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“CHILE, REVOLUCIÓN SILENCIOSA” por José Alberto de la Fuente

Joaquín Lavín Infante, ex joven admirador del General Pinochet, ex candidato a la Presidencia de la República en 2000, ex Alcalde de Las Condes y ex Ministro de Educación de Sebastián Piñera, pretendió contribuir a la justificación de la dictadura y a la entronización por la fuerza del modelo neoliberal en la economía, con su ensayo Chile, revolución silenciosa1. Según el comercio editorial de los años 1987 y 1988, durante veinte semanas consecutivas fue el primero en ventas con más de 114.000 ejemplares. Recordamos que su difusión fue muy controvertida; nunca se desmintió que los costos de la edición y la difusión estuvo a cargo de un organismo del Estado.

¿Es posible inferir o conocer parte del pensamiento social, económico y político de Lavín a través de este ensayo? ¿En qué puede contribuir el hecho de hacer una relectura después de 24 años de haber sido publicado este texto, en el cual su autor se empeña por justificar las bondades de la dictadura de Pinochet y del actual gobierno?

Al ciudadano chileno que hoy está sufriendo los efectos y la acumulación negativa de los fracasos del modelo neoliberal y del sistema económico que impuso la dictadura y que, tanto la Concertación como la derecha UDI+RN (y nostálgicos del pinochetismo), aún tratan de sostener y maquillar con “políticas sociales”, parches constitucionales y una clase política ajena a las demandas ciudadanas, encapsulada en sus compromisos corporativos, puede resultar interesante recordar y asociar cómo el paso del tiempo y los porfiados hechos, demuestran hoy en día por qué la sociedad chilena resiste indignada y vive las patologías de un régimen político que es ilegítimo (justificado por la Constitución del 80), ineficiente (confundiendo crecimiento con desarrollo), ajeno a la mayoría de los ciudadanos y del pueblo chileno (crisis de representatividad, políticos ajeno a la realidad y a las demandas populares); y como si estos tres factores no fueran suficientes, se agrega el manejo mediático para manipular a la población y controlar la información.

Sebastián Piñera, llega a la Presidencia de la República, fundamentalmente por tres evidencias: agotamiento del proyecto político y falseamiento ideológico de la Concertación, encantamiento mediático de la Derecha y del pinochetismo, quien le “roba” a la Concertación la noción de “cambio” y el apoyo del gobierno norteamericano, de las transnacionales y del capital financiero internacional para mantener sus granjerías en el territorio chileno y en su economía. En este contexto, Joaquín Lavín, se desempeña como Ministro de Educación, anunciando pomposamente que 2011 es “el año de la educación”, produciéndose las movilizaciones y protestas más numerosas de alumnos, estudiantes, profesores y ciudadanos, en casi todas las regiones y ciudades del país y que no se habían producido desde 2006.

Chile, revolución silenciosa, es un ensayo que permite asomarse a cuál fue la motivación de Lavín en aquellos tiempos y a qué se debió su desempeño como Ministro de Educación en el gobierno actual, sin mostrar algún tipo de evolución respecto a sus criterios y principios de antaño. El ensayo basa gran parte de la información en el Centro de Documentación de la empresa “El Mercurio” de la época y el libro del norteamericano John Naisbitt Magatrends, varias veces citado. No hay mención a otros referentes bibliográficos y tampoco a otras fuentes de estudios económicos y menos sociológicos. Consta de una introducción y de once capítulos:

1) Las tendencias de la revolución silenciosa (para la transformación de Chile en un país desarrollado).
2) Integración al mundo (argumentando cómo se debe vender un país sin que la gente se dé cuenta).
3) Made in Chile (explotación del subsuelo, de los suelos agrícolas y de la naturaleza).
4) Nuevos polos de desarrollo (destacando nueve ciudades desde Puerto Montt a Iquique).
5) El Chile informado (sobre cultura y educación, el país “exportador de inteligencia”)
6) La empresa eficiente (incorporar el modelo empresarial norteamericano, la subcontratación y el papel de las multinacionales chilenas)
7) El gobierno se acerca (justificando a la dictadura, la revolución municipal en Conchalí y la reducción de la burocracia estatal)
8) “Clientización” de la economía (apología al mall, donde ahora comprar en un “paseo”, al avance tecnológico de las citronetas con teléfono y a la “gimnasia bancaria en horas de descanso”)
9) Los nuevos negocios del sector privado (donde levanta los modelos de médicos, profesores y recolectores de basura como empresarios)
10) Profesionalización al combate a la pobreza (poniendo como ejemplo el Hogar de Cristo como modelo empresarial de la revolución silenciosa porque ha incorporado la subcontratación)
y 11) La sociedad de las opciones (destacando a modo de conclusión los nuevos liderazgos, entre los cuales, obviamente, incluye a su persona).

A pesar de las debilidades teóricas y metodológicas, en el segundo capítulo se podría detectar una suerte de hipótesis: “Los cambios obedecen principalmente a un factor: la integración de Chile a la economía mundial, megatendencia que constituye la base de la revolución silenciosa que describimos en este capítulo y en los restantes. Vivimos en un mundo interdependiente, en que ya nadie es autosuficiente y aislarse tiene un alto costo en términos de nivel de vida de la población” (página 28).

