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Partidos políticos, entre la convicción y el cálculo

La cocina del mercado electoral

Contrariamente a lo que sugiere el teatro democrático que sube a escena en cada escrutinio, lo que sucede no es tanto que los electores eligen a sus representantes, sino que los partidos políticos seleccionan a su electorado. Las elecciones, que presuntamente “aúnan” a una mayoría de “ciudadanos” en torno a grandes temas, se han vuelto, para los partidos, la ocasión de hacerse con una cantidad de segmentos del mercado democrático –empleados privados, públicos, altos ejecutivos, etc.– suficiente para obtener o conservar el poder. En definitiva, se trata de constituir una coalición políticamente mayoritaria. Ahora bien, ¿cómo definen los estados mayores estos segmentos y qué recursos emplean para movilizarlos? Es decir, ¿cómo fabrican un electorado a partir de una población?

Primero se apoyan en las estadísticas y encuestas de opinión que recogen las transformaciones de las condiciones de vida y exploran las expectativas, preferencias y exasperaciones de los potenciales votantes. Estas columnas de cifras diseccionan una población distribuida por sexo, edad, nivel de estudios, lugar de residencia y, sobre todo, profesiones y categorías socioprofesionales. Aunque parciales y parcelarias, estas ofrecen un panorama del espacio electoral francés y de los intereses contrapuestos que se enfrentan en él: pocas veces los choferes votan como los altos ejecutivos cuyos autos manejan. Los estrategas de los partidos saben que nuestras condiciones de existencia orientan nuestras miradas sobre el mundo e influencian nuestras conciencias políticas, por eso prestan a estos estudios una atención puntillosa, casi obsesiva...

Artículo completo: 259 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de mayo 2017
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Pierre Rimbert

De la Redacción de Le Monde diplomatique, París.

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