Durante el primer mes de gobierno de Sebastián Piñera una tarea central del Ministerio de Hacienda fue cumplir con la disposición establecida en la llamada Ley de Responsabilidad Fiscal de diseñar en el plazo de noventa días los lineamientos de la política fiscal a cumplir durante todo el período.
Ello obliga a definir un criterio sobre el déficit estructural existente, que condiciona el manejo fiscal del país en función de la estimación que se haga de la evolución a mediano plazo básicamente de dos variables: la cotización anual promedio de la libra de cobre, el principal rubro de exportación de Chile, y de la evolución del crecimiento económico. Ya en enero, el ministro Felipe Larraín antes de asumir el nuevo gobierno precisaba que “lo que tenemos contemplado es una reducción gradual del déficit” (28/01/18).
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