Las revoluciones de Rousseau

Este 2012 se celebran los trescientos años del nacimiento de Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), escritor y filósofo, que renovó la literatura y el pensamiento político. Al plantear el tema de la igualdad entre los seres humanos escribió el prólogo de las futuras revoluciones.

No es habitual que un filósofo provoque lecturas tan divergentes que parezcan excluirse. Pero sí es el caso de Jean-Jacques Rousseau, cuya obra tuvo un eco lo suficientemente amplio como para influir en la historia de muchos pueblos, que en ocasiones se oponían violentamente entre sí, precisamente en nombre de un ideal que parecía manar de una fuente común.

La influencia de las ideas rousseaunianas, determinante en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, ya se vislumbra en 1776, en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica redactada por Thomas Jefferson. Pero hubo muchas otras luchas anticoloniales que encontraron inspiración y legitimación en la obra de Rousseau. Simón Bolívar (1773-1830), quien contribuyó de manera decisiva en la emancipación de las colonias españolas de América del Sur –donde El contrato social estaba prohibido–, seguirá ampliamente los preceptos de Rousseau en su obra constitucional y política. En la que entonces era la Indochina francesa, Nguyen an Ninh –un temible subversivo, al parecer de las autoridades, y responsable de diarios que trabajaban en difundir la idea de la independencia– tradujo al vietnamita un fragmento de El contrato social (allí también prohibido), en 1926: el texto será “devorado por los indígenas”, que lo considerarán como su “Evangelio social” y lo convertirán en “el fermento de su revuelta y el instigador de sus asesinatos”, para citar a un notable de aquellos tiempos, Paul Carton, que se mostró un poco preocupado...