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Debate sobre las elecciones municipales

EL SISTEMA POLÍTICO ESTA AGOTADO Y SECUESTRADO POR LA DERECHA

Por Enrique Villanueva

La parcialidad del análisis es siempre oportuno para quienes sacan cuentas alegres y convenientes, pero preocupante para quienes pensamos en la resquebrajada institucionalidad política de nuestro país, situación que en forma creciente está preocupando a tantos chilenos. En nuestra opinión, mas allá de las cuentas alegres que se puedan sacar de las ultimas elecciones municipales, lo que ha quedado de manifiesto, una vez mas, es que el sistema político pactado por las elites políticas y militares a principios de los 90 y que garantizó la continuidad del modelo pinochetista, está obsoleto y que es necesario ponerse de acuerdo para diseñar un nuevo sistema institucional, que responda a las exigencias de nuestros tiempos.

Si se miran las cifras de votos con detenimiento, en estas elecciones municipales el rechazo al sistema político electoral binominal quedo de manifiesto, primero por el 60% de abstención y segundo porque la derecha ultra ( hoy enchulada como centro derecha ) no supera el 33%, porcentaje que con el truco del binominal, les asegura arrastrar candidatos a ocupar los cargos electos mas allá de las preferencias que marcan los electores en las urnas.

Lo anterior es además el marco de una derrota clara y contundente para el Gobierno empresarial de Piñera, quien rompió el “record” de que siempre el gobierno gana la primera elección, perdiendo además Municipalidades que le son fundamentales, entre ellas Providencia, Santiago, Concepción, Recoleta, Conchalí, Independencia, Los Ángeles, Huechuraba, la mayoría en manos de la UDI.

En todo caso esta debacle de la derecha se inició antes de las elecciones, proyectando y anunciando un aumento para sus preferencias en el voto de la población joven, incorporada al registro electoral como voluntaria. La pregunta es que podían esperar, si la mayoría de estos votantes o fueron duramente apaleados en las calles durante el ultimo año, o son victimas de un sistema de educación desigual que los entrega al mercado y los mantiene como deudores para toda su vida, o son parte de una mayoría de chilenos (as) duramente excluidos o maltratados por un sistema económico especulador y abusivo. En todo caso este resbalón es de toda la clase política, la que se equivocó al no tomar en cuenta el descrédito objetivo que cruza a todos los partidos en la opinión pública. Pero lo sabían o al menos lo percibían, eso se demuestra con el hecho que la mayoría de los candidatos a alcaldes y concejales ocultaron “ratonamente” de que partido provenían, temerosos del rechazo y el cansancio de los ciudadanos (as) respecto de una democracia precaria, de la ineptitud de sus instituciones y de la creciente corrupción de quienes debieran representar los intereses de quienes votan.

Pero bueno, lo concreto es que el alto nivel de abstención registrado no es solo porque se aprobó el voto voluntario, un pequeño porcentaje deriva de esto, las razones son otras y de mas peso, el 60% de abstención significa que el sistema político esta deslegitimado y es una crítica a la institucionalidad vigente. Una parte sustancial de ciudadanos no acudimos a las urnas porque entendemos que el sistema político esta agotado y secuestrado por la derecha así de simple y la otra parte, los jóvenes, ya han demostrado su descontento con el gobierno actual, pero sobretodo con el sistema político y económico que les impide desarrollar la mayor fuente de su futuro, la educación.

Por lo tanto si se quiere mas participación ciudadana en los comicios electorales futuros, no se trata solo de remendar el sistema electoral en cuanto a su modernización tecnológica, u ordenar el sistema de financiamiento de los partidos políticos. No seria malo en este punto mirar hacia otros países que si se han modernizado sus sistemas, como Venezuela por ejemplo, que con muchos mas habitantes que votan, los resultados son rápidos, limpios y dejan tranquilo a todos.

Nuestro sistema electoral es arcaico en su estructura y tecnología, como institución responsable de la transparencia de los procesos electorales, con su actual visión y tecnología, a mano, no legitima una organización eficiente. En particular no da garantías en cuanto a la claridad, equidad y credibilidad de estos procesos y sus resultados, lo que es un propósito importante y crucial, para mantener vivo en los ciudadanos y ciudadanas la credibilidad por la democracia.

Reformas que son importantes pero que no nos deben alejar del problema principal, que es la actual Constitución, pilar de la realidad jurídico-política en Chile, la cual adolece de legitimidad tanto de origen como de contenido. Bajo las actuales circunstancias la relación entre democracia-Constitución, afecta directamente a la democracia como principio legitimador de la sociedad.

Por lo tanto este es el factor mas importante de la desafección política demostrada por parte de la mayoría de los ciudadanos, lo que se expresa en el reclamo cada vez mas generalizado por una Asamblea Constituyente. Una petición que es justa porque es el ideal a que aspiramos los chilenos y tiene que ver con ( los valores de) la igualdad y libertad de los seres humanos, vale decir, como un postulado ético donde el pueblo se constituye en sujeto del poder y la soberanía popular no tiene cortapisas. Por eso entonces la gran interrogante está dada por el lado de la oposición, se trata de como constituir una alternativa política a la derecha, partiendo de la base que la Concertación ya no lo es. Razón por la cual ha llegado la hora de que los partidos de la oposición y en particular la izquierda, creen una propuesta y un bloque político capaz de brindarle a Chile una salida política y una alternativa distinta a la actual. No es un camino fácil pero es realizable, para eso hay que vencer viejos signos y temores heredados de la dictadura, derrotar a las voces oportunistas que han empezado, como históricamente lo han hecho, a oponerse a un llamado claro y explicito de la ciudadanía. Aquí no se trata de la izquierdización o no de la Concertación, la exigencia ciudadana es de un nuevo bloque político que trascienda las paredes de la principal coalición opositora nacida a fines de la dictadura.

Para algunos, afectados por los traumas del pasado o simplemente porque con esto ven disminuidas sus aspiraciones personales, o sienten que se rompen sus intereses transversales, lanzan sus “cucos” amenazando la radicalización de la oposición o que se “cometa el pecado”, de construir un programa de gobierno que incluya a la izquierda y avance con todos quienes nos oponemos el continuismo pinochetista. Para una derecha acostumbrada a imponer sus intereses y excluir a quienes pensamos distinto a ellos, ser de izquierda es un pecado mortal, porque es oponerse a un sistema económico brutal, especulador, que excluye a la mayoría de los ciudadanos de una vida con igualdad de oportunidades, es pretender la propiedad social de las riquezas nacionales para garantizar un trabajo digno, educación y salud a la población. En suma para RN y para los “Udiosos”, el reclamo de la mayoría de los chilenos para vivir en una sociedad en la cual el centro de gravedad de la economía, no sea la codicia ni la especulación sino la solidaridad y el eje de su desarrollo, sean las personas y no el fetiche del mercado, es un signo de izquierdización.

