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Foro Social Mundial en Túnez OTRO MUNDO ES POSIBLE

Foro Social Mundial 2013 – Túnez - 29 de marzo Declaración de la Asamblea de los Movimientos Sociales

Nosotras y nosotros, reunidos en la Asamblea de Movimientos Sociales, realizada en Túnez durante el Foro Social Mundial 2013, afirmamos el aporte fundamental de los pueblos del Magreb-Mashreck (desde la África del Norte hasta el Medio Oriente) en la construcción de la civilización humana. Afirmamos que la descolonización de los pueblos oprimidos es un gran reto para los movimientos sociales del mundo entero.

En el proceso del FSM, la Asamblea de los Movimientos Sociales es el espacio donde nos reunimos desde nuestra diversidad para juntos construir agendas y luchas comunes contra el capitalismo, el patriarcado, el racismo y todo tipo de discriminación y opresión. Hemos construido una historia y un trabajo común que permitió algunos avances, particularmente en América Latina, donde logramos frenar alianzas neoliberales y concretar alternativas para un desarrollo socialmente justo y respetuoso de la naturaleza.

Juntos, los pueblos de todos los continentes libramos luchas donde nos oponemos con gran energía a la dominación del capital, que se oculta detrás de la promesa de progreso económico del capitalismo y de la aparente estabilidad política.

Ahora, nos encontramos en una encrucijada donde las fuerzas conservadoras y retrógradas quieren parar los procesos iniciados a dos años de sublevación popular en la región del Maghreb-Mashrek que ayudó a derrumbar dictaduras y a enfrentar el sistema neoliberal impuesto sobre los pueblos. Estas sublevaciones contagiaron a todos los continentes del mundo generando procesos de indignación y de ocupación de las plazas públicas.

Los pueblos de todo el mundo sufrimos hoy los efectos del agravamiento de una profunda crisis del capitalismo, en la cual sus agentes (bancos, transnacionales, conglomerados mediáticos, instituciones internacionales y gobiernos con el neoliberalismo) buscan potenciar sus beneficios a costa de una política intervencionista y neocolonialista.

Guerras, ocupaciones militares, tratados neoliberales de libre comercio y “medidas de austeridad” expresadas en paquetes económicos que privatizan los bienes comunes y los servicios públicos, rebajan salarios, reducen derechos, multiplican el desempleo, aumentan la sobrecarga de las mujeres en el trabajo de cuidado y destruyen la naturaleza.

Estas políticas afectan con intensidad a los países más ricos del Norte, aumentan las migraciones, los desplazamientos forzados, los desalojos, el endeudamiento, y las desigualdades sociales como en la Grecia, Chipre, Portugal, Italia, Irlanda y en el Estado Español. Ellas refuerzan el conservadorismo y el control sobre el cuerpo y la vida de las mujeres. Además, tales agentes intentan imponernos la “economía verde” como solución para la crisis ambiental y alimentaria, lo que además de agravar el problema, resulta en la mercantilización, privatización y financiarización de la vida y de la naturaleza.

Denunciamos la intensificación de la represión a los pueblos en rebeldía, el asesinato de las y los liderazgos de los movimientos sociales, la criminalización de nuestras luchas y de nuestras propuestas.

Afirmamos que los pueblos no debemos seguir pagando por esta crisis sistémica y que no hay salida dentro del sistema capitalista! Aquí en Túnez, reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de una estrategia común para derrocar el capitalismo. Por eso, luchamos:

*Contra las transnacionales y el sistema financiero (el FMI, el BM y la OMC), principales agentes del sistema capitalista, que privatizan la vida, los servicios públicos, y los bienes comunes, como el agua, el aire, la tierra, las semillas, y los recursos minerales, promueven las guerras y violaciones de los derechos humanos. Las transnacionales reproducen prácticas extractivistas insostenibles para la vida, acaparan nuestras tierras y desarrollan alimentos transgénicos que nos quitan a los pueblos el derecho a la alimentación y eliminan la biodiversidad.

Luchamos por la anulación de la deuda ilegitima y odiosa que hoy es instrumento de represión y asfixia económica y financiera de los pueblos. Recusamos los tratados de libre comercio que las transnacionales nos imponen y afirmamos que es posible construir una integración de otro tipo, a partir del pueblo y para los pueblos, basada en la solidaridad y en la libre circulación de los seres humanos.

