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El fracaso del sistema neoliberal. Hacia un nuevo modelo de economía ciudadana Por Claudio Osorio Rubio

Los acontecimientos de movilización social vividos en el último tiempo, tanto en Chile como en el extranjero, permiten evidenciar un profundo descontento entre ciudadanas y ciudadanos con las instituciones que los gobiernan, aun cuando las razones que han gatillado estas manifestaciones sean aparentemente disímiles. ¿Qué podría haber en común entre las movilizaciones estudiantiles en Chile, los indignados de Europa, la primavera árabe o la movilización de los habitantes de Aysén?, sin duda que han sido eventos de profunda connotación social y que persiguen reivindicaciones asociadas al malestar con el sistema imperante. Una educación de mala calidad y a un costo abusivo o el alto desempleo son indicadores de que hay un desgaste claro en la forma que está distribuido el poder en nuestra sociedad del siglo XXI.

De acuerdo a lo anterior, podemos suponer entonces que hay una sociedad globalizada que ya no se encuentra dispuesta a seguir tolerando el abuso y la represión de instituciones que por décadas, o incluso siglos, han ostentado el poder. El modelo mediante el cual una minoría de personas acumula la mayoría de los recursos que genera un país está llegando a su fin y, como suele suceder en estos casos, no se está realizando de forma pacífica, sino que con el levantamiento de una ciudadanía que no está dispuesta a seguir guardando su rabia.

Pero, ¿qué ha hecho que como nunca antes se levanten ciudadanas y ciudadanos indignados en culturas tan disímiles para protestar en contra de un sistema imperante abusivo?, ¿en qué momento personas con distinta cultura e ideología han adquirido simultáneamente consciencia de su descontento y de la explotación institucional a la que han estado siendo sometidos?, ¿qué factores han favorecido que las personas en forma global hayan levantado una lucha por legitimar su ciudadanía, esto es, validando sus derechos?. Sin duda que las respuestas a estas preguntas han ido mucho más lento que las manifestaciones ciudadanas, que se han validado como un hecho global en busca de la reivindicación de derechos.

Aun cuando las preguntas anteriores son complejas y de difícil respuesta, es necesario detectar las causas comunes a estos hechos sociales, para generar condiciones que permitan una calidad de vida ciudadana digna y acorde a una justa distribución de recursos.

Este breve escrito pretende entregar un esbozo respecto a las condiciones que han facilitado los hechos sociales antes descritos, como también algunos lineamientos generales que ayuden a desarrollar un modelo económico acorde a las necesidades de la ciudadanía del siglo XXI.

El rol de las Instituciones en el sistema Neoliberal

Para explicar el fracaso del sistema económico imperante en nuestra sociedad es necesario, a mi juicio, indagar primeramente en un concepto que nos permitirá entender de mejor forma los procesos sociales que estamos viviendo. Así, el concepto de Institución es fundamental para plantear la tesis de este escrito.

De acuerdo a lo planteado por Sigmund Freud en sus escritos sociales “El porvenir de una ilusión” y “El malestar en la cultura”, la naturaleza animal del ser humano es ineludible y estamos sometidos a ella en la medida que nos demanda satisfacer nuestros deseos. Pero, ¿Cómo obedeciendo a nuestra naturaleza animal podemos como seres humanos vivir en sociedad?, esto ya que si cada ser humano quisiera satisfacer sus deseos probablemente se libraría una batalla que no permitiera la vida civilizada, en esta situación no se respetarían leyes ni reglamentos consensuados. Es aquí que surge el concepto de Cultura, siendo éste un espacio simbólico de acuerdos que permite la vida en “tregua” de los seres humanos, donde sacrificamos el satisfacer nuestros deseos primitivos por la vida en sociedad, la que si bien no nos permite ser plenamente felices, por lo menos nos entrega un espacio que bajo las reglas culturales nos da garantía de sobrevivir.

