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El lenguaje y la sinapsis de los estudiantes. Por Jorge Tarride

El lenguaje y la sinapsis de los estudiantes. Por Jorge Tarride

El lenguaje a pesar que lo utilizamos día a día está lleno de misterios a como la aparición del hombre en la tierra. Podemos emitir sonidos guturales con los cuales hacemos mover un mundo entero, aunque no hablemos el mismo idioma. Esto es extraordinariamente misterioso ya que podemos traspasar información entre nosotros, unas fáciles de comprender al ser solo acciones a ejecutar y otras un poco más difíciles al ser imágenes abstractas del pensamiento. Pero lo más singular de todo este misterio es que el sonido, la palabra, representativa de algún objeto determinado, no representa en si al objeto sino a las cualidades que lo conforman. Si un niño dice gato, todos sabemos que se trata de un mamífero cuadrúpedo perteneciente a la raza felina, pero sabrá el niño que es mamífero, raza, felino. El niño tiene la asociación de la palabra con el objeto pero no tiene el significado. Todo esto se complica cuando aparecen sonidos que no tienen un objeto físico que los represente de forma tacita como un gato. Cuando se dice libertad las cualidades para representar esta palabra son diferentes y divergentes; Para algunos libertad es la cualidad de apropiarse del trabajo ajeno, otros la posibilidad de vender su fuerza de trabajo a quien desee, al que pague más o donde pueda y teóricamente seria el derecho a decidir sobre tu vida sin que hayan leyes o normas establecidas que te castiguen directa o indirectamente, esto sin entrar en discusión sobre los parámetros de una sana convivencia entre las personas. En pocas palabras, el lenguaje al parecer no es un medio de comunicación sino más bien una forma de transferir información y quien acata esta información es quien tiene menos medios materiales para hacer prevalecer la suya.

Se podría decir que el niño sin haber estudiado las cualidades del gato tiene en su chip el significado del sonido gato y todos estamos de acuerdo lo que es o no es un gato, siendo así ¿por qué no todos estamos de acuerdo con el significado del sonido “libertad”?, se deduce entonces que hay ciertos conceptos que no están activados para todos a como si hay los que están activados en todos nosotros, gato, lo que desprende que las conexiones entre los conceptos para entender o generar ideas no sea igual para todos. El significado, al parecer, es una parte de otra dimensión aun no comprendida por nosotros, libertad debería ser que todos fuéramos libres, tan sencillo como esta complejidad. Las conexiones entre conceptos son diferentes por falta de activaciones igualitarias en los significados.

La imagen y el sonido, (la palabra), almacenadas en algún tipo de formato hacen la asociación que producirá la formación de la matriz del pensamiento, asociaciones de sonidos que satisfaga el interés de un poder establecido, en el caso chileno la dictadura militar, que estableció la asociación de “libre”, “mercado” con “felicidad” y “estatus social”, dando una imagen falsa de un país prospero y desarrollado en donde la educación aun es vista de forma natural como un bien de consumo. Sera por esto que “corrupción”, “’privado”, “racismo”, “violencia” y otros sonidos más, son asumidos como normales y los chilenos somos chilenamente chilenos. Aun no tenemos activado de una forma general el significado de “honradez”, “público”, “igualdad” y “respeto” a como el significado de gato. La lucha de los estudiantes en este país, no solo representa la reivindicación a una educación con valores dignos a un bien común, o sea de calidad y si el estado financiara la educación tampoco sería gratuita ya que todos la pagamos con los impuestos recaudados, otra trampa del lenguaje, sino también es el deseo de activar conexiones que nos lleve a comprender el significado de estos sonidos aun tan abstractos para una parte de la población y la elite política.

Las asociaciones de conceptos y el significado de los sonidos del lenguaje deben generalizarse en una singularidad para que pueda haber comunicación, los intereses de los diferentes grupos que congrega el país deben ser canalizados para un bien común y el desarrollo personal desemboque en la convivencia armónica de los ciudadanos. Las utopías han muerto, hoy solo nos queda una realidad irrefutable que no podemos ignorar con apelativos que también murieron juntos con las utopías. A como dijera Violeta Parra; “somos la prehistoria del futuro” y “que vivan los estudiantes”, al parecer ellos son los que nos mueven los engranajes del cerebro.

Jorge Tarride

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