Por el contrario, si algo nos ha quedó claro en estos años de gobierno derechista manejado por la “Udiosidad” extrema, es que ser de derecha es una cuestión ideológica profunda, es optar por un modelo de sociedad excluyente y clasista, amparando un modelo económico en el cual el crecimiento de la economía es para el beneficio de unos pocos, lo que no aporta sino que obstruye el desarrollo sustentable y humano. Es este gobierno manejado por la ultra derecha quien ubicó a una mayoría de chilenos (as) al otro lado de la acera, somos los ciudadanos y ciudadanas las victimas del privilegio del capital explotador sobre el trabajo. Son los hechos que hemos vivido desde que Piñera y sus ministros empresarios llegaron al poder, los que nos convencen que el camino futuro es por un Chile distinto a este.

Ahora bien, tendrán que decidirse también aquellos que no siendo militantes de la derecha ultra, disfrazan su codicia en nombre de aparecer como independientes, o los que se ocultan en negociaciones entre cuatro paredes para favorecer a los que gobiernan a favor de sus intereses. Son los que durante estos últimos 20 años se han prestado para justificar que los especuladores no paguen impuestos, que no permitan los derechos del trabajador (a) y de negociación colectiva entre empleador y empleado. Son quienes en nombre de la democracia han aceptado y promovido la educación como un negocio generador de desigualdades, o los que se niegan a proveer a la comunidad de una política ambiental que vele por los derechos de todos y no por las inversiones de unos pocos.

Bajo esta realidad, en los últimos años, el principal partido político opositor a la felicidad de la mayoría de los chilenos es la codicia, que impera sin límites, que ha cruzado los limites ideológicos de la izquierda y la derecha, como ocurre en muchas partes del mundo y en especial en nuestro país.

Así entonces y a pesar del control sobre los medios de información, nos damos cuenta que necesitamos una democracia participativa que nos permita cambiar lo que nos interesa a nosotros los ciudadanos comunes y corrientes, es decir, un régimen marcado por “la gobernabilidad” impuesta por el poder económico. Aunque la ultra derecha y los oportunistas griten y pataleen, la oposición a sus aspiraciones proviene desde una propuesta que incluye a la izquierda, de personas que nos oponemos a un sistema en el que los poderes del estado están permeados por los intereses del mercado.

Las recientes elecciones entonces, son una voz de alerta que las exigencias y expectativas que tenemos los chilenos son distintas a las de 10 años atrás, además están bastante mas arriba, como una línea de salto alto, marcando el desafío ciudadano tanto para la izquierda y la Concertación. Un imperativo ineludible que debiera orientar el diseño de un programa y acuerdos de largo plazo, con propuestas claras para unir a la oposición y dar respuestas a la fase cada vez mas brutal de la lucha de clases que se vive en el país. En este contexto, la así llamada clase política debe escuchar un clamor popular cada vez mas significativo, es el cambio estructural a nuestra institucionalidad política, una Asamblea Constituyente para diseñar una nueva Constitución, lo que incluye un sistema electoral más representativo y la incorporación de mecanismos de participación ciudadana directa, como son las primarias o el plebiscito.

La unidad que se necesita entonces, es para dejar atrás el clientelismo como opción para participar en una nueva coalición, por lo tanto la unidad no hipoteca la independencia, es mirar a los otros en su calidad moral e intelectual, en su trayectoria al servicio de sus ideales, es el respeto para todas las convicciones.

Enrique Villanueva Molina Vicepresidente CEEFA-73 Centro de Estudios Exonerados Fuerza Aérea 1973


La asamblea constituyente y las interpretaciones post electorales

Por Patricio Segura

Sí, ya lo sé. Las elecciones no se ganan ni se pierden, se interpretan. Tal máxima es precisamente la que están poniendo en práctica desde la noche del domingo todos los que hicieron sus apuestas (y por tanto, algo tuvieron que ganar o perder) en la jornada del 28 de octubre.

Y aunque mosquee como axioma salido de una versión moderna de El Príncipe, la cínica frase da cuenta de algo consustancial a la política como acción humana. La creación de sentido. En política nada es triunfo o derrota absoluta (hablando en términos electorales, valga aclarar) y todo depende del ángulo desde el cual observemos la realidad y los objetivos declarados (o no). No digo esto como crítica, sino en el entendimiento que en la construcción de apoyos, respaldos o sueños colectivos no hay nada zanjado y siempre hay múltiples caminos posibles de recorrer.

Ejemplos.

Existen candidatos como Michelle Bachelet que se presenta a concejal por Las Condes en 1996 y cae derrotada al obtener un magro 2,35 % pero que una década más tarde es elegida Presidenta de la República con el 53,5 %. O alcaldes como Oscar Catalán en Aysén que en 2008 pierde contra Marisol Martínez obteniendo 4.005 preferencias pero que cuatro años después retorna en gloria y majestad con 3.880. Es decir, electo con menos votos.

Es eso lo que hemos visto en estas pocas horas. Aunque existe cierto consenso en que el gran perjudicado fue el gobierno y la Coalición por el Cambio, indicios hay de interpretaciones contrarias entre sectores interesados. El Mercurio recordándonos que la Alianza “mantiene seis de las diez comunas con más electores y agrega La Florida” y La Tercera que la UDI es “el partido más votado”. Y el presidente de la DC, Ignacio Walker, asegurando que el triunfo del bloque PS-DC ( “Concertación Democrática”) por sobre la alianza PRSD-PPD-PC-IC (“Por un Chile justo”) demuestra que “el camino es una coalición de centroizquierda y no de izquierda”.

Reiteremos. La construcción de la verdad política es un acto colectivo y son los argumentos los que deben entrar a competir en el supermercado de las interpretaciones que se ofrecen por una y otra mirada. Así, cada ciudadano puede elegir la que le haga más sentido (o elaborar la propia, en todo caso).

Si hay un tema que viene pesando a la Concertación (y a la oposición) es la factibilidad de formar un nuevo bloque político que trascienda las paredes de la principal coalición opositora nacida a fines de la dictadura. La tensión principal, que la trascienda hacia la izquierda. Antes esencialmente en contenidos. Hoy, en actores que la abandonaron precisamente por no compartir los contenidos. Hace una década se bautizó esto como la pugna entre autoflagelantes y autocomplacientes. Luego, entre conservadores y progresistas. Y en las últimas semanas, más o menos izquierdistas.

