Héroes desconocidos de la Segunda Guerra Mundial

“En estas manos les traigo todo lo que somos, todo lo que podemos”. Así es como Albert De Vleeschauwer, ministro belga de las Colonias, se dirigió al Primer Ministro británico Winston Churchill el 10 de julio de 1940. El “nosotros” en cuestión designaba el Congo y no Bélgica, en ese entonces invadida por Alemania y cuyo gobierno se había exiliado en Londres.

Cerca del 85% de los recursos de los que disponía ese gobierno durante la guerra provenía de su joya colonial. “En general, el peso de Bélgica en la guerra fue ampliamente el peso del Congo”, comenta el historiador Jean Stengers, y de sus inmensos recursos mineros. Sin embargo, el papel estratégico de este país de África Central durante la Segunda Guerra Mundial permanece en la absoluta oscuridad. Este silencio parece tanto más injustificado si se considera que, después de 1945, las condiciones de compromiso del Congo del lado de los aliados van a influir sobre su historia de manera perdurable.

La implicación de la colonia en el conflicto es múltiple. A pesar de las reticencias del rey Leopoldo III, vinculado al principio de neutralidad, entre el 21 de enero de 1941 y octubre de 1944 se celebraron varios acuerdos comerciales y financieros con el Reino Unido. El acuerdo anglo-belga del 21 de enero de 1941 consagró también la inclusión del Congo y Ruanda-Urundi en la zona esterlina. Jean Stengers considera: “ Con el del 5 de octubre de 1944, se puede afirmar que el franco belga se alineó con el franco congolés”. En el terreno, las tropas congolesas combatieron en Etiopía (Abisinia) donde lograron numerosas victorias sobre los italianos: Asosa (11 de marzo de 1941), Gambela (23 de marzo de 1941) y Saio (julio de 1941). Hicieron 15.000 prisioneros entre los cuales figuraban 9 generales. Después de la capitulación italiana, la Fuerza Pública –nombre otorgado al ejército del Congo– movilizó a 13.000 soldados y civiles para combatir en África del Oeste contra algunas colonias francesas que seguían siendo (...)