Así, las Instituciones son creaciones culturales que permiten regular la vida de las personas, siendo éstas las que imponen reglas de conductas para que el ser humano guíe su accionar en torno a pautas conocidas y consensuadas. Por ejemplo, existen instituciones educacionales que nos enseñan lo que se debe saber en una sociedad determinada, existe las instituciones de justicia que dictaminan castigos a las personas que desobedecen leyes establecidas, existen instituciones religiosas que regulan el comportamiento moral de las personas que siguen una creencia, etc. Pues bien, visto de esta forma las Instituciones creadas por el ser humano en el espacio cultural están presentes en toda actividad de éste, Instituciones del estado nos obligan a pagar impuestos, trabajar, hasta qué se debe hacer al momento de morir, por ello, las Instituciones regulan todo nuestro accionar.

La pregunta que cabe plantearse de acuerdo a los hechos acontecidos últimamente en el mundo, ¿Hasta cuánto puede soportar una sociedad la represión de las instituciones?.

El fracaso del sistema Neoliberal para las necesidades del Siglo XXI

El sistema Neoliberal por décadas ha ejercido una concentración del poder económico en un reducido grupo de personas, que utilizan diversas instituciones para reprimir a la ciudadanía y mantener su explotación. Así, el sistema Neoliberal opera a través de las instituciones de la siguiente forma:

  Existe una concentración del poder producto de la acumulación de la riqueza en pocos individuos, en este sentido, las instituciones creadas para modelar la conducta social se encuentran al servicio de las personas o grupos de personas que concentran el poder económico.

  Por lo general, el poder político y moral (religioso), se concentra en el mismo grupo de personas o elite del poder económico, pues ambos pueden ejercer mayor influencia social asociados éste, consolidando la mantención del statu quo a través de estas tres vías.

  El sistema Neoliberal utiliza a las instituciones para reprimir cualquier manifestación que vaya en contra de lo establecido en la concentración del poder y las directrices emanadas de aquél, en cuanto a lo económico, político y moral.

  El sistema Neoliberal radicaliza la concentración de poder económico, político y moral, utilizando a las instituciones para generar una mayor concentración y hegemonía de éstos. En este sentido, la sociedad se ve expuesta a una mayor explotación para acumular riqueza, condicionada por un sistema político que instruye un orden reglamentario en pos del statu quo y un poder moral que castiga posibles fuentes de diversidad.

  El sistema Neoliberal intenta reprimir las manifestaciones de deseo de las personas y grupos de personas, entendiendo el deseo como la necesidad de satisfacción de los impulsos naturales del ser humano. De esta forma, las personas se mantienen alienadas bajo la represión institucional.

  Uno de los factores fundamentales para mantener el poder económico, político y moral a través de las instituciones es la fragmentación de la comunicación. Hace unas décadas la parcialización de la comunicación permitía con mayor claridad la mantención del statu quo.

  La política ha caído en una banalización producto de la disociación entre las necesidades de la ciudadanía y los intereses personales de los que ejercen la política, generalmente asociados al poder económico y al poder moral. Así, independiente de la militancia partidaria se ha creado una elite política transversal asociada a los intereses del sistema Neoliberal, quienes mantienen el statu quo para proteger su posición en el sistema. Al caer en esta defensa de intereses personales se ha perdido el sentido común o ethos con la ciudadanía.

El rol de las redes sociales en la democratización de la información y en el declive del sistema Neoliberal.

El desarrollo de los medios de comunicación en las últimas décadas del siglo pasado no logró minar el sistema Neoliberal al no democratizar la información para las personas, pues los medios de comunicación como instituciones estuvieron mayoritariamente concentrados en quienes poseen el poder económico, político y moral. Al estar al servicio del poder, los medios de comunicación actúan como instituciones represivas que reproducen la información oficial del grupo que ejerce el poder.

Al irrumpir las redes sociales en la última década lo que han realizado es una democratización de la información (esto facilitado por la tecnología accesible de forma masiva), pues cualquier persona puede comunicar una opinión o hecho en línea a la población que estime pertinente. Este hecho posiblemente no ha sido el objetivo primario de los creadores de las redes sociales más influyentes actualmente, pero el impacto en los movimientos sociales ha sido decisivo. ¿Qué pasa si los medios de comunicación no informan con respecto a una movilización?, a través de las redes sociales se comparte información y se movilizan a personas con intereses comunes.