Para aportar a la discusión, recurriremos a los votos obtenidos en la elección de concejales y a un tema emblemático que marca la agenda sobre lo que se entiende o no por izquierdización: la convocatoria, previo plebiscito, a una asamblea constituyente para cambiar la Constitución. Algo que deberá analizar cualquier abanderado que quiera representar, en primera o segunda vuelta, a esa oposición que se siente lejana a un nuevo gobierno de derecha.

Por lo menos hasta ayer, el sistema de cómputos del Ministerio del Interior sobre un universo de poco más de 4 millones de votos válidamente emitidos indicaba que la Coalición por el Cambio, es decir el oficialismo, contaba con un 32,94 % de las preferencias. El pacto “Concertación Democrática” con un 27,36 % mientras que “Por un Chile justo” con un 22,10 %. El total de los dos bloques concertacionistas más PC da 49,46 %. Menos de la mitad necesaria para ganar una elección presidencial.

Con estos resultados en la mano fue que Ignacio Walker aseguró que a la Concertación no le conviene un giro a la izquierda. La apuesta por la “gobernabilidad” a todo evento –en una especie de “pax romana” a costa de los derechos y anhelos de la ciudadanía- ha sido la consiga, pero el problema hoy no es si este conglomerado tiene que mirar o no hacia un lado u otro, sino definir qué es lo que quiere ese sector amplio y ciudadano que este fin de semana votó por la oposición o, más positivamente dicho, por otra proposición. No incluyo acá al PRI ni a Chileprimero, que con relación a la asamblea constituyente en realidad nadie sabe para quién trabajan.

Porque si hablamos de asamblea constituyente es preciso señalar que esta propuesta cuenta con el apoyo explícito del 22,10 % que se adjudicaron radicales, PPDs, ICs y comunistas. Pero así también con el 4,51 % del PRO, ecologistas verdes y adherentes del Wallmapuwen. Y si me apuran un poco, con el 3,05 % del electorado del MAS y humanistas, y el 0,81 % de Igualdad. Es decir, un 30,47 % (incluidos los independientes asociados) que supera por más de dos puntos el 27,36 % de quienes se han autodenominado celadores del modelo vigente dentro de la centroizquierda.

Estos cálculos, como planteé al principio, no son verdad política absoluta. Son un dato más al análisis que se debe realizar en pos de objetivos político de transformación, que es lo que muchos buscamos. Algo que debe mirar Bachelet, por cierto, pero también cualquiera que quiera proponer un nuevo Chile (porque de eso se trata, al fin y al cabo) el próximo año.

Está claro que el gran protagonista fue la abstención que llegó a un 60 %. Si fue por flojera, acción política o fuerza mayor es algo que deberán dilucidar analistas y sociólogos, aunque está claro que es una variable esencial al momento de decidir las propuestas, caras y alianzas de las presidenciales y parlamentarias. Junto con un impulso serio hacia la educación cívica.

Como bonus track sólo aportar que en Coyhaique los candidatos que firmaron su compromiso por la asamblea constituyente para una nueva Constitución completan un 36,98 %. Y aunque se sumen al PS y a la “Concertación Democrática” los votos del alcalde electo Alejandro Huala, no es un dato menor que su candidatura tomó fuerza a partir de su participación en el movimiento sindical y social, que es un decidido adherente de la asamblea constituyente y que, además, rechaza los proyectos de represas en la Patagonia.

Que cada uno saque sus conclusiones.


28 de octubre 2012: El triunfo del NO más

por Juan Pablo Cárdenas (Chile) Director de Radio Universidad de Chile Premio Nacional de Periodismo

Domingo, 28 de Octubre de 2012

El resultado más contundente de la reciente elección municipal fue el del número de ciudadanos que se abstuvieron de votar. Se demuestra, así, que la clase política dio un paso severamente en falso cuando legisló para hacer voluntario el ejercicio electoral en un momento en que el descrédito que afecta a los partidos es tan generalizado y éstos mantienen bajísimo influjo en la opinión pública.

El hecho de que la inmensa mayoría de los candidatos a alcaldes y concejales haya ocultado su identidad política durante la contienda electoral es expresiva de que las cúpulas dirigentes están conscientes de la frustración y la desesperanza de la población respecto de nuestra precaria democracia, la ineptitud de sus instituciones y la creciente corrupción de quienes debieran representar los intereses del pueblo. Resulta repugnante, por esto, que los distintos referentes políticos saquen cuentas alegres respecto de los “votos válidamente emitidos” y se arroguen victorias que más bien le corresponden a los caudillos entronizados en los municipios o a quienes contaron con los más acaudalados recursos para sostener los millonarios gastos electorales, cuanto ejercer las múltiples formas de cohecho arraigadas, expresa o sutilmente, a este tipo de procesos.

Vista la abstención, quienes resultaron electos no alcanzan otra vez un respaldo ciudadano contundente que los legitime como representantes nuestros en los municipios. Situación que se empeora cuando debemos elegir a nuestros parlamentarios, puesto que el régimen binominal vigente le impone todavía más cortapisas a la soberanía popular, como a la aspiración de un régimen de verdadera solvencia republicana. Pese al estrepitoso estreno de la inscripción automática y el voto voluntario, todo indica que la clase política va a seguir postergando una reforma al régimen electoral y que, en un abrir y cerrar de ojos, va a enfrentar las contiendas que se aproximan bajo la institucionalidad heredada de la Dictadura y, luego, sacralizada por los gobiernos del duopolio político enseñoreado en nuestro país.

Pero hay que celebrar que durante esta campaña electoral se hayan multiplicado las voces críticas o disidentes del sistema que nos rige, cuya majadera continuidad es probable que nos conduzca a una nueva crisis institucional. De una justa y responsable lectura de los resultados, lo que cabe es sumar conciencia y movilización en favor de una Asamblea Constituyente y una Carta Fundamental refrendada por el pueblo. Para que con democracia pueda derrotarse la frustración, el desánimo y los inquietantes niveles de violencia que se manifiestan y crecen después de 22 años de post dictadura y dilaciones.

Es preciso, asimismo, que la izquierda y los políticos responsables abandonen las prácticas cupulares, el oportunismo electoralista y se manifiesten ante al país con ideas, programas y compromisos de buen gobierno. Que superen su actual vacuidad ideológica y sus líderes se ofrezcan como portaestandartes del cambio real y no como salvavidas de expresiones que ya perdieron vigencia o demostraron su fracaso en las oportunidades que la ciudadanía ya les brindó. Tanto en Chile como en el mundo.

