En los orígenes del presidencialismo

Basado en la elección directa del jefe de Estado, el régimen presidencial francés se origina en una revisión constitucional adoptada vía referéndum el 28 de octubre de 1962. De tradición bonapartista, el general de Gaulle eligió volver a un modelo de designación que, desde su nacimiento en 1848, había planteado el problema del respeto a la soberanía popular por parte del Poder Ejecutivo.

Ardiente enemigo de la “monarquía presidencial”, Jean-Luc Mélenchon se compromete, si es electo, a ser “el último Presidente de la Vº República”. Como Philippe Poutou (Nuevo Partido Anticapitalista, NPA) o Benoît Hamon (Partido Socialista), el candidato de La Francia Insumisa hace campaña por una profunda transformación de las instituciones y la instauración de una VIº República. Pero se distingue –igual que Charlotte Marchandise (LaPrimaire.org [primaria abierta en internet])- porque preconiza el establecimiento de una Asamblea Constituyente, con el objetivo de devolver el poder al pueblo siguiendo los pasos de los revolucionarios de 1848, cuya historia ilumina el presente.

La Constitución de la Segunda República instituyó por primera vez la elección del presidente mediante sufragio directo. En febrero de 1848, una revolución puso fin a la Monarquía de Julio, desgastada por los escándalos y las prácticas cada vez más autoritarias. El gobierno provisorio quería organizar con rapidez las elecciones con el propósito de designar una Asamblea Constituyente, encargada de establecer las nuevas reglas políticas. De inmediato se elevaron voces para denunciar un proceso prematuro y peligroso...