Otros aspectos que llaman la atención de Chile, revolución silenciosa, y que revela el pensamiento, principios y criterios del joven revolucionario Joaquín Lavín, adalid del neoliberalismo para la “democracia protegida y nacionalista” (como lo justifica en algunas de sus páginas el folleto Principios y conductas básicas en el Chile de hoy y mañana de 19802) , son las siguientes: la mayoría de sus aseveraciones son datos descontextualizados de América Latina y del Chile real; en ninguna parte hay atisbos de una teoría político-social, eludiendo referirse a las persecuciones y a la implementación de un Aparato de Estado al servicio del crimen organizado. Llama poderosamente la atención que un declarado cristiano-católico y del OPUS DEI como él, nunca utilice la palabra solidaridad y otras nociones filosóficas y sociológicas humanizadoras. Tampoco reflexiona, toma distancia o asume el ordenamiento constitucional con el que Pinochet justificó su estado de excepción permanente. En muchos otros lugares del ensayo, hay reiteradas alusiones a la educación nacional y a su importancia para consolidar el ideario de los mercaderes de turno avalados por el régimen de facto. Festeja la postura del régimen cuando le atribuye cercanía con la “gente”, diciendo que “los traspasos a las municipalidades de los establecimientos de educación y salud permiten acercar las decisiones a las personas”3.

En otros apartados se congratula de la creación de colegios particulares y de 2.700 escuelas privadas subvencionadas por el Estado y de otras como Mi Casa, la fundación Miguel Kast y el Hogar de Cristo…En el apartado “La esperanza del kiwi” del capítulo tercero, refiriéndose a los recolectores de mora justifica sin más el trabajo de niños de cinco años: “En la recolección trabajan desde niños de 5 años hasta abuelos de 70”4. En el capítulo quinto, justificando el negocio del “Atari” y basándose en los estudios del profesor Ricardo Blanche de la Universidad Católica, se convence sobre el efecto del uso temprano del computador entre los niños más pobres que viven en la población La Pincoya, diciendo que “gracias al uso del computador, la agresividad de los niños y jóvenes baja significativamente. Asimismo, la asociación entre un niño de La Pincoya y un Atari es varias veces superior y a la relación y creatividad que se logra entre el mismo Atari y un niño de Las condes o Providencia y la razón se debe a que los pobres, desde que nacen, deben buscarse su propio alimento”5. Finalmente, el pensamiento de Lavín, se sintetiza en el capítulo noveno sobre los nuevos negocios del sector privado: previsión, salud y educación, tres industrias que según él comienzan a mover miles de miles de millones de dólares. En Educación, su gran apuesta está en la inclinación y formación de profesores- empresarios.”El gran auge de los profesores-empresarios está en las escuelas, liceos y colegios orientados a los niños de menores recursos, incentivados por el mecanismo estatal que otorga una cantidad de dinero por cada alumno atendido diariamente”6. El Estado, una vez más, entregando dinero a privados para que hagan su lucrativo negocio para la educación más cara y más precaria del mundo.

¿Qué más se podía esperar de un Ministro de Educación como Lavín? ¿Qué innovaciones podía incorporar al sistema, si él es un profesor-empresario que justifica universidades con fines de lucro? Sumados los años de dictadura, más los veinte años de transición concertacionista para “alcanzar la democracia plena” y lo que va del gobierno de Piñera, los resultados están a la vista. En primer lugar, refutan e invalidan totalmente las páginas de Chile, revolución silenciosa y confirman la inoperancia del gobierno en materia de educación y libertad de enseñanza. En segundo lugar, una reforma estructural al sistema implica diseñar y aplicar un nuevo proyecto que abarque desde la sala-cuna hasta la formación técnica superior y universitaria. Dentro del actual gobierno, creo que no es posible que los dueños de Chile vayan a renunciar a sus prebendas y negocios para solidarizar con una nueva propuesta sociocultural y educativa. Es pedir demasiado a quienes tienen sus mentes hipotecadas en la codicia y en la concepción mercantil de la educación como un buen negocio, “un bien de consumo” o un simple objeto de intercambio material. Los estudiantes movilizados han dejado al desnudo la lógica del sistema neoliberal, contrario a restaurar en Chile la educación gratuita, pluralista, laica y democrática para todos los niños, jóvenes y universitarios. Es tarea para otro porvenir, a mediano y largo plazo, la búsqueda de una legislación (Asamblea Constituyente para una nueva Constitución) y auténticos cambios basados en las aspiraciones y necesidades del pueblo.

NOTAS:

1) Lavín Infante, Joaquín (1987) Santiago, Editora Zig-Zag, 155 páginas.

2) Publicación de DINACOS (Dirección Nacional de Comunicación Social), aparato de difusión ideológica de la dictadura de Pinochet, impreso en talleres de La Nación en 1980, 62 páginas, guía de acción inspirada en la Declaración de Principios de la Junta Militar.

3) Chile, revolución silenciosa, Op., Cit, página 21

4) Op., Cit, página 51.

5) Op., Cit., página 83.

6) Op., Cit., página 139

20/07/2011

Publicado en el Semanario Tribuna Pública, Melipilla, julio de 2011

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