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Agudización de un hondo malestar

El reto de América Latina

La crisis financiera mundial, con epicentro en Estados Unidos y Europa, ya mostró su alcance global y parece destinada a prolongarse, ante la insuficiencia de las medidas aplicadas hasta el momento. Esta crisis pone en evidencia la penetración del crimen organizado en las sociedades y Estados. Países como México, comienzan a ser considerados como “Estados fallidos”. Un desafío para el sistema democrático.

La fragilidad, la tensión y la incertidumbre generadas por la crisis radican en que incluso antes de su estallido existían ya tendencias preocupantes en el sistema mundial; tendencias que alentaban una creciente pugnacidad en el plano interno de los países y en el ámbito de las relaciones internacionales.

Cinco fenómenos caracterizaban la situación previa a septiembre de 2008. Desde finales de los ’70, y con más intensidad después del colapso de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría, se fue instalando una notoria polarización de clases: las brechas de inequidad se ampliaron tanto en los países centrales como en la periferia. Por ejemplo, aproximadamente el 85% del PBI mundial está en manos del 20% más rico de la población del planeta, mientras que al 60% más pobre le llega sólo el 6%. En Estados Unidos la desigualdad económica actual es similar a la de 1920, hace casi un siglo. Si bien la interdependencia económica se aceleró en los últimos lustros y la globalización produjo más riqueza, la redistribución regresiva del ingreso acompañó el auge mercantil. Rápidamente se fueron agigantando las diferencias entre clases, y con ello la pugnacidad social...

Artículo completo: 274 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de abril 2009
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Juan Gabriel Tokatlian

Profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés, Buenos Aires.

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