Durante la segunda huelga insurreccional contra el Gobierno iniciada el 26 de julio de 1973, Salvador Allende “dialoga” con Patricio Aylwin, presidente de la Democracia Cristiana, el 30 de julio en La Moneda y el 15 de agosto en casa del Cardenal. Allende ofrece promulgar la reforma constitucional votada por mayoría simple a condición que, en adelante, las reformas constitucionales requieran dos tercios. Y propone legislar sobre todas las medidas en que hay concordancia con la DC. Pero Aylwin exige que los ministerios, subsecretarías y mandos medios pasen a manos de militares y que se tomen medidas contra el MIR y el PS, lo que implica el quiebre de la Unidad Popular. Al mismo tiempo, la DC y el PN preparan un texto de deslegitimación al Gobierno que será votado por la Cámara el 22 de agosto.
El presidente de la DC explica que no acepta conversar de reformas constitucionales y leyes, ya que la situación del país no admite espera, se requiere una “tregua” que presenta así: “Usted, la Unidad Popular y la Oposición confían en la lealtad de las Fuerzas Armadas al régimen constitucional. Son pues las únicas que, con una fuerte representación institucional en el gabinete, en las subsecretarías y en los mandos medios, darían a todos seguridad”. Además, exige la ruptura de Allende con la mayoría del PS...
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