*Por la justicia climática y la soberanía alimentaria, porque sabemos que el calentamiento global es resultado del sistema capitalista de producción, distribución y consumo. Las transnacionales, las instituciones financieras internacionales y gobiernos a su servicio no quieren reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Denunciamos la “economía verde” y rechazamos todas las falsas soluciones a la crisis climática como los agrocombustibles, los transgénicos, la geo-ingeniería y los mecanismos de mercado de carbono, como REDD, que ilusionan a poblaciones empobrecidas con el progreso, mientras privatizan y mercantilizan los bosques y territorios donde han vivido miles de años.

Defendemos la soberanía alimentaria y la agricultura campesina, que es una solución real a la crisis alimentaria y climática y significa también acceso a la tierra para la gente que la vive y la trabaja. Por eso llamamos a una gran movilización para frenar el acaparamiento de tierras y apoyar las luchas campesinas locales.

*Contra la violencia hacia las mujeres, que es ejercida con regularidad en los territorios ocupados militarmente, pero también contra la violencia que sufren las mujeres cuando son criminalizadas por participar activamente en las luchas sociales. Luchamos contra la violencia doméstica y sexual que es ejercida sobre ellas cuando son consideradas como objetos o mercancías, cuando la soberanía sobre sus cuerpos y su espiritualidad no es reconocida. Luchamos contra el tráfico de mujeres, niñas y niños. Defendemos la diversidad sexual, el derecho a autodeterminación de género, y luchamos contra la homofobia y la violencia sexista.

*Por la paz y contra la guerra, el colonialismo, las ocupaciones y la militarización de nuestros territorios. Denunciamos el falso discurso en defensa de los derechos humanos y de la lucha contra los integrismos, que muchas veces justifica ocupaciones militares por potencias imperialistas como en Haití, Libia, Mali y Siria.

Defendemos el derecho de los pueblos a su autodeterminación y a su soberanía como en la Palestina, el Sahara Occidental y en el Curdistán.

Denunciamos la instalación de bases militares extranjeras en nuestros territorios, utilizadas para fomentar conflictos, controlar y saquear los recursos naturales y promover dictaduras en varios países.

Luchamos por la libertad de organizarnos en sindicatos, movimientos sociales, asociaciones y todas otras formas de resistencia pacífica.

Fortalezcamos nuestras herramientas de solidaridad entre los pueblos como la iniciativa de boicot, desinversión y sanción hacia Israel y la lucha contra la OTAN y por la eliminación de todas las armas nucleares.

*Por la democratización de los medios de comunicación masivos y por la construcción de medios alternativos, fundamentales para avanzar en la derrocada de la lógica capitalista.

Inspirados en la historia de nuestras luchas y en la fuerza renovadora del pueblo en rebeldía, la Asamblea de los Movimientos Sociales convoca a todas y todos a desarrollar acciones coordinadas en nivel mundial en una jornada mundial de movilización en el día XXXXX (Fecha a definir)

Movimientos sociales de todo el mundo, avancemos hacia la unidad a nivel mundial para derrotar al sistema capitalista!!

Basta de explotación, basta de patriarcado, racismo y colonialismo! Viva la revolución!

Viva la lucha de todos los pueblos! ____

Ver más informaciones en:
www.forumsocialmundial.org.br


FSM Túnez Declaración de la Asamblea de la deuda en Túnez el 29 de marzo 2013

Considerando que la deuda ha sido, desde el siglo XV, el principal instrumento histórico de la colonización para saquear, dominar, subyugar, humillar y destruir a los pueblos y sus tradiciones,

Considerando que la deuda del Sur ya ha sido pagada varias veces y que constituye, en el Sur como en el Norte, una potente transferencia de riqueza desde el trabajo y hacia el capital,

Considerando que la deuda es también el principal motor de la injerencia extranjera y los poderes financieros en connivencia con las elites dominantes, de la violación de la soberanía del país, el empobrecimiento de la población y la regresión brutal de sus derechos económicos y sociales,

Considerando que las corporaciones transnacionales y los países industrializados han provocado una convulsión irreversible del equilibrio medioambiental y climático que representa una deuda ecológica,

Considerando que en todo el mundo, los mecanismos de la deuda agravan sobre todo las vidas de las mujeres, atacando su independencia financiera, pilar de su emancipación política y social,

