes que se deban pagar, no como suele suceder hoy que simplemente los minimizan o los eluden.

Pero la medida del gobierno de Argentina también se inserta en un ámbito un poco mas complejo, contradice la preocupación de los grandes centros de poder que es asegurar para si las fuentes de energía y de agua en el mundo. Desde Estados Unidos y Europa han señalado el rumbo para el nuevo orden mundial, instalando al menos tres temas vinculados entre si como los grandes objetivos del siglo XXI: La globalización y el fortalecimiento del libre mercado, la incertidumbre energética y la “ideología antiterrorista” encadenada a la lucha antidroga, los que han sido hasta ahora las causas o bien las justificaciones de las guerras actuales.

En este escenario nosotros los países denominados por estos centros de poder como “emergentes” quedamos al centro de esta nueva estrategia imperial, convirtiéndonos en mercados abiertos o en fuentes proveedoras de energía y materias primas. Un contexto que nos debiera invitar a una reflexión profunda sobre la autodeterminación, vías y capacidades futuras de desarrollo.

Para responder a nuestras realidades, el sector estratégico de una economía nacional eficiente seguirá siendo el estado, lo que no contradice el desarrollo de áreas tanto mixta como privada de la economía. Pero ello requiere de una decisión de gobiernos valientes comprometidos con su país mas que con las empresas transnacionales, constituyendo un área social dominante, ejerciendo un control real sobre el sector energético, de los alimentos, financiero, la banca entre otros.

Mas allá de las criticas que se le pueden hacer a la gobernante argentina, a Evo Morales, a Hugo Chávez y a Cuba, desde sus particularidades no han permitido que la locura neoliberal y el rumbo actual, aceptado por la mayoría de los gobernantes derechistas de la civilización mundial, neutralice las respuestas a los problemas de nuestros países desde el pensamiento de avanzada de la humanidad.

Mientras el modelo neoliberal esta en crisis en todo el mundo sus cultores siguen defendiéndolo, al igual que lo hicieron en los dos siglos anteriores los protectores del capitalismo y de “la esclavitud asalariada”. En este contexto las ideas progresistas incluyendo las de Marx, son depositarias de una visión del mundo contrario a la explotación del que trabaja, estas demuestran que hoy es tan absurdo como lo fue en el siglo 19 y 20, pensar que los dueños de la economía mundial y de los capitales financieros eleven la calidad de vida de los ciudadanos disminuyendo los beneficios del capital menos en una situación de crisis.

Por eso es que la definición del gobierno argentino es oportuna, nos hace reflexionar y puso de nuevo en un nivel preponderante algo que nunca nuestros países debieron olvidar, el derecho a la autodeterminación, que simplemente significa el derecho de decidir en acuerdo a los intereses propios e independientes.

En este sentido la defensa del petróleo se inscribe en el derecho de una nación independiente y auto determinada, agregando además que esta riqueza natural dejó hace mucho tiempo de ser una mercadería en la designación técnica de los mercados, convirtiéndose en un activo geo-estratégico limitado y decreciente. A este cambio se le atribuye la especulación, la volatilidad de las cotizaciones e inestabilidad de los mercados globalizados y los temores por las tendencias a largo plazo.

En la actualidad el precio del petróleo opera como un activo financiero, donde sus inversionistas, fondos de inversión globales y grandes financistas internacionales, sin ser productores imponen precios como si se tratara de papeles bursátiles operando con contratos a futuro. Asi actúan la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX), la Bolsa Internacional del Petróleo de Londres (IPE), la bolsa de Singapur y la bolsa de Tokio, que son los grandes centros financieros monopólicos.

Estos centros financieros además de propagar la especulación con este recurso, expande masivamente la inyección de dólares al sistema e impone los máximos históricos batiendo precios récord del crudo, lo que multiplica los costos de transporte incidiendo en los costes de producción de las manufacturas y ocasionando como consecuencia, el desplome intencionado en el volumen de exportaciones.

Por eso es tan importante para los pueblos latinoamericanos productores de petróleo, cobre u otra riqueza, la lucha a favor del derecho a la autodeterminación, estableciendo una preocupación estratégica por las riquezas nacionales y las fuentes de energía. Es hora de superar las políticas energéticas cuyo único vinculo es el interés comercial, con propuestas que tengan que ver con el bien público, que garantice el acceso a los recursos energéticos para todos en iguales condiciones.

