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La Violencia Está Aquí y Ha Llegado Para Quedarse Labbé- Krassnoff: nada de Ley. Estado: nada de orden. Por Daniel Malpartida

Recibo hoy, lunes 21 de noviembre, un mail con el siguiente encabezado “A mí me torturó Krassnoff”; a continuación, una lista con más de 50 nombres. La pregunta es ¿en qué país vivimos?. Lo segundo que se escucha por la calle: “éste es un país muy raro”. Como soy psicoanalista, algunos de mis pacientes reviven las escenas de torturas, sus duelos y sus pérdidas, muchas veces inenarrables. Pocos se atreven a usar la palabra violencia. ¿Puede haber algo más violento que el homenaje preparado por Labbé y su séquito a un asesino condenado a 140 años de cárcel?

Una vez más, los medios del cerco informativo poco dicen. El alcalde, lo mismo que Krassnoff, envían un mensaje a nosotros los ciudadanos: “Torturamos. Y aquí seguimos y continuamos juntos”. Y en su mejor estilo, involucraron a los ingenuos e ignorantes del gobierno. Pero consecutivamente: ¿No es violento el descuido de la Moneda para con los ciudadanos?. Una Máxima se escucha en el mundo: “el Estado contra el ciudadano”. Las explicaciones del gobierno, como siempre o casi siempre, llegaron tarde. ¿Es posible que el Ministro del interior no supiese nada de estos preparativos?.

Un grupo que encarnó la violencia sucia durante la dictadura se dispone a brindar en un ritual, como verdaderos nazis de las SS acompañados por la canción alemana Lili Marleen. Pero este acto violento no está para nada desgajado de la crisis actual del Estado y de la sociedad. El grupo de torturadores anuncian y nos recuerdan desafiantes “aquí estamos nuevamente” como si ellos tuvieran la última palabra y no el Estado.

Todo indica que aun hay un poder extremo, implícito, oculto en una red que se desplaza entre los crímenes como si no hubiera sistema judicial ni leyes y reconoce 40 años después los “servicios prestados a la patria”. Un poder que vaga entre las instituciones sin que nadie pueda ponerle la mano encima.

La violencia se desplaza por los diversos escenarios y nos encontramos, de golpe y ante nuestra decepción y nuestro descontento, con un Estado débil, que ha perdido su capacidad intrínseca, que es la protección de los ciudadanos.

Este Estado es parte integral de la crisis social y de la ola de violencia que nos toca vivir y sufrir a los ciudadanos; permite que el respeto a los muertos desaparezca de la faz de este territorio.

¿Qué hacer cuando el Estado ha perdido legitimidad, credibilidad, fuerza; cuando ha sido un pésimo administrador de nuestros ideales y de nuestra violencia, que nosotros le confiamos? Perdida la potestad, queda el espacio sin normatividad, queda el campo libre, abierto a la violencia.

Ellos van a celebrar, a reír y cantar por encima de la ética, de los valores, los principios y los derechos humanos. Ellos, los Labbé y los Krassnoff, se sitúan una vez más por encima de la Democracia, respaldados aquí y ahora por una oscura red de poder que nada tiene que ver con las acciones de reparación y reconciliación.

Hay que decirlo. Sólo en una sociedad profundamente dividida y en crisis tienen lugar este tipo de actos. Hoy, 21 de noviembre de 2011, un ritual cruel y violento tendrá lugar, así quedara el campo abierto al enfrentamiento con una ciudadanía que ha recuperado su soberanía personal y que ya no tiene miedo.

Daniel Malpartida. Psicoanalista del Nuevo Extremo.

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