Nosotras, las organizaciones y los movimientos sociales, inspirados por el ejemplo del luchador Thomas Sankara, luchador por la liberación de los pueblos de la esclavitud de la deuda:

Afirmamos que los pueblos árabes y del Magreb han reavivado la llama de la lucha por la recuperación de su destino y el deseo de emanciparse de acuerdo con sus propias normas para vivir la vida libre y dignamente,

Apoyamos con fuerza y determinación todas las luchas de todo el mundo por la liberación de los pueblos de la servidumbre de la deuda,

Rechazamos las políticas de austeridad aplicadas en todo el mundo,

Apoyamos todas las campañas de auditorías ciudadanas de la deuda para identificar y anular sin condiciones la parte odiosa e ilegítima de estas deudas y llamamos a auditorias feministas de la deuda que tengan en cuenta la deuda social de la que las mujeres son acreedoras,

Rechazamos cualquier conversión de deuda que nosotros calificamos de blanqueo de la deuda odiosa e ilegítima,

Condenamos enérgicamente todas las presiones e intentos de impedir la adopción de propuestas legislativas en materia de auditoría de la deuda en Túnez y en otros lugares.

No debemos nada, no pagaremos nada!

Primeros signatarios en orden alfabético

ACET (Auditons les Créances Européennes envers la Tunisie)

CADTM International (Comité pour l’Annulation de la dette du tiers monde)

JUBILEO SUR/ AMERICAS

LATINDADD

Popular Campaign to Drop Egypt’s Debt

SUD BPCE


El Otro mundo posible de Chico Whitaker

Sergio Ferrari*

En este proceso en marcha de apenas doce años de vida, hay ya tantos logros alcanzados como desafíos pendientes. Así lo expresa Francisco "Chico" Whitaker, activo cofundador-activista-pensador del Foro Social Mundial (FSM) desde su primera edición en 2001 en Porto Alegre y miembro desde entonces del Consejo Internacional, la instancia facilitadora.

A sus casi 83 años, el Premio Nobel alternativo de la paz 2006 actúa, reflexiona, conceptualiza y mira hacia el futuro de este espacio altermundialista. Próxima parada en el camino: la edición 2013 de Túnez (26-30 de marzo), tema de esta entrevista a escasas semanas de su realización.

 El próximo foro se realizará por primera vez en el Magreb, región de intensos cambios políticos y sociales en los últimos años. ¿Cómo se decidió el lugar?

 Fue el resultado de diversas proposiciones anunciadas por organizaciones y movimientos sociales. El Consejo Internacional, que no es ni un órgano de Gobierno ni un Consejo de Administración sino una instancia facilitadora, fue construyendo la decisión del lugar de manera consensual. Resulta obvio que un Foro en Túnez en este momento pareció muy propicio en razón del significado positivo de la primavera árabe para todas las luchas mundiales.

No podemos olvidar que ha sido ese movimiento social el que inspiró a miles y miles de jóvenes que han ocupado -y en algunos casos lo siguen haciendo- centenares de plazas en todo el mundo exigiendo cambios. Ni tampoco se puede olvidar el rol protagónico de la movilización de las sociedades civiles tunecina y egipcia para derrotar las dictaduras en esos países.

El FSM en una región explosiva

 El asesinato del dirigente opositor Chukri Belaïd el 6 de febrero pasado ha relanzado una intensa movilización social en Túnez. ¿Su lectura de esta situación de cara al FSM 2013?

 Los sucesos de la primera parte de febrero nos han conmovido enormemente. El crimen brutal ha despertado una reacción ciudadana muy intensa. El gran desafío de Túnez hoy es no salir de ningún modo de la democracia. Los integrantes del Comité de Organización del FSM se han inmediatamente movilizado para condenar ese crimen.

Un comunicado firmado por más de un centenar de los miembros del Consejo Internacional del FSM señala que este hecho no podrá frenar el proceso iniciado por los demócratas tunecinos con quienes somos solidarios. Estamos convencidos que las fuerzas democráticas sabrán mantener la convicción profunda de elegir la resolución pacífica de los conflictos como vía para avanzar en el proceso democrático. Estamos más que nunca convencidos, también, de la necesidad de la movilización internacional para asegurar el logro del FSM 2013 y que sea un momento fuerte de apoyo al proceso democrático en Túnez.

P:-¿En qué medida las fuerzas activas del Magreb en general y de Túnez en particular -me refiero a movimientos sociales, sindicatos etc- están involucrados realmente en la preparación, en la concepción de este FSM?

