Desde mis ojos nativos

…Oye amigo, compañero de viaje. Si conmigo quieres hablar, por favor. No te disfraces de Estado, ni capital ni social. ¿Qué es lo que quiero? Tantas cosas, sobre todo cultivar. Mis sueños, mi familia, pensamiento y paz... Ah interminables sofistas, encubridores de verdad!...¿Qué es lo que no quiero? Tantas cosas, pero si me quieren disfrazar... Por favor nunca de Reino, que pudiese MAPU usurpar…

Era 1987 y la visita del Papa Juan Pablo II revolucionaba el sur del mundo, cientos de miles de personas acudían para escuchar el llamado del hoy beatificado pontífice quien espetó en todos los tonos a “comprometerse con el cambio profundo de la sociedad” y otros ya olvidados como “los pobres no pueden esperar”. En Temuco, recordamos sus sabias palabras: “El Papa, hoy desde Temuco, alienta a los mapuche a que conserven con sano orgullo la cultura de su pueblo: las tradiciones y costumbres, el idioma y los valores propios. El hombre es imagen y semejanza de Dios; por esto mismo, el amor de Cristo a los hombres alcanza a todas las múltiples formas de las que el hombre se expresa conforme a esa imagen y semejanza. Al defender vuestra identidad, no sólo ejercéis un derecho sino que cumplís también un deber: el deber de transmitir vuestra cultura a las generaciones venideras, enriqueciendo, de este modo, a toda la nación chilena, con vuestros valores bien conocidos: el amor a la tierra, el indómito amor a la libertad, la unidad de vuestras familias. Sed conscientes de las ancestrales riquezas de vuestro pueblo y hacedlas fructificar”...