Echelon, las grandes orejas

Las informaciones que difundió Edward Snowden sobre el gigantesco espionaje estadounidense provocaron un escándalo mundial. Hace 15 años, otra denuncia similar, -el sistema Echelon- pareciera que no tuvo el mismo impacto y que los gobiernos espiados no tomaron las medidas necesarias...

Edward Snowden, responsable de una de las filtraciones informáticas más estrepitosas de nuestra época, quedará en la historia como aquel que reveló al mundo el control implacable y absoluto que se ejerce sobre Internet. En el espacio de una noche, palabras como “metadatos” (informaciones sobre los datos personales) o “Prism” (nombre del programa de vigilancia) se hicieron muy conocidas.

No es la primera vez que “las grandes orejas” de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (National Security Agency, NSA) fueron noticia en los diarios. Hace quince años, provocaron gran consternación en todos los rincones del mundo con la publicación de un estudio del Parlamento Europeo que indicaba que “todas las comunicaciones electrónicas, telefónicas y por fax eran cotidianamente interceptadas”. El público descubría, estupefacto, la existencia de un programa de vigilancia mundial instalado por la NSA denominado Echelon. El escándalo ocupó la primera página de los diarios. El Reino Unido fue acusado de utilizar el Cuartel General de las Comunicaciones del Gobierno (GCHQ) para espiar a sus vecinos europeos; Microsoft fue cuestionado por su colaboración con la NSA. El asunto culminó con la creación por el Parlamento Europeo de una Comisión Temporal de Investigación...