 Durante la dictadura de Ben Alí la sociedad civil tunecina contó con un núcleo de organizaciones activas. De éstas, se puede decir que todas están directamente involucradas en la preparación del FSM y constituyen su comité organizador. Entre ellas la gran central sindical, los movimientos por derechos humanos, los de las mujeres etc.

Es importante recordar que el acto de lanzamiento del proceso del FSM ha sido promovido por el Sindicato de los Trabajadores Tunecinos en la ciudad minera en que la revolución empezó , de hecho, en 2008.

Después de la caída de la dictadura han surgido nuevas organizaciones que se han involucrando en el proceso. Y muchas de ellas participan de las diferentes comisiones que se han creado para realizar el Foro. De igual forma la sociedad civil organizada de los otros países del Magreb está igualmente presente.

 ¿Las mujeres, que han jugado un rol fundamental en la primavera árabe, pero que son un sector *perdedor* en la post-primavera, podrían recuperar un cierto hegemonismo en el marco del FSM?

 Las organizaciones que luchaban por los derechos de las mujeres ya eran fuertes durante la dictadura y fueron fundamentales en su caída. No creo que se tornen ahora hegemónicas, pero serán igualmente importantes. Incluso en el Foro habrá un espacio "mujeres" que estoy convencido ocupará un lugar clave y será vibrante.

 EL FSM 2013 es entendido como una oportunidad de acercar aún más las experiencias locales con los participantes llegados de los rincones más diversos...

 Sin duda. Irá gente de todo el mundo. Una ocasión para hablar directamente con los actores de la revolución - tal como ellos llaman a su movimiento-; para comprender mejor qué pasó en la región; de conocer mejor cómo los actores sociales participaron y siguen haciéndolo; para constatar el coraje, la tenacidad y la esperanza de los que promovieron la primavera árabe y la siguen impulsando, aun al costo de su propio sacrificio.

 Un Foro nuevamente universal- si se analizan los once ejes temáticos propuestos- pero con una acento local, nacional, regional...

 En efecto. Si se ven las más de 2’700 organizaciones registradas para participar y el número de actividades auto-gestionadas propuestas que se acercan a las 1.500, no hay duda que Túnez ofrecerá un marco de debate mundial con problemáticas y temáticas de las más diversas que se puede imaginar.

Pero, si comprendemos la impronta del proceso histórico de cambio que vive la región del Magreb /Makrech, entenderemos que uno de los principales desafíos de esta edición será el de reforzar la lucha tunecina y regional a favor de un país y de una región más igualitaria. Y que esta sinergia entre lo global y lo regional sirva como un paso más en el camino de todos los que aspiran a "otro mundo posible".

Especialmente en la búsqueda de formas de abordar con nuevas proposiciones y articulaciones los enormes desafíos que confronta hoy la Humanidad.

 ¿Se prevé una participación numerosa?

 Se habla modestamente de 50.000 participantes. Pero esto nunca es posible prever con exactitud. La metodología participativa sigue siendo la misma que en otros foros: los participantes han sido invitados a inscribir actividades auto-organizadas, sobre los temas que ellos mismos deciden trabajar. Incluso las Asambleas de Convergencia al final son auto-organizadas y pueden ser muchas. El resto depende de la capacidad de la gente de intercambiar y articularse.

Avances positivos, retos pendientes

 ¿Mirando los escasos doce años de existencia de este proceso denominado Foro Social Mundial y teniendo en cuenta algunas críticas escéptico-altermundialistas existentes, cuál es su balance en cuánto a objetivos y resultados del FSM?

 En 2001, y a manera de síntesis, barajábamos cuatro objetivos para el FSM. Hacer escuchar en el mundo un grito de esperanza. En segundo lugar, reflexionar-promover una nueva forma de hacer la política y de entender la cultura política. Además, reconocer, evaluar, integrar un nuevo actor político emergente, la "sociedad civil" autónoma de partidos y gobierno.

Y en cuarto lugar entender que en este momento histórico de la humanidad no es suficiente resistir y protestar, sino avanzar en la construcción de alternativas concretas al sistema. Para hacer el balance deberíamos evaluar dónde estamos hoy en cuanto a esos retos...

 Podría rápidamente evaluar cada uno de los cuatro...