Es necesario, además, el retiro de las viejas guardias y la irrupción de las nuevas generaciones en proyectos vigorosos, asentados en los tiempos actuales, como en las demandas del porvenir. En este sentido, no cabe sino lamentar que algunos dirigentes juveniles que despertaron la más sólida adhesión de los chilenos hayan sido embadurnados en este último proceso electoral por los intereses de los viejos partidos y los cantos de sirena de sus revenidos administradores. Es francamente lamentable que figuras juveniles promisorias hayan terminado de comparsa de las viejas organizaciones y de quienes quieren mantener sus prebendas dentro de un régimen político económico y social necesario de ser sustituido por la fuerza del pueblo movilizado. Sistema perverso que se muestra impermeable a las más mínimas trasformaciones dentro de la camisa de fuerza institucional que ahoga los anhelos de justicia social y democracia participativa.

*Fuente: Radio U de Chile


COMUNICADO ACES, FRENTE ELECCIONES MUNICIPALES DEL 28 DE OCTUBRE 2012

A nuestros compañeros secundarios, a sus padres y a todos los ciudadanos y ciudadanas:

En estas elecciones municipales, donde quienes han resultado electos lo han sido con menos del 40% de los votos recordamos que nuestra Asamblea tuvo el coraje de llamar a la abstención cuando nadie se atrevía a decir que la Institucionalidad estaba desnuda de democracia. Y lo sigue estando.

Tan desnuda está que manos del 40% de los votantes acudió a las urnas y, dentro de ellos, muy pocos jóvenes. Tanto que ya se habla del fracaso del voto voluntario y se habla de re-reformar la ley. Como si sólo fuese un problema de leyes y flojeras de la gente y no del hecho que muchos sienten que esta Institucionalidad nada tiene que ver con sus vidas. El descontento social, expresado en las amplias movilización, el descredito de todas las instituciones reflejado en las encuestas, el nacimiento de los grandes movimientos sociales hoy día se ha expresado en una alta abstención, la mayoría de los chilenos y chilenas no fueron a votar. Es un sistema que no tiene legitimidad. La gran perdedora ha sido la clase política. Los que hemos puesto los nuevos términos del debate hemos sido los estudiantes, mapuches, trabajadores, pobladores, los ciudadanos. Los que estamos hartos de este sistema.

Estamos muy contentos del intenso debate de estos últimos días: la gente ha desnudado pactos y sub pactos hechos a sus espaldas, las prácticas cupulares y las consignas vacías de una clase política que en reiteradas ocasiones olvida las demandas sociales. Muchos han entendido que el problema de fondo es que se nos ha llamado a ser parte de un sistema pensado para excluir a las mayorías de las grandes decisiones sobre todos los aspectos de nuestras vidas. Nos acordamos y tenemos fresca en la memoria esa fotografía donde Concertación y Alianza levantaban las manos y daban por cerrado el “conflicto estudiantil”. Entre ellos la Alcaldesa recién electa de Santiago.

No desconocemos que en comunas emblemáticas se ha logrado desterrar a torturadores y dinastías corruptas. Pero tampoco desconocemos que nadie entre los nuevos electos se ha pronunciado sobre la urgencia de la desmunicipalización de la educación y sobre el usufructo de la ley SEP y el desvío de fondos destinados a nuestra educación para sostener las alcaldías moribundas. En este contexto, la educación municipal seguirá siendo la caja chica del edil de turno.

Hemos aprendido de nuestra historia, que la única manera efectiva para resolver nuestros problemas es discutiéndolos desde la base y de ahí emanado propuestas y movilizándonos con una verdadera visión de país. Es decir, no existe otra manera de exigir legítimamente nuestras demandas que desde el mismo movimiento social en asambleas, concejos, juntas de vecinos, etc., esa es la idea del control comunitario. Así como sucedió en Aysén, Freirina y en muchos otros lugares del país, vimos como la organización dio resultado.

Insistiremos y trabajaremos para que el movimientos social en toda su magnitud se re articule, se empodere y se organice. Con el ejemplo de Aysén, Freirina, Dichato y La Ligua; con la dignidad y valentía de los pueblos indígenas; con las experiencias de los deudores habitacionales, portuarios, pescadores artesanales y trabajadores, todos en conjunto construiremos la verdadera democracia.

Por esto el día de ayer, los ciudadanos NO PRESTARON EL VOTO.

Por esto los movimientos sociales seguiremos movilizándonos, coordinándonos, proponiendo. Estaremos observando y exigiendo de las autoridades responder a nuestras demandas.

Porque la clase política tembló con nuestro llamado, somos los protagonistas del mañana.

ACES


Sr. Director,

Fui uno de los cientos de vocales de mesa que tuvieron tiempo para dormir una siesta, aburrirse y elucubrar teorías acerca del voto voluntario y, por extensión, sobre la democracia que tenemos.

La desideologización forzada a la que estuvo sometido nuestro país durante los años de dictadura y que se ha prolongado durante los 22 años posteriores del marasmo ideológico liderado por la Concertación y profundizado con maestría por la Alianza, han terminado por transformar al grueso de nuestra población en una suerte de ameba light e individualista, con ansias exacerbadas de consumo y propensa al sobreendeudamiento.

Como muchos invertebrados con sistemas neuronales básicos, esta masa social amorfa desde el punto de vista político, responde a estímulos específicos de manera predecible. Cuando los estímulos son pobres o de baja intensidad, un organismo de este tipo no reacciona. La escasa calidad de los candidatos representó un estímulo cercano a cero. La combinación nefasta entre el descrédito casi total de partidos políticos y la oferta a raudales de candidatos insípidos ideológicamente, salvo escasas excepciones, transformó las últimas elecciones municipales en una clara prueba que desde 1990 nos hemos convertido progresiva y sostenidamente en una Nación de invertebrados políticos, incapaces de oponer resistencia racional y coordinada frente a las agresiones permanentes perpetradas por vermes igualmente subdesarrollados, enquistados en las esferas de poder desde que la República es República.

Atentamente,

Marcelo Saavedra Pérez Biólogo


El Vaticinio se cumplió:

Elecciones Municipales en Chile por Nelson Aquiles Soto

Hoy domingo 28 de octubre 2012 después de las 18:00 Hrs, la ciudadanía chilena se fue informando y corroborando el vaticinio comentados en todos los círculos de la sociedad chilena, durante las últimas semanas especialmente en todos los círculos políticos, sin distinción donde se pronosticaba que un alto porcentaje de los ciudadanos de este país, se excluiría del proceso electoral para elegir a los concejales y alcaldes de cada una de las comunas de este Chile, sin embargo, dichos pronósticos quedaron corto, ya que este ha sido más del 65 % de la personas que definitivamente no creen en el sistema político actual.

