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¡Como lograr hablar de esto! por Alicia Gariazzo

Llama la atención que en los medios de comunicación oficiales no se hable claramente del empleo en Chile. O quizás es mi culpa por no siempre saber elegir qué leer o escuchar.

En primer lugar, se analizan dichas cifras sin preocuparse de su precisión ni veracidad. Bueno, en verdad, ello ocurre con todas nuestras estadísticas. Nos quedamos con que teníamos un censo mal hecho y ahora se habla del pre censo sin analizar o explicar seriamente las razones por las cuales el anterior no sirvió. No se identifica a los culpables, ni menos se toman las medidas correspondientes. Saffirio, en Estado Nacional, consideró que lo mejor de 2016 había sido la disminución de la pobreza, medida por la Encuesta CASEN, pero ¿no es que la CASEN estaba técnicamente cuestionada, incluso por organismos internacionales? ¿La mejoraron? ¿En qué consistió el arreglo? Nunca se dijo nada de las encuestas criticadas públicamente por sus malas metodologías, en temas tan vitales como la situación de los pensionados, el trabajo infantil, los niños muertos en el SENAME.

Tampoco se reconoció públicamente el impacto de las encuestas inventadas. A fines de los 90 y a comienzos de los 2000, antes del MOP GATE, instituciones del estado simulaban mandar a hacer encuestas a universidades que luego no las hacían. Los fondos se devolvían sacando un porcentaje y la institución pertinente proyectaba cifras antiguas presentándolas como resultados de la correspondiente encuesta. Incluso tuve antecedentes de corrupciones similares en el INE. Se ignora si estos hechos, que fueron un secreto a voces, continúan como práctica habitual o se tomaron las medidas para superar algo tan vergonzoso. Lo que es claro es que los presuntamente implicados continúan dictando cátedra y, al parecer, mejoraron los sueldos reguleques. En definitiva, sea por lo que sea, nuestras cifras estadísticas están cuestionadas y no se observa el intento de comenzar todo de nuevo para ser capaces de entender cabalmente nuestra realidad.

Una de las estadísticas básicas para cualquier análisis económico elemental es la cifra de desempleo trimestral. En los años 60 estas provenían de una encuesta de empleo que hacía el Instituto de Economía de la Universidad de Chile de la época, con estudiantes que hacían las encuestas en los diferentes barrios y comunas de Santiago y que luego trabajaban en su tabulación. La actividad, al igual que el censo, era pública y transparente. En la actualidad, las cifras del desempleo trimestral son aceptadas sin discusión y “los economistas” de la TV, junto a todos aquellos cuyas opiniones son valoradas oficialmente, basándose en estas extraen serias conclusiones sobre la economía de nuestro país. Lo que se ha escuchado últimamente es que el desempleo creció o se mantuvo y que tiende a aumentar el empleo por cuenta propia. Ello no se profundiza, pero cuando se asoma alguna reforma que pudiese hacer alguna exigencia al empresariado, de inmediato se concluye que estos dejarán de invertir y que, por lo tanto disminuirá el empleo. La conclusión inmanente es que siempre hay que tratar bien a los empresarios, especialmente a las ocho o diez familias dueñas de Chile, para que inviertan y nos den empleo. Debemos entregarles todo, no cobrarles impuestos, permitir que exporten sus talleres y sus capitales, ya que sin sus inversiones no tendríamos empleo para vivir. Comprenderán, que aunque las estadísticas sean confiables, precisas y continuas, como nos enseñaban en la Escuela de Economía en los años 60, esta aseveración es completamente absurda.

Un aspecto digno de mención, es que se teme al desempleo, pero no al trabajo por cuenta propia. Se parte de la base de que si este aumenta, ello se debe a que han aumentado las PYME emprendedoras. El optimismo siempre es bienvenido, pero en un país donde no hay apoyo a las PYME, donde los bancos, incluyendo al recién nombrado Bancoestado, les dan algún financiamiento solo a intereses usureros, habría que ser un mago para que se desarrollara el emprendimiento y las PYME crearan empleo. Lo más probable, y basta con caminar por las calles céntricas de las principales ciudades, es que el trabajo por cuenta propia aumente, debido a que aumentan sistemáticamente todo tipo de ventas callejeras.

