El 17 de junio de 2018, los colombianos eligieron a un nuevo presidente, Iván Duque, detractor de los acuerdos de paz firmados con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El escrutinio también estuvo marcado por una escalada de la izquierda, presente en la segunda vuelta, en la que, tradicionalmente, se enfrentaban las dos derechas. Pero la esperanza de normalización choca con la recrudescencia de las organizaciones criminales.
Dos hombres apoyados contra un árbol observan las idas y venidas de los votantes en el recinto electoral. “Mira sus poleras. Ese color naranja es un código”, observa Martín Rogelio Ramírez, secretario del Partido Comunista de la ciudad de Cúcuta.
El 17 de junio de 2018, los colombianos elegían al futuro Presidente de la República. La población acudía a votar en la escuela del barrio San Martín, en el departamento de Norte de Santander, en el noreste del país. El muy conservador Iván Duque se enfrenta al ex intendente de Bogotá, Gustavo Petro, cuya presencia en la segunda vuelta constituye una hazaña para la izquierda. Históricamente, los candidatos progresistas quedaban excluidos desde la primera vuelta de las elecciones presidenciales, o simplemente, eran eliminados de manera física...
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