Seguramente a pesar de los resultados oficiales entregados por el gobierno en el día de hoy, y como ha sido siempre en procesos electorales anteriores, especialmente después de la llegada de la ¨ democracia ¨ a nuestros país los años 90, cada conglomerado político estará sacando cuentas alegres e interpretando estas elecciones como una gran triunfo de sus ideas, sin embargo, nada de eso es correcto, ya que hoy, si ha vencido y se ha ratificado el triunfo de esos millones y millones de compatriotas, que definitivamente han hecho pesar sus fuerza, sin necesidad de violencia, sin la necesidad de aprovecharse de la ingenuidad de los modestos los ciudadanos, sin desplegar grandes sumas de dineros en propaganda, afiches, como lo hicieron la gran mayoría de esos 1159 candidatos que postularon para ocupar los 349 cupos de Alcades o esos 9.898 candidatos que postularon para ocupar 2.224 escaños de concejales (1), me refiero a los INDIGNADOS DE CHILE, quienes optaron por excluirse de votar en este proceso como una manera de expresar el rechazo y repudio al sistema político imperante, independientes que si estos son de derecha, centro o izquierda.

Después de estos resultados a contar de hoy lunes, estoy convencido que la forma de hacer política en Chile, sufrirá una metamorfosis, iniciándose un proceso real de Refundación de la República chilena, la cual invariablemente, debe concluir con el llamado a una Asamblea Constituyente, donde efectivamente se vean representado todos los sectores de nuestro país, sin exclusión de ninguna especie, menos ese más del 70 % de ciudadanos que no está de acuerdo con el sistema político actual, y a quienes el sistema hoy los cataloga de Antisistema y a veces con más dureza como Anarquicos.

Por lo anterior emplazo a los partidos políticos de todos los sectores de nuestro país, especialmente a quienes se sienten ¨ Triunfadores de estas elecciones ¨ y que crean efectivamente en la democracia, para apoyar e iniciar un proceso que permita el consenso ciudadano del llamado a esta Asamblea Constituyente, considerando además que buena parte de este trabajo ya se encuentra encausado y asi evitar que hechos como lo ocurrido en estas elecciones municipales se repitan en las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias.

Por ultimo y a modo de una ultima reflexión, es bueno tener en consideración lo que paso hoy en Chile, también puede ocurrir en la próximas elecciones en los Estados Unidos, donde vemos que antes de las elecciones presidenciales del 06 de noviembre próximo, existe igual llamado a los ciudadanos a comprometerse en participar en estas elecciones, quizás también porque los guardianes de la democracia ven con inquietud que sus conciudadnos desconfían de ellos, llegando a la conclusión que da lo mismo que gane un Demócrata o un Republicano.

Nelson Aquiles Soto Aguilera Ex – Consejero Nacional Federación de Trabajadores del Cobre Chile,

(1) Diario El Mostrador

Los Andes 28 Octubre 2012.


YA LO DECIDÍ… ¡ME ABSTENGO!

Ya lo decidí… le di mil vueltas y mil más por si acaso...Pensé en mis amigos y en algunos a los que puedo seguir llamando compañeros, que están de candidatos... Ante todo, quiero decirles que los quiero y respeto mucho, pero que finalmente no votaré en la próximas elecciones. Creo que es lo más ético, político, y trascendente que puedo hacer en esta hora conmigo mismo y con el sueño que sueño.

No quiero seguir jugando… y con eso, validando el juego de los tramposos. Estoy harto de medias tintas, especulaciones, tácticas y estrategias, males menores, ingenuidades e inmolaciones infértiles. Llevamos toda la vida intentado por el mismo camino, dándonos una y otra vez contra el mismo muro, que estructuralmente no se ha movido ni un sólo milímetro.

Creo que una alta abstención, provocará como arma deslegitimadora, mucho más daño al sistema, que el que puedan causarle algunas buenas personas, instaladas en su estructura, peleando infatigablemente con la burocracia, para conseguir finalmente nada, nada de lo trascendente que se propusieron.

Si la abstención el próximo domingo, está entre los más altos porcentajes de la estadística, podré decir por primera vez… que me fue bien en una elección, hasta podré ostentarlo incluso… Podré decir, que por fin le hemos dado un golpe duro y desestabilizador al viejo y gordo sistema y a su clase política, empresarial, religiosa, militar y comunicacional que nos atonta y esclaviza. Si así no fuera… no perderé mi dignidad, pues será apoyada del brazo, por su buena amiga: La señora Convicción.

Sólo quiero que mis amigos lo sepan, no pretendo estimular debates, ni reproches, ni aplausos. Sólo tengo ganas de ejercer mi derecho a la palabra, mi derecho a pataleo...a través de esta nota, nada más, ni nada menos.

No pienso defenderme ni atacar por esto que publico…No contestaré comentarios ni nada… Sólo quiero estar bien conmigo mismo, mi historia y estas ganas locas de gritar: que quizás no tenga muy claro, como quiero lo que quiero, pero que sí tengo clarito...clarito, lo que no quiero.

Una última cosa y no molesto más… Quisiera pedirles que reflexionen con perspectiva y sensatez histórica, acerca de esa afirmación, que algunos hacen, cuando dicen: que no votar, es darle en bandeja a la derecha la administración de la Democracia…Primero ¿De qué Democracia estaríamos hablando? y segundo ¿La derecha de hoy… es sólo RN y la UDI?

Abrazos,

Francisco Villa (trovero)

Santiago de Chile, 26 de octubre del 2012.


DÉCIMAS

La Democracia está Muerta en coma o agonizante

 I -
Cuando el infame mercado
y su ruin economía,
encumbra una minoría
y hunde al pueblo olvidado.
Cuando el poder conjurado
por la riqueza abundante,
junto a un gobierno farsante
hacen la vida incierta,
la democracia esta muerta
en coma o agonizante.

 II -

Cuando la constitución
bajo militar arbitrio,
en pleno estado de sitio
se impone a una nación
Y nadie pone en cuestión
su ordenamiento aberrante
y Chile sigue adelante
con sus leyes patituertas
la democracia esta muerta
en coma o agonizante.

 III -

Cuando tanto disparate
igual que en dictadura,
con la misma cara dura
e idéntico acicate.
Cuando tanto desbarate
tanto engaño aberrante,
es calcada a lo de antes
con represión vil y abierta
la democracia esta muerta
en coma o agonizante.

 IV - Cuando el que fue elegido no le cumple a sus votantes, y en actitud diletante no se da por aludido. Cuando con verbo florido habla de diálogo avante, y aísla a los dialogantes pues sella ventana y puerta, la democracia está muerta en coma o agonizante.

