CIA: la basura bajo la alfombra

Entre las titánicas tareas que heredó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, figura la reforma de los servicios de inteligencia. El libro Legado de cenizas. La historia de la CIA, del periodista Tim Weiner, galardonado con el Premio Pulitzer, aporta un relato exhaustivo de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, apoyado en numerosos documentos oficiales. Atrocidades y fracasos de un organismo creado para la Guerra Fría que paradójicamente comenzó a declinar cuando se produjo la caída de su enemigo.

Barack Obama, el nuevo habitante de la Casa Blanca, parece haber recibido de George W. Bush la misma herencia que John Fitzgerald Kennedy recibiera de Dwight Eisenhower. Al final de su mandato, Eisenhower atravesó al entonces director de la CIA, el omnipotente Allen Dulles, con una frase lapidaria: “La estructura de nuestros servicios de inteligencia no funciona. Nada ha cambiado desde Pearl Harbour. He sufrido una derrota de ocho años. Dejaré a mi sucesor un legado de cenizas”.

A casi medio siglo de la anécdota, Tim Weiner recoge la frase para darle título a su libro y a la vez constatar que aquel legado presidencial se ha ido transmitiendo hasta formar una cadena de errores antológicos pagados con sangre y dinero. Legado de cenizas. La historia de la CIA es un trabajo de investigación monumental, que va desde la creación de la agencia, en 1947, por Harry Truman –en un intento por detener el avance del comunismo en Europa– hasta su agonía tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y la guerra de Irak, en 2003...