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Ley de Presupuestos 2012

Es hora de otra política fiscal

La discusión de la Ley de Presupuestos para el año 2012 muestra la necesidad de una política fiscal diferente. Este cambio es una gran necesidad. Su aplicación entra en contradicción con requerimientos macroeconómicos y el crecimiento de las demandas sociales, que tienen en la exigencia de una profunda reforma educacional su expresión más elevada; pero desde luego no es la única.

Dos hechos centrales cruzan el debate presupuestario sin que se les haya enfrentado adecuadamente en el proyecto de ley enviado por el gobierno y tampoco en la exposición del ministro Felipe Larraín sobre el Estado de la Hacienda Pública. De una parte, el país -a consecuencia ante todo del impacto en Chile de la fase de agravamiento de la crisis económica global- experimenta un notorio proceso de desaceleración económica, que requiere para enfrentarlo aplicar políticas anticíclicas. De otra, la magnitud de la movilización y las demandas sociales recogidas muy insuficientemente en la propuesta del Ejecutivo.

El proyecto de ley se construye sobre bases irreales al estimar que el crecimiento de la economía nacional en 2012 será de 5% en comparación con el año anterior. La realidad cuestiona fuertemente estas estimaciones. Al momento de efectuar la exposición las previsiones sobre su crecimiento en 2012 eran por lo general inferiores, incluyendo la proyección promedio entregada por el Banco Central, que dejó constancia además que los riesgos eran a la baja.

El conocimiento del indicador mensual de actividad económica del instituto emisor de agosto, pocos días después de la exposición, confirmó que el proceso de desaceleración ya se inició, y que no consideró Larraín. En los dos primeros meses del tercer trimestre su expansión, con relación a los mismos meses del año anterior, fue de únicamente 4,3%, varias décimas por debajo de la estimación de incremento de la actividad en 2012.

No se cumple con la proyección de crecimiento efectuada por el presidente Sebastián Piñera para su período de gobierno, de un incremento de 6% promedio. Ni siquiera se cumple en las optimistas estimaciones entregadas por la Dirección de Presupuestos, que proyecta un incremento de 5,25% hasta el año 2015. Estimación también realizada sin considerar adecuadamente la dependencia del país a factores externos y que el mundo se ve enfrentado a una larga crisis financiera, que afecta los niveles de actividad económica.

Larraín reconoce que “si hay recesión mundial no vamos a crecer al 5%” (1). Pero, los hechos indican que ya existen economías en recesión y otras están muy cerca de ello, si se considera como tal que la economía de un país caiga durante dos trimestres consecutivos, que constituye una forma muy restringida de medirla. A nivel mundial, los indicadores adelantados de septiembre de la OCDE, constituidos por un conjunto de estadísticas de cada país que proyectan el curso de esa economía en un horizonte de seis meses, o sea durante 2012, concluyó que al comenzar el próximo año las economías avanzadas se frenarán bruscamente. Al mismo tiempo, constató que las grandes economías emergentes no tendrán una expansión tan elevada como hasta ahora. ¿Puede esta realidad dejarse al margen del análisis presupuestario?

Políticas anticíclicas

Al mismo tiempo, el ministerio de Hacienda prepara un “plan de contingencia” por si la situación se agrava, cuyos (...)

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Hugo Fazio

Economista, director del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, Cenda. www.cendachile.cl.

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