 V - Cuando en tierras ancestrales la ley es: el empresario, la justicia un santuario a favor de forestales. Cuando jueces y fiscales son fieles acompañantes, represivos y operantes pa’ los ricos en forma abierta, la democracia está muerta en coma o agonizante.

 VI - Cuando manda el empresario y todo Chile esta en venta, y el político de cuentas es un vulgar mercenario. Cuando no existen contrarios y todos son semejantes, para cubrirse prestantes sus robos tras de la puerta, la democracia esta muerta en coma o agonizante.

 VII - Cuando el cobre que es de Chile le da ganancias a algunos, y nos niegan los tribunos que el cobre sea de miles. Cuando los milicos viles reciben plata abundante, y congresistas campantes millonadas en su puerta, la democracia está muerta en coma o agonizante.

 VIII - Cuando privatizan todo las tierras, bosques y mares, y se adueñan de los lares de cualquier manera y modo. Cuando anda el acomodo empresarial campante, y con leyes vergozantes gana el lucro en su huerta, la democracia está muerta en coma o agonizante.

 Despedida- Así el sistema hace fiesta cuando vienen elecciones, se encienden las ambiciones y la codicia se apresta. Resucitan la indispuesta democracia a la acción, por prensa y televisión reaniman a la sufriente, mientras dura la estridente tanda de la votación.

Sólo pa’las elecciones reaniman la democracia, y le activan su gracia para infundir ilusiones. Cuando en sus elecciones prometen los aspirantes, un gobierno rutilante que al fin será lo mismo, votar es un espejismo que confunde al caminante.

Dictadura Empresarial es la que existe en verdad, con amplia complicidad Concertada y servicial. Ante tanto demencial quehacer de estos carajos, hay que oponer a destajo democracia libertaria, transversal comunitaria que se da, en los de abajo.

NO presto el Voto

Beto 26 de Octubre 2012 lugar_beto@yahoo.es http://poesiapopular-beto.blogspot.com/


EL LARGO Y ANGOSTO PAÍS DEL VOTO por Ángel Saldomando

La política contingente entre ella las elecciones tiene sus exigencias, pone las grandes ideas, las propuestas y las buenas intenciones frente al desafío de tomar posición en lo cotidiano y traducir lo que se pretende en la realidad tal cual está en ese momento. Por primera vez desde el recambio de la dictadura por la democracia de baja intensidad, la política contingente reúne un gran problema con la rutina de la realidad. Hay elecciones municipales con un nuevo padrón electoral y estas llegan en un contexto de crítica creciente del modelo de sociedad y pérdida de legitimidad de las instituciones y los partidos.

Esto abre dos flancos inéditos hasta ahora. Por un lado, la contingencia, elecciones municipales, que debería ser una problemática local se nacionaliza. Por otro, el acto de votar o no localmente se discute en clave de legitimar o cuestionar el sistema total y sus principales actores. Evidentemente esto no está generalizado pero en la medida en que vuelve parte del proceso político cobra importancia.

Ejemplo de ello es que diversos sectores desde la academia a los candidatos y electores sensibles a ello, debaten si se logra algo con votar o si con ello se ganan espacios para empujar los cambios que se están planteando nacionalmente. Ejemplo concreto es el compromiso de algunos candidatos de usar su espacio si ganan para impulsar cambios en la educación.

En la superficie sin embargo estas elecciones son de lo más descafeinadas, candidatos con números y letras, sin partido aparente y sin programa evidente. Esta aparente contradicción es sin embargo una prueba más de que estas municipales están íntimamente ligadas con la pérdida de legitimidad del sistema político y con el cambio de percepción en la sociedad generado por la movilización social de los últimos tres años.

Las posiciones por el cambio se ven interpeladas entonces este nuevo contexto a posicionarse con sus pretensiones en la contingencia electoral mientras que los partidarios del estatus quo tratan de salvar los muebles.

Votar o no votar ser o no ser

Como consecuencia de las frustraciones acumuladas y salidas a la superficie, del desgaste del sistema político, acompañada además por la desconfianza de una franja importante de potenciales electorales que por años se marginó de votar, se ha generado una posición política en torno a abstenerse de votar. Ella se argumenta como carencia de representatividad de los partidos y candidatos, como negación del sistema político y como consistente con una posición crítica frente a un sistema político desconectado de las presiones ciudadanas. Otras posiciones por el contrario reivindican el voto útil para acumular fuerzas, ganar espacios, crear alianzas. Sólo las más conservadoras siguen llamando a votar sin más, como base del sistema democrático, si aludir ni asumir que este en Chile está en un estado calamitoso.

El debate se volvió áspero y muchos calificativos se han vertido en la previa a las elecciones del próximo 28 de Octubre pero por sobre todo ha primado en el análisis una simplificación extrema del problema.

Las condiciones del voto

La validez de las elecciones se relaciona con dos aspectos, la credibilidad de sus resultados y la legitimidad del ejercicio.

En este sentido hasta ahora no hay argumentos serios contra la contabilidad de las elecciones en términos de fraude o manipulación, razón por la que en muchos países por cierto no vale la pena hacerlo. El segundo aspecto es si las elecciones permiten representar el sentir ciudadano y si las barreras a la entrada son tales que vuelven el ejercicio una farsa. Es el caso de los países de partido único, dictaduras y partidocracia que controla el sistema. Hay que reconocer que barreras a la entrada hay pero no impiden en las municipales la presencia de candidaturas militantes, sociales y por fuera de los partidos que controlan el sistema. Y si ellas logran hacer un espacio pueden representar diversas expresiones ciudadanas en función de diversas realidades territoriales, sociales y políticas. Punto este nada menor.

El debate sobre el ejercicio del voto puede o no considerar estos aspectos pero existen. Llamar en estas condiciones a no votar es por decir lo menos sólo subjetivo. Esta no es una elección que pudiera resumir y representar en un solo acto la crítica o la legitimidad del sistema político desde el punto de vista de su validez, son 345 elecciones municipales, proporcionales, en una sola vuelta y con alcaldes electos a voto mayoritario. Si el rechazo puro y simple hubiera sido la actitud dominante en Bolivia, Ecuador, Brasil y el Salvador por citar algunos casos las fuerzas progresistas todavía estarían invocando la salvación eterna.

