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Las mujeres somos inferiores. Por Alicia Gariazzo

Discrepo de ello, pero las culturas de la mayor parte del mundo así lo consideran. Es claro en el mundo islámico. También en gran parte del África donde las mujeres no tienen derecho ni siquiera al placer sexual y para impedirlo son castradas por sus propias madres o abuelas. La “ablación” consiste en que a las niñas púberes se les corta el clítoris, los labios de la vulva y son cocidas dejándoles solo un orificio libre. En las guerras en el Congo, que impulsan las multinacionales para pelear por el coltan, imprescindible para la industria digital, las mujeres se llevan la peor parte. Los guerreros violan a las mujeres del enemigo, porque “les da fuerza” y los esposos o familiares de las violadas las expulsan de sus comunidades, dejándolas que sobrevivan como puedan, embarazadas y escondidas en las montañas. Hasta los años 50, en China, las abuelas quebraban los pies a sus nietas para impedirles el crecimiento y que así pudieran caminar con coquetería.

En el mundo occidental y cristiano todo es más sutil, pero no por ello menos malévolo. La prostitución infantil es mayor en las niñitas que en los varoncitos, las mujeres se inyectan nalgas y pechos de plástico o silicona, aún con el riesgo de morir, para atraer a los hombres, sea para comerciar con ellos o solo para darles gusto. La publicidad está llena de ejemplos de mujeres perfectas y ahora, en Temuco, se ha inaugurado la aberración de los concursos de belleza para niñitas, importado de los EEUU, como toda la cultura chatarra que nos domina. Estos atraen al mundo pedófilo, como se vio en el caso de JonBenét y sitúan a las niñas de lleno en la estupidez. En los matinales decían que la competencia era positiva para los niños, pero no se les ocurrió que esta podría desarrollarse en concursos de conocimiento, cuentos, baile o gracias propias de los niños, sin tener que recurrir a maquillaje, joyas y banalidades de las mujeres adultas.

Pero nuestra inferioridad no solo se expresa en el rol de mujer objeto en el que se nos sitúa, sino también en las condiciones que nos ofrece la sociedad y a las cuales podemos aspirar como personas inteligentes, profesionales e intelectuales. En los altos niveles profesionales, una mujer después de los 70 años es enviada a cuidar a los nietos, pero a esa edad y hasta los 80 los hombres aún ocupan cargos de dirección y hasta pueden ser candidatos a la Presidencia de la República sin que se sorprenda a nadie. Las mujeres mayores somos consideradas ancianas brutas y los hombres mayores venerables y de gran experiencia.

Por nuestra inferioridad, los varones que tienen derecho a ser infieles, a insultarnos, golpearnos y maltratarnos, pese a que las campañas de igualdad de género que obviamente no son suficientes. Ello se ve por ejemplo, en el caso de Nabila y en el hecho de que el femicidio siga existiendo pese a las campañas en su contra.

Chile se destaca entre los países de la OCDE nuevamente por sus indicadores de país sub desarrollado. Así lo demostró el Superintendente de Bancos e Instituciones Financieras, Don Eric Parrado, en Seminario del 10 de julio en la CEPAL. En su informe sobre el Género en el Sistema Financiero, el Superintendente nos expresó, una vez más, el compromiso de la SBIF con la comunidad y su disposición a producir estadísticas e información con enfoque de género. En la igualdad entre los géneros, Chile es el peor país de la OCDE, como en todos los indicadores de equidad.

En efecto el Informe de la SBIF nos muestra que en Chile la inferioridad de la mujer es alta en salarios, ingresos y posiciones profesionales y que tenemos muy poco acceso a los altos niveles de empresas u organismos de decisión política. Sin embargo, el Informe destaca que ha habido algunos avances en la disminución de las brechas de género en el uso de servicios financieros provistos por la banca, tales como que la proporción de deudoras bancarias mujeres, como porcentaje de los deudores hombres, aumentó de 56% en 2002 a 94% en 2016. También ha habido una masificación de las cuentas vista, como la Cuenta RUT de Banco Estado. Pese a ello las mujeres no son consideradas buenas sujetos de crédito en el sistema bancario. Los hombres les dan mayor seguridad. Esto es contradictorio, puesto que las mujeres tienen menor morosidad y protestos de cheques que los hombres. Somos mejores pagadoras, no solo en los bancos, sino en cooperativas y en todas las entidades en las que nos comprometemos.

En el Seminario no se habló de otros aspectos de nuestra inferioridad de acceso a los bienes de nuestro país. Tampoco que las mujeres nos hacemos cargo de los hijos, de los discapacitados, drogadictos, alcohólicos, o locos, desde deprimidos hasta sicóticos. Es muy raro ver a un hombre a cargo de un hijo o madre parapléjica. Según información de Gendarmería, en las cárceles se observa que los presos varones siempre reciben la visita de madres, esposas o amantes, pero las mujeres presas son de inmediato abandonadas por sus cónyuges o novios.

Otros elementos que los próximos informes de la SBIF tendrán que considerar para analizar las brechas de género, se relacionan con los cambios que está viviendo nuestra sociedad y el mundo occidental en general, que afectarán de manera diferente a ambos sexos. Entre otros, elementos como:

Aumento de la longevidad. Que es mayor en mujeres que en hombres. Según el INE, en 2020 Chile tendrá la esperanza de vida más alta del mundo 77,4 años para el hombre y 82,2 para las mujeres. Esto deberá considerarse seriamente en las políticas públicas, porque al tener las mujeres menores ingresos tiene menores pensiones. Aunque la Catalina Edwards y José Piñera opinen que el problema de los jubilados se soluciona con trabajar, las mujeres tienen dificultades para conseguir trabajo después de los 70 años. Si se consideran que se hacen cargo de enfermos y discapacitados, es muy claro que los ingresos de la ancianidad serán aún menores que si fueran los hombres los que tuvieran mayor longevidad.

Desaparece la familia nuclear. Cada vez menos jóvenes se casa y las alianzas matrimoniales duran menos. La mayoría de las familias de los sectores de menores ingresos se compone de un Jefe de Hogar femenino, generalmente abandonada por su pareja, marido o novio. Estas familias a veces cuentan con hijos de diferentes novios que a su vez incorporan hijos propios. Este es otra variable que hace más vulnerable a las mujeres Jefes de Hogar que no cuentan con ayuda y que se hacen cargo de hijos y nietos.

Disminuyen las fuentes de trabajo. La tecnología digital ha cambiado los procesos productivos donde parte de los puestos más calificados quedan a cargo de maquinarias robotizadas. Por otra parte y considerando la debilidad sindical, gran cantidad del empleo queda en manos de trabajadores desechables y polifuncionales que tienen menores salarios. Por las razones señaladas anteriormente los puestos técnicos más calificados queda en manos de los varones. Existe el mito de que los hombres tienen más habilidades para aprender la tecnología digital que las mujeres. Sobre ello deberán actuar las autoridades competentes.

Estos cambios trascendentales en la sociedad actual nos llevan necesariamente a definir nuevos objetivos en la educación técnica y universitaria. A estimular a la mujer a acceder a esta tecnología. A redefinir la forma de selección del personal. A impulsar formas del uso del ocio. Con poco empleo y bajos salarios deberá mejorar la organización local y desde las bases deberemos impulsar el trabajo voluntario, la solidaridad entre clases, género y edades. Ya no hay espacio para el neoliberalismo ni el capitalismo salvaje.

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