Más aún, las ferias de las pulgas, aún la más importante de Valparaíso, han crecido en los últimos años en cientos de cuadras aledañas a aquellas donde se instalaran en sus comienzos. Lamentablemente, no es demasiado pesimista imaginar que en estas cifras se esconden las correspondientes a todo tipo de trabajo ilegal. Porque, en una economía, todo suma o resta y al final las cuentas deben cuadrar. No se puede hablar de que en Chile haya delincuencia, prostitución infantil, que se decomisen 20 toneladas de coca al año que ingresan por la frontera, que aumente el alcoholismo y la drogadicción, que ya haya trata de personas y de órganos como en los países del primer mundo y sus mafias y que esto no se refleja en ninguna estadística.

Es mejor que haya empleo a que todos estemos mendigando por las calles como pronto lo tendremos que hacer masivamente los adultos mayores, pero tampoco imaginemos a todo tipo de empleo como bueno, productivo y bien pagado.

Finalmente, llama la atención, incluso a una persona como yo, que no está en la cúspide de su carrera profesional sino más bien jugando a los descuentos, que ni los economistas, ni los políticos de la elite, se refieran a la relación, cada vez más ágil e intensa, entre inversiones y desempleo. Cuando los empresarios y sus operadores nos amenazan con no invertir y así quitarnos empleos, pasan por alto, olímpicamente, que la mayoría de las inversiones en países como Chile en la actualidad, disminuyen fuentes de trabajo. Todos sabemos, desde hace muchos años, que todas las empresas manufactureras han externalizado sus talleres a China, al Asia y a aquellos lugares del planeta donde los trabajadores reciben sueldos miserables y trabajan como esclavos. Incluso lo hacen empresas pequeñas. Para mí es un misterio lo que exporta Fantuzzi, ya que hasta fabricar muñecas inflables es más barato en China. Que aumenten inversiones en Chile los más ricos del mundo, aunque sean de elaboración productiva, no asegura más empleo, salvo que nuestros trabajadores trabajaran por los salarios que trabajan los chinos o las obreras textiles en las maquilas de México.

Y no solo han disminuido los empleos productivos. Basta entrar a los locales de las empresas más ricas, como bancos, seguros y retail. En todas ellas cada vez hay menos personal. Aún sin considerar ninguna nueva tecnología, en estos locales prácticamente hay que atenderse sola. Porque todos sabemos que miles de tareas que se cumplían cara a cara, ahora se hacen on line. Las agencias de viajes están desapareciendo. Cencosud, Falabella y otros similares cada vez construyen más edificios elefantiásicos con menos personal e invierten en toda América Latina, pero sus ganancias principales están en los plásticos y sus intereses usureros. Paulmann, que ingresó hace unos años al record de Forbes de los más ricos del mundo, se puede permitir el lujo de tener una torre desocupada en pleno centro elegante de Santiago.

Pero esto es “peanuts” al lado de la disminución de empleo que ha traído la cuarta revolución industrial, donde pronto conseguiremos robots a US$100. Como ello aparece como ciencia ficción, solo pensemos que en 1918 usaremos autos sin chofer, que en 1998, la Kodak tenía 170,000 empleados y vendía el 85% de todas las fotos en papel del mundo, que en muy pocos años quebró, aunque las cámaras digitales fueron inventadas en 1975. Uber es solo una herramienta de software, no posee ningún vehículo, y ahora es la compañía de taxis más grande del mundo. En USA jóvenes abogados ya no consiguen trabajo porque con IBM Watson puedes conseguir asesoramiento legal en segundos con una precisión del 90% comparado con la precisión del 70% de los humanos. Watson Health ya está ayudando a enfermeras a diagnosticar cáncer, con 4 veces más precisión que las enfermeras humanas. Siempre cito ciento de ejemplos de la nueva tecnología que están en la prensa internacional y que ya se usan en Chile.

Felizmente, aunque cae y seguirá cayendo el empleo tradicional, aparecerán nuevos oficios y progresos para el ser humano. El cambio climático nos llevará a descubrir formas de compensarlo como aumentar la desalinización y las formas de energía pura. El precio de la energía solar caerá tanto que todas las compañías productoras de carbón estarán fuera del negocio para el 2025. Con electricidad barata vendrá también agua abundante y barata. Estoy hablando de todo un poco, solo para mostrar que debemos hablar de esto.

Ocultar la cara a los cambios no impide que estos se cumplan. Es fundamental la discusión, el relevamiento de los problemas y sus causas. Es fundamental la planificación con la participación de la sociedad civil. Más aún la planificación de la educación, la protección del Estado para sobrevivir en la mejor forma los cambios y ocupar el ocio momentáneo en la creación de nuevos oficios, donde el estímulo a los innovadores es la clave.

Alicia Gariazzo
CONADECUS

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