El agua para las transnacionales

Como sello de la concepción neoliberalizante y empresarial de su gestión, el gobierno de Sebastián Piñera se abrió a la posibilidad de privatizar totalmente la propiedad del agua en Chile y planteó su rechazo al proyecto de ley que declara ese recurso natural como “bien nacional de uso público”.

En su Cuenta Pública a la Nación, el 21 de mayo, el Mandatario indicó que su administración podría deshacerse de “activos prescindibles” del Estado. Apuntaba, entre otros bienes estatales, al porcentaje que el fisco chileno aún mantiene, a través de la CORFO, en las empresas sanitarias, hegemonizadas por capital privado. La excusa: sumar ingresos para completar el monto de dinero que se necesita para la reconstrucción post terremoto (calculado entre 8 mil y 10 mil millones de dólares). Al enajenar los activos en el sector agua, según el gobierno, se obtendría alrededor de mil 300 millones de dólares, es decir casi el 10 por ciento del plan de financiamiento de la etapa reconstructiva después del sismo del 27 d e febrero.

En esa línea Piñera, durante su visita a España, declaró que “para los chilenos es más importante tener buenas escuelas, hospitales y viviendas, que el Estado mantenga activos que no son fundamentales para su ejercicio y que son prescindibles...