El 9 de junio pasado doce de los quince miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobaron una resolución que prevé nuevas sanciones contra Irán; Turquía y Brasil votaron en contra. Aunque la medida punitiva tendrá pocos efectos concretos, habilita el camino a sanciones unilaterales decididas por Europa y Estados Unidos y, a la vez, plantea un serio desafío para la alianza entre Teherán y Moscú.
En las relaciones ruso-iraníes persiste la ambigüedad. Poco después de la presentación del proyecto estadounidense de sanciones ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad señalaba: “Nuestro pueblo ya no sabe si los rusos son nuestros amigos”. No obstante John Bolton –ex embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas– consideraba que Barack Obama, luego de desistir en la instalación de un escudo antimisiles en Polonia y República Checa y en la oposición a la ocupación de una parte de Georgia por tropas rusas, no había obtenido de Moscú, respecto de la cuestión iraní, más que su predecesor George W. Bush...
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