¿Es posible un nuevo pacto de Estado?

La gran expectativa que alimentó la candidatura de Sebastián Piñera consistió en la recuperación del crecimiento económico. Incluso, al inicio de su mandato se produjo una pequeña euforia bursátil, alimentada por un análisis simplista que suponía que apenas asumiera el nuevo gobierno se comenzarían a implementar rebajas tributarias, desregulaciones laborales y ambientales, y de manera automática y mecánica, retornaría el dinamismo perdido. En ese pálpito especulativo no cabía ningún análisis de las causas profundas por las que Chile ha perdido en las últimas décadas niveles significativos de fortaleza. Para la derecha y el empresariado bastaba con sentarse a esperar la promesa piñerista de los “Tiempos mejores”.

En la cuenta presidencial del 1 de junio, en medio de un paquete de micro medidas sectoriales muy acotadas, el propio presidente Sebastián Piñera deslizó un horizonte de preocupación al rebajar la proyección oficial de crecimiento, desde 3,5% a un rango entre 3% y 3,5%. Esta proyección ya se había bajado, ya que al inicio del año se había fijado en un 3,8%. A ese ritmo, y si las variables claves no cambian, el escenario probable es un incremento del PIB de entre un 2,5 y máximo 3%, según especialistas del sector privado.

Este desfondamiento de las expectativas creadas ha desatado un intenso debate sobre las causas de la situación. Para el gobierno estas radican en dos ámbitos: un contexto internacional desfavorable por la guerra comercial entre China y EEUU, y un contexto nacional marcado por un “obstruccionismo parlamentario” que le impediría implementar las reformas que ha propuesto en su programa...