Con seguridad, las redes sociales han gatillado un hecho fundamental para evadir la represión de las instituciones, pues las personas son más conscientes de las injusticias que produce el sistema Neoliberal. Este hecho es similar a lo que Marx llamó “Consciencia de clase”, pues las personas globalmente se dan cuenta de la explotación de los grupos de poder y de la represión de las instituciones para mantener el statu quo. Así, la dinámica del sistema neoliberal para mantener el poder económico, político y moral a través de la represión de las instituciones ha caído de forma clara en la última década, radicalizando los movimientos sociales en forma global. Fruto de este hecho hemos conocido los movimientos sociales en Chile por la educación, el movimiento global de los indignados, la primavera árabe, etc., a la vez, los regímenes totalitarios como Cuba, Corea del Norte, etc, realizan todos los esfuerzos por prohibir el uso de las redes sociales entre sus ciudadanos.

Pero ¿son las redes sociales per se las que han contribuido en estos movimientos?, sin duda que no son el fondo de las demandas pero se han convertido en un soporte fundamental para canalizar estas expresiones ciudadanas. Así, lo que está en el fondo de este hecho es el cumplimiento de la satisfacción de deseos individuales y colectivos del ser humano postergados por décadas producto de la represión institucional del sistema Neoliberal.

La democratización de la información ha contribuido en develar el decaimiento del poder económico, político y moral y del declive de las instituciones a través de las cuales se ejerce. Por ejemplo, los hechos de corrupción estructural en la Iglesia Católica al ejercer la pedofilia y levantar redes de protección institucionales para los sacerdotes que ejercen estos crímenes ha llevado a un profundo deterioro de esta organización. En cuanto al decaimiento de las instituciones políticas, éstas han sido cómplices en el ejercicio de mantener un sistema económico que ha rendido funcionalmente a sus intereses personales, así, el impacto de la democratización de la información ha sorprendido a los políticos quienes no tienen un modelo sustentable que defender, quedando en la forma comunicacional per se como resguardo de la propia imagen y no de las nuevas necesidades sociales.

De acuerdo a lo descrito hasta ahora es legítimo preguntarse si otro sistema aparte del Neoliberal ha podido dar respuestas a las demandas sociales, como por ejemplo el Comunismo, sin embargo, este sistema cae en un error al generar instituciones que pretenden estandarizar a las personas, aumentando la represión y creando clases sociales privilegiadas de quienes ejercen el poder. En este sentido, cabe destacar que las personas son iguales en derechos pero los intereses y participación son tan variados que no se pueden estandarizar. Así, el ejercicio de la ciudadanía es complejo y se manifiesta de múltiples formas, lo que no ha sido fácil de interpretar por las instituciones conservadoras del sistema Neoliberal y del Comunismo.

El Modelo de Economía Ciudadana como alternativa viable para las nuevas necesidades sociales.

Si el sistema Neoliberal ya no se puede sostener producto de la nueva realidad ¿qué características debería tener un nuevo sistema económico para no caer en el caos social?. Esta última pregunta es relevante en la medida que el sistema Neoliberal lo que está haciendo para mantener el statu quo es radicalizar la represión de las instituciones, pues ésta ha sido la forma de operar por décadas para mantener a las personas alienadas o controladas. Sin embargo, frente al nuevo escenario de demandas sociales apoyadas por la democratización de la información a través de las redes sociales, si no se interpreta adecuadamente esta nueva realidad el choque de fuerzas sociales puede llevar al caos entre la satisfacción de necesidades de las personas y la represión institucional. De acuerdo a lo anterior, ¿hay alguna sociedad que conscientemente soporte la represión institucional abusiva?, los hechos actuales indican que no y eso se debe interpretar en un nuevo sistema económico.