El argumento político

Queda el argumento político para determinar la validez de las elecciones. Puede efectivamente que no haya opción de representación genuina, legitima frente a la pérdida de credibilidad del sistema político. Que las elecciones no cambien nada y que beneficien a los ricos o que voten solo los acomodados. Una vez más hay que recordar que no es una lección nacional única, son 345 elecciones con un trasfondo de temas nacionales. Además, por primera vez son elecciones más abiertas en términos de candidaturas, con crisis en los conglomerados tradicionales y fuerzas emergentes. Ello llama a un voto selectivo allí donde sea más útil, a abstener allí donde no haya alternativa. Pero esto es muy diferente a generalizar el no votar con frases simplistas.

Que las elecciones no sirven para nada es un argumento muy socorrido pero completamente falso si se verifican parámetros aceptables de su funcionamiento. La cuestión está en otra parte. Las elecciones sólo expresan ciertas formas de la correlación de fuerzas políticas, así como la democracia no produce nada que no sea reglas del juego más o menos democráticas. Son los proyectos políticos y las fuerzas que los animan los que producen cambios empujando la correlación de fuerzas en las elecciones y en la calle y ensanchando la democracia cuando hace parte de la propuesta.

Hay que reconocer y esto es lo que duele, que aún no hay ni un proyecto político que sume lo suficiente y que la correlación de fuerzas apenas comienza a cambiar. También hay que reconocer que estas elecciones llegan en ese contexto y por ello agudizan, hacen más visible, la contradicción entre el cambio de percepción en la sociedad sobre la solidez y la legitimidad del modelo y las fuerzas reales existentes para viabilizar una alternativa de cambio.

Aun así las elecciones pueden jugar el papel de hacer emerger y visibilizar cambios en la correlación de fuerza en vez de encerrarse en la propia negación. Puede que ello no ocurra por diferentes razones, entre ellas la tardía toma de conciencia y de los preparativos políticos en una situación nueva que pocos en realidad esperaban con el gran movimiento estudiantil.

Estas elecciones pasarán como parte de un proceso de reconfiguración de las fuerzas políticas en que se crea una oportunidad y hay pocas condiciones de explotarlas en un sentido absoluto de cambio pero dejar pasar las pocas que hay es poner la carreta delante de los bueyes.

El debate sobre las elecciones es saludable porque actualiza y re politiza a más sectores en la sociedad pero no cabe duda también que con ello se revela como diversos sectores están madurando y evolucionando, con su potencial como con sus riesgos. Y esto es importante de cara a lo que se viene en 2013 donde habrá también allí elecciones en una nueva situación en la que sería deseable poner los esfuerzos en una perspectiva más constructiva. Esto es lo que al final de cuentas hará o no que las elecciones adquieran más potencial. Si sectores importantes y los liderazgos nuevos o en reposicionamiento se empantanan en discusiones fuera de lo esencial se pagarán nuevamente los costos.


Voto o No Voto

Por Nelson Aquiles Soto

En estas ultimas semanas la opinión pública ha sido testigo, como la propaganda de los candidatos que aspiran a ser elegidos o reelectos como concejales o alcaldes, en las próximas elecciones municipales que se realizarán el domingo 29 de octubre, han invadido con letreros todos los lugares públicos de nuestro país, plazas, avenidas, calles etc., en igual forma esta invasión, ha llegado a las residencias de los mimos ciudadanos, con visitas de los propios candidatos, los cuales seguramente algunos, nunca más visitaran sus casas, independiente que sean elegidos o no.

También está ciudadanía donde la mayoría, según las ultimas encuestas, más del 70 % de la población rechaza el actual sistema político de nuestro país, vale decir, no tiene identificación con los dos principales conglomerados que han gobernado el país estos 32 años, ni con la Concertación, así tampoco por la Alianza, ve con pavor el derroche de millonarias sumas de dinero, que los distintos candidatos están botando a la calle en la búsqueda de sus pretendidas aspiraciones electorales, mientras un número importante de la población sufre miseria.

Es ahí que en mi calidad de ciudadano, habiendo participado en muchas elecciones políticas, y viniéndome al recuerdo elecciones similares realizada antes de la pérdida de la democracia y después de la recuperación de ella, me pregunto ¿Qué gana un ciudadano con apoyar cierto candidato?. Cuando todos de una u otra manera, tratan de ofrecer lo que de acuerdo a sus facultades de ser elegido, muchas veces no pueden cumplir, e incluso de que sirvió para un grupo importante de la población luchar por la recuperación de la democracia, y ejercer su rol de ciudadano votando por los candidatos presidenciales, cuando solamente ha servido en algunos casos, que estos llegaran al poder y privilegiaran solamente su entorno más cercano, olvidándose de quienes lo apoyaron lealmente, y estos no tiene que ver solo con la Concertación, también ha sucedido con la Alianza.

Quizás por ello y porque se percibe el descontento de la gente. en estas elecciones, la estrategia de los candidatos ha variado, ya que vemos que muchos de los candidatos, evitan incluso en sus propaganda, identificarse con el partido o conglomerado de donde pertenecen, y más bien buscan embolar la perdiz a ese más del 70 % de ciudadanos descontentos con el quehacer político, haciendo parecer que son candidatos sin compromisos políticos e independientes, es cosa de detenerse en la lectura de sus propagandas.

Pero quizás esto ultimo no sería tan malo, sin embargo dentro de sus propuestas, muchas de ellas hechas con las denominadas "frases cohetes", que se escuchan muy lindas e intelectuales, pero no dicen nada, le agregan que de ser elegidos trabajaran por más plazas y áreas verdes para los pobladores, más seguridad ciudadana, y muy poco hablan de terminar con la municipalización de la educación, con el tema de la droga en las poblaciones.

Pero para que necesitamos más plazas y áreas verdes para los pobladores, cuando ya sabemos que pasa con ellas en las poblaciones más modestas,, cuando vemos que en las poblaciones y los pobladores, necesitan, mejores oportunidades de trabajo para su gente, pero trabajos dignos y salarios justos, y que realmente generen riqueza, combatiendo así, el narcotrafico y consumo de drogas, y no con represión ni estigmatizando a esa clase trabajadora que en los años 60 y 70, eran la gran fuerza laboral del país, donde las empresas estatales y privadas y el esfuerzos de los trabajadores, aportaban el 80 % de las necesidades de alimentación y vestuarios de la población, sin embargo hoy, el 80% de estas necesidades provienen de países como la India China, Usa, entre otros, ¿dónde se quedaron empresas como Sumar, Yarur, Bellavista Tomé, Textil Viña, La Crav etc, etc,? ., la respuesta está, el modelo económico neoliberal las mató.