En el caso de Chile los desafíos futuros en el ámbito energético son significativos lo que señala la promoción de energías limpias, renovables, tales como la eólica, solar, mareomotriz, geotérmica, biomasa. Pero bajo el esquema actual los objetivos estratégicos energéticos están relacionados a las oportunidades del negocio y coinciden con los propósitos de grupos deseosos de aumentar su poder económico, por tal razón las politicas energeticas actuales promueven o dejan prosperar los modelos de produccion de la oferta centrados en la ganancia.

Un modelo que no es distinto al implementado en los demás países de Latinoamérica en el pasado, países en los cuales el deterioro ambiental y la brecha social actuales son atribuibles a este raciocinio de explotación, por lo que no hay razon para seguir insistiendo en este modelo contrario a nuestros intereses. Por eso es tan importante esta señal que da Argentina adelantándose a estas políticas energeticas multinacionales agresivas y ambiciosas centradas en la ganancia, cuyas consecuencias sociales y ambientales se pueden apreciar en todo el mundo, en especial en nuestros países llamados ahora “siúticamente emergentes” ya no subdesarrollados.

Nadie puede negar que la aplicación de estos modelos neoliberales agresivos evidencian hoy impactos negativos sobre los actores rurales, por la pérdida de tierras, por las externalidades del cambio de uso de la tierra, por la desaparición de selvas aledañas y por la reducción de largo plazo de las posibilidades laborales y productivas en cultivos de tardío rendimiento. De manera entonces que si las políticas energeticas son diseñadas bajo el raciocinio de la ganancia, estas solo harán crecer la brecha social y profundizarán el deterioro ecológico en Latinoamérica.

En este contexto si la decisión del gobierno de Argentina es parte de una política estratégica, sin lugar a dudas que se constituirá en un avance significativo, el que se une a la creación de una nueva empresa estatal de energía en este país, a la nacionalización del gas natural boliviano, o a la iniciativa de Uruguay quienes decidieron en un plebiscito que no permitirían la participación privada en la empresa estatal de petróleo. Si se cumple este proceso se estaría marcando en la región una vuelta del impulso neoliberal que se vivió en la década pasada, aunque sin lograr revertir todavía la situación creada durante esos años.

Hoy en día todos los pronósticos señalan un incremento del consumo energético para la región y en particular para el Mercosur, el que irá acompañando tendencialmente el crecimiento de las economías, pero también será arrastrado por la tendencia todavía en aumento a recurrir a hidrocarburos y menos a fuentes energéticas renovables.

Para Chile toso esto representa un desafío bien significativo, las principales alternativas energéticas se encuentran en su propio subsuelo (carbón, gas natural), en sus fuentes renovables (energía eólica y energía mareomotriz, ambas casi inexploradas), además de la energía hidráulica de la que disponemos ampliamente en el territorio nacional. Pero estas opciones energéticas no tienen que ver solo con el tipo de fuente que debería utilizarse en el futuro, sino que están ligadas fundamentalmente con el rol del Estado en esta materia. Por tal razón es tiempo que los intelectuales, políticos, profesionales, academicos y estudiantes de este país empecemos a pensar y a proponer una política de Estado sobre las fuentes energéticas disponibles en el territorio nacional y que constituyen recursos de interés nacional, definiendo como Estado que estas tienen un carácter estratégico y que su producción y todo el proceso exploratorio y extractivo, constituyen una función primordial y una responsabilidad geopolítica crucial del Estado, en la que éste define las reglas esenciales del juego.

Estamos frente a un fenómeno político y geopolítico importante que se advierte en todos los países de la región, ante la cual u optamos por lo anterior, por un estado fuerte en este ámbito, o cedemos a la presión de los inversores por lograr que el Estado les otorgue una serie de beneficios para decidir la inversión, además de asegurar un margen abusivo de ganancia y un rápido retorno, con la consabida amenaza del desabastecimiento. Al final de cuentas es un problema que tiene que ver con nuestro compromiso con el país y con el deteriorado nivel y calidad de vida de nuestro pueblo trabajador y con el futuro de nuestros jóvenes.

“Es por eso que cada hombre y cada mujer debe entender que queremos colocar al servicio del hombre de Chile la economía, y que los bienes de producción esenciales deben estar en el área de la economía social, para poder, de esta manera, aprovechar sus excedentes y elevar las condiciones materiales, la existencia del pueblo, y abrirles horizontes espirituales distintos….. ( Allende 11 de julio 1971).

Dr. Enrique Villanueva Molina Ex dirigente Rodriguista

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