El nuevo sistema económico debe recoger como premisa fundamental la Participación de las personas en la distribución del poder y el legítimo ejercicio de su derecho a ciudadanía libre, no se puede tener una sociedad consciente de su accionar sin entregarle participación en las decisiones que le afectan directamente y a través de las cuales se informan mediante la nueva forma de comunicación social. ¿Qué solicitan los estudiantes en la calle?,¿Qué demandan los ciudadanos que reclaman por un vertedero cerca de sus casas?, ¿cuánto de nuestro presupuesto nacional está descentralizado para decisiones regionales?, hay muchas señales del medio externo apoyadas por las redes sociales que no han sido recogidas por el actual sistema económico, político y moral.

De acuerdo a lo establecido anteriormente, las satisfacciones de deseo individuales y colectivas postergadas por décadas como consecuencia de la represión de instituciones al servicio del sistema Neoliberal, no pueden ser desconocidas por las personas que ejercen el poder económico, político y moral. Mientras insistan y se aferren estos grupos al ejercicio del poder y de la explotación social caerán en mayor desprestigio y provocarán mayores manifestaciones sociales. Esto lo hemos visto por ejemplo en el movimiento estudiantil, ya que el Gobierno insiste en mantener el sistema Neoliberal asociado a la educación en Chile, utilizando las instituciones policiales, educacionales y comunicacionales para disolver un movimiento que obedece a esta nueva lógica de expresión social. Por tanto, las premisas del sistema de Economía Ciudadana deben contemplar, a lo menos:

  El ser humano es libre e igual en derechos y oportunidades, independiente de sus ingresos o posición económica.

  El ser humano es consciente de su posición en el sistema social, haciendo uso de su derecho a información y comunicación para ejercer responsablemente su ciudadanía.

  El ser humano ejerce su derecho a ciudadanía de forma participativa, actuando responsablemente en las decisiones sociales que afectan su entorno directa o indirectamente.

  El ser humano es diverso y complejo en su forma de ejercer la ciudadanía. Así, el Estado debe garantizar el derecho a la diversidad de las personas independiente de su religión, opción sexual, ideológica, origen étnico, etc.

  El Estado pone a disposición de la ciudadanía instituciones que garantizan el desarrollo humano, por sobre la represión de su derecho a participación.

  El Estado garantiza la descentralización de decisiones, a través de la promoción de la participación ciudadana en comunidades o grupos de comunidades.

  El Estado garantiza la distribución equitativa del ingreso, redistribuyendo la concentración económica para promover el desarrollo de los sectores socioeconómicos bajos y medios. Esto genera un desarrollo sustentable y a largo plazo del país.

  El Estado debe garantizar la transparencia de los vínculos entre el poder económico, político y moral. En este sentido, la ciudadanía debe tener acceso a la información de estos vínculos para prevenir posibles colusiones que tengan por objetivo reprimir su derecho a ciudadanía.

  El Estado debe prevenir cualquier hecho que afecte o tenga por intención la alienación social. En este sentido, debe garantizar un acceso libre y de igual calidad para toda la ciudadanía en cuanto a la salud y educación. Por otra parte, debe garantizar una redistribución del ingreso que permita a todos los sectores satisfacer sus necesidades de forma digna.

  El Estado debe garantizar la libertad de comunicación entre la ciudadanía, para ello, debe promover el acceso a redes sociales y canales de comunicación formales que faciliten el ejercicio de derechos y diversidades de las personas.

El rol de la política para la promoción del Modelo de Economía Ciudadana

Para que la política juegue un rol relevante en la satisfacción de las nuevas necesidades sociales, primero debe haber una clara consciencia del problema de fondo que afecta la ciudadanía, no puede haber un verdadero cambio de fondo en el sistema social chileno si no existe una distribución del ingreso equitativa. Pues bien, debido a la colusión de la clase política con el sistema Neoliberal, debe existir necesariamente una separación entre los intereses personales vinculados al poder económico y moral y el ejercicio de la política, mientras la clase política no realice esta reflexión de fondo seguirá cayendo en la ingobernabilidad y la desaprobación social.

Así, la política como poder debe ejercerse para cumplir con la satisfacción de las nuevas necesidades sociales, mientras se continúe utilizando como influencia para obtención de poder económico y moral seguiremos cayendo en un descontento social que terminará haciendo crisis.

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