Larga lucha por el aborto en Francia

Lo que voy a exponer es una experiencia militante que viví con un compromiso muy fuerte y, por eso, con toda mi subjetividad. Solemos escuchar decir que la liberalización de la anticoncepción y, luego, del aborto iban en el sentido de la historia. Pero hablar de una victoria casi segura de nuestras ideas oculta la violencia de las luchas ideológicas que opusieron a los partidarios de la anticoncepción y el aborto libre y gratuito con sus adversarios. Nunca recordaremos lo suficiente la incalificable actitud de gran cantidad de médicos de hospitales: a su llegada al hospital, las mujeres que habían intentado poner fin a un embarazo eran insultadas y humilladas, se les practicaban raspajes sin anestesia…

En 1964, yo estaba en tercer año de medicina. En la carrera no había educación sexual. El anfiteatro de la nueva facultad ubicada en la calle de los Saints-Pères, en París, estaba repleto de estudiantes que habían ido a escuchar la clase del profesor Christian Cabrol –más tarde autor del primer trasplante cardíaco de Francia, el 27 de abril de 1968–. Cabrol dibujaba en el pizarrón la anatomía de la pelvis del hombre y de la mujer, comentaba, explicaba los órganos internos y externos, coloreando su exposición con insinuaciones subidas de tono en el más puro estilo de las canciones de los estudiantes de medicina. Ese curso tenía una sólida reputación y constituía la única información sexual, limitada a la anatomía, de los futuros médicos. En cambio, las posibles complicaciones de cada método abortivo eran ampliamente detalladas: la temible septicemia de perfringens, a menudo mortal (que en la actualidad desapareció por completo), las secuelas que podían llevar a la esterilidad, etc...