 Como alternativa al Foro Económico de Davos, que difundía el pensamiento hegemónico, surgió el "Otro Mundo es Posible", como contestación y respuesta. En cierta manera se logró ese objetivo, y hemos asegurado que se alce una voz de esperanza. Los Foros sociales en sus diferentes niveles - mundiales, nacionales, regionales, temáticos- promovieron la posibilidad de la alternativa, confrontaron la visión hegemónica.Hay que reconocer, sin embargo que el mensaje de esperanza no llegó todavía a cada país y a todas las regiones.

La idea de una nueva cultura política, anticipada ya en los noventa por los zapatistas de México, basada en la diversidad, la horizontalidad y la unidad de todos los actores sociales, también forjó pasos importantes en esta última década. Se reforzó en este tiempo la comprensión que esa nueva cultura es imprescindible para cambiar el mundo. Pero tampoco en este caso, todo es fácil y lineal. Esta visión alternativa al verticalismo y lo piramidal debe seguir avanzando en un camino que será largo.

El rol emergente de la sociedad civil se ha ido también consolidando. Muchas de las movilizaciones paralelas a las grandes conferencias de la ONU y de otros organismos internacionales dan prueba de ello. Las experiencias de los movimientos "ocupas" en Estados Unidos y de los indignados en diversas regiones del mundo, expresan esa fuerza de la autonomía hacia gobiernos y partidos en la construcción de un poder político diferente.

Para terminar, en esta mirada retrospectiva, el tema de las alternativas. Se avanzó en la identificación de las expresiones del sistema capitalista. Algunas alternativas fueron propuestas en los espacios creados en el proceso del foro. Nuevas cuestiones y temáticas se incorporaron con mayor énfasis al debate, en particular las relativas al medio ambiente, que ya es una preocupación casi generalizada en el mundo.

Pero, hay que reconocer, que la aplicación de esas alternativas es mucho más difícil que su identificación. ¿Por qué? Porque para hacer posible los cambios estructurales, es necesario la acción de Gobiernos y Estados, incluso en lo relativo al cambio de las leyes. Y la relación de fuerzas a nivel global sigue siendo, todavía, desfavorable para la sociedad civil, todavía muy fragmentada. Sumando a esto, el papel de la maquinaria de los medios de información y comunicación dominantes, monopólicos, frenan o retardan el proceso de tomas de conciencia generalizada. En síntesis, en estos doce años ha habido avances significativos, pero se mantienen abiertos retos no menos importantes para construir ese otro mundo posible.

La confianza en la juventud

P: ¿A pesar de idas y vueltas, de avances y retrocesos, a sus 83 años, mantiene la confianza, casi utópica, de ese otro mundo posible?

Chico Whitaker: Sin duda no es fácil, particularmente en lo que se refiere a esa nueva forma de concebir y hacer la política, es decir los cambios culturales en la actividad política. Pero en ese sentido debo reconocer que estoy aprendiendo mucho con los movimientos de indignados y *ocupas" e intento que sus experiencias ayuden al proceso del Foro. Aun más: esos jóvenes aumentan mi confianza en la posibilidad de cambiar el mundo. Y con el andar del tiempo y el transcurrir de la vida uno va descubriendo realidades que nunca imaginaba. Que obligan a lanzarse a compromisos completamente nuevos.

Un ejemplo es lo que ha ocurrido conmigo y mi compañera después del desastre atómico de Fukushima. Al intentar comprender más y mejor lo que la aventura nuclear implica, no terminamos de sorprendernos de los riesgos que ésta significa. Realidades que desconocíamos, muy influenciados por la desinformación reinante que nos transformaba en ciegos. Todo esto para decir que mientras tengamos las fuerzas no dejaremos de lanzarnos a nuevos retos de compromiso, para ayudar a despertarnos y despertar a otros...Con este espíritu vamos a participar a Túnez en una actividad auto-organizada sobre ese tema tan esencial.

*Sergio Ferrari en colaboración con E-Changer, ONG suiza de cooperación solidaria. En SURySUR, 20.02.2013


Otro mundo es posible, otra economía es posible

Henry Mora Jiménez

ALAI AMLATINA, 22/02/2013.- Indudablemente, “otro mundo es posible”, aunque cuando decimos “otro mundo” nos referimos en realidad a muchos otros mundos en este mundo: un mundo que contenga muchos mundos. “Otro mundo es posible” es el mundo en el cual quepan todos los seres humanos, por tanto, la naturaleza también, porque el ser humano es un ser natural, corporal. “Otro mundo es posible” es la sociedad en la cual cada uno pueda realizar su propio proyecto de vida, con la seguridad de una vida digna con base en su trabajo (no necesariamente, asalariado). Que el ser humano sea libre como sujeto en comunidad, y la comunidad es, en última instancia, la humanidad.