Por todo lo anterior creo, que estas elecciones, sólo servirán para seguir alimentado las ambiciones de poder de los conglomerados políticos de siempre, y en igual forma está sirviendo para posicionar a otros proyectos políticos personales, que aprovechándose del movimiento estudiantil, levantaron liderazgos independientes, el cual solo les duró hasta cuando se le abrieron los apetitos de poder. Es por ello que se hace necesario más que nunca, que ese más del 70 % de la población tenga sí, un candidato presidencial, para el 2013, que permita REFUNDAR LA REPUBLICA DE CHILE, el cual desde ya debe tener un tratamiento que le permita crear anticuerpos, que lo proteja de la ambición de poder, y más bien corra por sus venas, el solo idealismo de servir a Chile ya a su pueblo, como muchos pro hombres de nuestra patria, entre ellos O’Higgins, Carrera, Rodríguez, Balmaceda, Recabarren, Hurtado, Blest y Allende.

NELSON AQUILES SOTO AGUILERA Ex- Consejero Nacional Federación de Trabajadores del Cobre

Los Andes, 21 de octubre 2012.


De la sátira a la farsa: La necesidad de una crítica estructural en el actual concierto eleccionario. Por Andrés Cabrera

“En un país de mudos, se escucha un gran silencio, no se percibe que algo va a pasar, se esconde lo sublime, detrás de un nuevo engendro que derrama baba sobre la ciudad. Adrenalina desalmada, abre grietas hondas, nada recicla esta contención, el choque no se puede evitar… Está tan contenido, que se hace invisible y es lava hirviendo abajo de tu hogar, jadea de alegría, apenas huele sangre y no se conforma con alucinar…”I(1).

Bersuit Vergarabat.

Para nadie ha resultado ajeno el comienzo de un nuevo proceso eleccionario. Esta vez, las candidaturas que buscan alcanzar las plazas de los gobiernos locales han dejado un “sabor” distinto en la ciudadanía. El “gustillo” que nos ofrecen las imágenes de aquellas figuras políticas asociadas a los partidos tradicionales es amargo y desagradable. De seguro (haga el intento de cuestionárselo), la propensión a pensar en destruir la propaganda electoral diseminada por los espacios territoriales de nuestra cotidianeidad, es mucho más generalizada que un sentimiento de filiación como el que sigue: he ahí la (él) representante de mis intereses personales y comunitarios…

Ciertamente, este “paladar” –que de un tiempo a esta parte se ha vuelto más exigente y contestatario– ha puesto a prueba la capacidad explicativa de los politólogos que abundan en el horario matinal y nocturno de los domingos. Que no nos cause extrañeza entonces, cuando el sonido grave de sus voces nos inquiera: ¿Acaso el alma cívica de Chile sufre los embates de la anomia política? ¿O será que la ciudadanía se ha vuelto intolerante, no sólo a la lactosa y/o al transito lento, sino también a sus “representantes” políticos?

¡Ojo! No es descabellado pensar que, más temprano que tarde, los diagnósticos sociales se presenten de esta forma; (2) de hecho, los argumentos sobran. Sabemos, a partir de la encuesta CEP julio-agosto de este año, que un 41% de la ciudadanía no está segura por quien votar en las próximas elecciones municipales, mientras que un 15% presenta una disposición a votar nulo o blanco. Si gusta de la cizaña, agregue a estos índices el 18% de quienes ni siquiera saben por quien votar y/o simplemente no contestan a la pregunta en cuestión (hay veces que el silencio es más sensato que la oralidad) (3) .

Quizás un diagnóstico más certero, aunque no menos polémico, sea el de evaluar al panorama político actual en un sentido tragicómico. Esta lectura, más simple de lo que parece, se encuentra arraigada en nuestro sentido común; es tan cotidiana que incluso resulta accesible a mi hermano de 12 años, el cual, aún cuando no maneje los avatares de la realpolitik, comprende perfectamente la situación; su percepción y reconocimiento del acaecer político es claro: ¡El juglar lleva más de dos años en escena!

Lo novedoso y enigmático de este evento, cuestión que lo distancia de procesos históricos análogos, es que esta vez no fue necesario que un comediante del pueblo entrase a la corte a cumplir la grata tarea de fastidiar burlescamente al ejecutivo y su sequito. No Sras. y Sres. ¡Esta vez el propio ejecutivo ha cumplido esa función! Incluso a veces, dicho juglar es tan condescendiente que –cinta presidencial de por medio– nos ofrece momentos de humor en cadena nacional.

Sin embargo, y bien lo sabe la clase política, no todo es miel sobre hojuelas. Reír a carcajadas cansa; la repetición de un mismo chiste –aunque se esconda en rutinas que aparentan cambiar su contenido– termina por causar fastidio; no por nada los proverbios arraigados en la sabiduría popular han ganado fama de veracidad: chiste repetío’ sale podrío’.

La risa es tan sólo el primer síntoma del descrédito generalizado. ¿Qué reacción debiésemos tener ante candidaturas que encubren, a través de pegajosos jingles musicales, programas políticos carentes de contenido? En este último tiempo, nos hemos habituado a un nuevo tipo de bipolaridad; pasamos de la sátira a la farsa en un santiamén: ¿Cómo debemos reaccionar ante imágenes como ésta?

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¿Lanzamos una carcajada o fruncimos el ceño? Al parecer, ha llegado el momento de hacernos cargo de la segunda alternativa. La indignación, concepto que sintetiza el despliegue del descontento durante el 2011 a nivel global, debe formalizarse, no obstante, en una crítica organizativa entronizada en la estructura del modelo neoliberal.

Al parecer, el desmoronamiento de la base institucional democrática no es sinónimo de transformación: ¿no será necesario entonces revitalizar la crítica de la economía-política? ¿Acaso la crítica social no adquiriría mayor consistencia si el radio de ilegitimidad alcanzado en la esfera política lograra expandirse al ámbito de las relaciones económicas?

Erosionada la brecha que distancia a la sátira de la farsa: ¿no deviene en imperativo el llamado a desajustar el orden donde se reproduce –según las irrenunciables palabras de Galeano– la cotidiana humillación de las mayorías?

Notas:

1) Perro amor explota. Escúchese: http://www.youtube.com/watch?v=AEnEs7dU3aY

2) Los politólogos que aparecen en TV están más vinculados al juego político de lo que realmente parece. Tan sólo recordemos que la senadora designada Ena von Baer compartía sus “análisis objetivos” a través del programa “Estado Nacional”

3) Véase. Encuesta CEP Julio-Agosto 2012. Disponible en: http://www.cepchile.cl/dms/lang_1 /doc_5110.html#.UHPt1q4pBWo.

Andrés Cabrera es Lic. en Historia con mención en Ciencia Política (PUCV). Mag. © en Análisis Sistémico aplicado a la Sociedad (UCH). Miembro de la Universidad Popular de Valparaíso.

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