La ciudad de Tréveris, en Alemania, celebró con toda la pompa el bicentenario del nacimiento de Karl Marx (5 de mayo de 1818). En Francia, cuya historia influenció fuertemente la vida y la obra del gran teórico del comunismo, este acontecimiento no pasa de un discreto interés editorial y académico.
Francia fue, para Karl Marx, mucho más que una fuente de inspiración política: un lugar de asilo y de placeres, un país de misión, un campo de batallas (teóricas y organizativas), un punto de anclaje familiar, y también, en reiteradas ocasiones, un contrapunto. Sobre todo, le brindó al pensador alemán más que un pasado revolucionario sobre el cual meditar o tradiciones obreras para imitar: Francia vio surgir en su suelo una multiplicidad de fórmulas políticas, duraderas (Segundo Imperio, Tercera República) o efímeras (la Comuna), que sorprendieron al filósofo, pusieron a prueba su pensamiento y lo obligaron a revisar y enriquecer sus teorías...
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