Se trata, además, de la concepción de un mundo en el cual quepan diferentes culturas, naciones, razas, etnias, géneros, preferencias sexuales, etc. Esto complementa el lema del Foro Social Mundial: “Otro mundo es posible”, y expresa un humanismo concreto frente a las homogeneizaciones de los humanismos abstractos. Tanto el capitalismo como el socialismo histórico han prometido una solución homogénea y universal para la totalidad de la humanidad. En un caso, el automatismo del mercado (la gran utopía de la sociedad burguesa), y en el otro el automatismo de su abolición (la gran utopía del comunismo en cuanto que sociedad finalista). No obstante, ambos vinculan su solución con la vigencia de un progreso técnico ilimitado e irrestricto y con la promesa de un futuro esplendoroso pero indefinido, derivado de su magia.

La respuesta necesaria al mundo dominante en la actualidad, con su afirmación de que no existe alternativa, sólo puede ser la de que “otro mundo sí es posible”. No obstante también esta respuesta se puede vaciar, si no se dice qué mundo es aquel del cual decimos que sí es posible. Porque cabe la posibilidad de mundos incluso peores que el mundo actual al cual nos enfrentamos. Por eso, cuando hablamos de un mundo en el cual quepamos todos hay que aclarar de qué mundo se trata. En particular, esto no significa que “todo” quepa, pues precisamente para que quepamos todos y todas (seres humanos y naturaleza), hay mucho que no tiene cabida. En especial, no cabe la actual estrategia de acumulación de capital, llamada globalización, que los gobiernos de los países centrales imponen por medio del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, y los propios gobiernos neoliberales. Para que todos quepamos, hace falta excluir esta estrategia.

Una sociedad en la cual quepamos todos implica una ética universal, aun así no dicta pretendidos principios éticos universalmente válidos; no prescribe normas universalistas generales ni determinadas relaciones de producción universalmente válidas. No pretende saber cuál forma de sociedad es la única acertada, ni sostiene saber cómo es factible hacer felices a los seres humanos a partir de cierto orden social. No se promete ningún paraíso. Frente a los principios universalistas de sociedad, la exigencia de una sociedad en la cual quepan todos es más bien un criterio de validez universal sobre la pretendida validez de tales principios de sociedad. No es posible sustentar este criterio por principios abstractos, como la tasa de crecimiento del producto social o la tasa de ganancia del capital. Sin embargo se trata de un criterio universalista, es el universalismo del ser humano concreto.

Ahora bien, un mundo en el cual quepan todos no es un proyecto y tampoco directamente una meta factible de la acción. Es, podríamos decir, una idea regulativa de la acción (un imperativo categórico de la razón práctica, de la acción concreta), una «utopía necesaria» que ha de penetrar la realidad de forma transversal. Como utopía no es en sí misma factible, es un principio orientador básico, aunque radical. Es una finalidad, no un fin. Tampoco es un axioma del cual se deduzcan los subsiguientes pasos a seguir, como si se tratara de una secuencia lógica (principalismo abstracto) o de una aplicación tecnológica (razón instrumental medio-fin). No es un modelo de sociedad, pero sí, una dimensión, la más general, de la referencia a la crítica de la sociedad de hoy.

La especificidad de una economía para la vida

Una «economía para la vida», aunque parte del carácter multidimensional y complejo de la vida humana, la analiza en función de las condiciones de posibilidad de esta misma vida a partir de la reproducción y el desarrollo pleno de “las dos fuentes originarias de toda riqueza” (Marx): el ser humano en cuanto sujeto productor (creador) y la naturaleza externa (medio ambiente), “madre” de toda riqueza social (Petty).

Y no se ocupa solamente del «contenido» de la riqueza social (los valores de uso en cuanto que satisfactores de necesidades humanas), ignorado por la teoría económica ortodoxa; sino sobre todo, de las condiciones que hacen posible la reproducción y el desarrollo de esta riqueza social y, por consiguiente, la reproducción y el desarrollo de sus “dos fuentes originarias”. Pero también analiza la «forma social» de esta riqueza (por ejemplo, la mercancía capitalista) y su impacto en la reproducción de las condiciones de posibilidad de la vida humana.

