Los Mapuche, el Estado y la Nación

En los últimos meses y semanas hemos vivido un bombardeo mediático en torno a la celebración del Bicentenario de ‘nuestra gesta de Independencia’. Izamiento del pabellón patrio, mineros atrapados cantando el himno nacional a 700 metros de profundidad, cuecas, inauguración de fiestas, luces en La Moneda y podríamos seguir. En medio de las celebraciones, sin embargo, han aparecido numerosas voces que han visibilizado un conflicto de larga data, pero que en las últimas semanas se ha vuelto especialmente complejo. Me refiero a los 35 comuneros mapuche que se mantienen en huelga de hambre.

Mientras la Iglesia insta a las autoridades políticas a establecer mesas de diálogos, la oposición política presiona para dar curso acelerado a transformaciones en la legislación, que durante muchos años estuvieron estancadas en el parlamento, con el objetivo de repensar los alcances de la justicia militar y precisar la ley antiterrorista, dictada en el régimen militar y cuya aplicación para criminalizar la demanda mapuche se inició a partir de 1991. Por su parte, la derecha política, hoy en el gobierno, informa de la constitución de una mesa de diálogo entre las comunidades mapuche, liderada por la mediación de un obispo católico, pero que excluye ex profeso a los comuneros (y las comunidades que ellos representan) que se mantienen en huelga de hambre, argumentando que no se pueden tolerar presiones indebidas en un estado de derecho...