La historia política y geográfica de Chile puede ser leída en clave territorial y encontraremos siempre subyacente una constante tensión entre “centralismo y descentralización”, entre las estructuras e instituciones centralizadas y los intentos descentralizadores siempre incompletos e inconclusos, que atraviesan los decenios conservadores y liberales bajo la Carta de 1833, la República presidencial de 1925 y la República autoritaria de 1980.
La experiencia de la CORFO (1938-1973) fue la primera tentativa exitosa de descentralización que dio orígen a las macro-regiones de la planificación estatal y que fue aprovechada en los 60 con la creación de las ORPLAN, de la Junta de Adelanto de Arica y la Corporación de Magallanes, uno de los esfuerzos más exitosos de descentralización económica y administrativa realizado entre 1967 y 1973.
En los 70, Chile pasó del esquema territorial de provincias al de regiones. A los esfuerzos de desconcentración y descentralización hasta 1973, se sucedió la regionalización centralizadora y autoritaria de 1975 liderada por la CONARA, dando forma a once regiones, un nuevo mapa de las comunas, resultando en gobiernos regionales dependientes del poder político, presupuestario y administrativo central...
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