Por ello, la corporalidad del sujeto concreto [hombre, mujer, negro(a), blanco(a), indio(a), mestizo(a), campesino(a), asalariado(a), anciano(a), niño(a), migrante, trabajador(a) por cuenta propia, desempleado(a), etc.]; re sulta ser un concepto clave para una economía orientada hacia la reproducción de la vida; que no puede limitarse a la «cuestión social», por más importante que esto sea.

Y no se trata únicamente de la corporalidad del individuo, sino de la corporalidad del sujeto en comunidad. La comunidad tiene siempre una base y una dimensión corporal. Se trata del nexo corporal entre los seres humanos y de estos con la naturaleza. Toda relación entre los seres humanos tiene necesariamente esta base corporal y material, en la cual diariamente se juega la vida o muerte de la gente: su sobrevivencia, su actuar en comunidad, sus condiciones de existencia. Podemos llamar a esta red de relaciones sociales o socio-naturales (entre los seres humanos y de estos con la naturaleza), Sistema de Coordinación del Trabajo Social; y en cuanto especificación de la actividad humana a partir del trabajo lo podemos comprender como integrado por dos subsistemas interdependientes y superpuestos:

1. El subsistema de la división social del trabajo orientado a la producción de los valores de uso que hacen posible la vida de los sujetos productores, esto es, el sistema interdependiente de la división del trabajo que produce los bienes materiales de la sociedad. Es el «trabajo productivo», trabajo productor de la riqueza producida. Más que un subsistema, es el esqueleto, la columna vertebral de la coordinación del trabajo social.

2. El subsistema de la reproducción de las condiciones materiales que hacen posible la vida humana: i) la reproducción de la propia base económica (“aparato productivo”), ii) la reproducción de la infraestructura ecológica y, iii) la reproducción de la propia vida humana y de las relaciones sociales y los modos de convivencia entre los seres humanos. Es el «trabajo reproductivo », trabajo de reproducción y regeneración de las fuentes originarias de toda riqueza humana: el propio ser humano y la naturaleza.

A su vez, este segundo subsistema (que ontológicamente contiene al primero), lo podemos analizar desde una doble perspectiva:

2.1 Como reproducción de la naturaleza externa al ser humano, en la medida en que ésta es asimilada, modificada y transformada por la actividad humana. Implica el conocimiento, la preservación, el cuido y el respeto de los ciclos y equilibrios de la naturaleza;

2.2 Como reproducción de la propia vida humana: procreación, crianza, cuido, manutención, trabajo familiar doméstico, educación, socialización, afectividad, convivencia (al interior de la tribu, el clan, la familia u otras instituciones más recientes como la escuela, el gremio, la comunidad, la empresa, etc.).

Se trata en efecto de sistemas interdependientes y superpuestos. Así por ejemplo, muchas de las actividades del trabajo doméstico y de cuido requieren valores de uso provenientes del sistema de división social del trabajo, al tiempo que éste no puede subsistir sin el trabajo doméstico y de cuido (reproducción de la fuerza de trabajo, entre otros aspectos). Igualmente, la preservación y cuido de la Naturaleza también necesita de valores de uso suministrados por el sistema de división social del trabajo y éste, claro está, exige la continua reproducción de aquella. También tenemos interacciones e imbricaciones entre los dos subsistemas que delimitan la reproducción de las condiciones materiales de la vida.

Por eso, una «Economía para la Vida» es el análisis de la vida humana en la producción y reproducción de la vida real y sus condiciones de existencia, y la expresión “normativa” de la vida real es el derecho de vivir. Lo que es una Economía para la Vida (en cuanto disciplina teórica), puede por tanto resumirse así: Es un método que analiza la vida real de los seres humanos en función de esta misma vida y de la reproducción de sus condiciones materiales de existencia (económicas, ecológicas y culturales). Este criterio de discernimiento se refiere a la sociedad en su conjunto y rige asimismo para la economía.

 Henry Mora Jiménez es economista, catedrático en la Escuela de Economía y en el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica.

Artículo publicado en la entrega No. 482 (febrero) de la revista de ALAI América Latina en Movimiento: "Para las nuevas izquierdas: ¿Qué otra economía?" http://alainet.org/publica/482.phtml.


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