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Miguel Enríquez a cuarenta años de su caída; reflexiones y perspectivas, de su ejemplo en el campo de la transformación social y comunitaria en el Chile de hoy. Por Marco Silva

“lo que brilla con luz propia nadie lo puede apagar” P. Milanés

Pensar y proyectar la figura de Miguel a cuarenta años de su caída en combate, es sin duda una tarea compleja y urgente a la vez. La dimensión ética, la consecuencia política y la voluntad de plomo que delimitaron su práctica y sus decisiones, representan cualidades pocas veces observadas en la clase dirigencial y política chilena. Sin embargo la claridad estratégica y táctica de Miguel se proyectan mas allá del campo de la formación militante o de la escuela política cuyo nicho fundacional es el MIR y que hoy se propaga en una diversidad de expresiones orgánicas en el campo popular, estudiantil, juvenil, cultural y sindical.

Al observar las consistencias y profundas complicidades de sentido entre la perspectiva de Miguel y la de los operadores sociales que se inscriben en el espectro disciplinar de aquello que se denomina Psicología Comunitaria, encontramos puentes comunicantes y categorías de alta convergencia.

Sin duda la primera, es entender que las relaciones sociales, están determinadas por relaciones de poder, que el poder y sus actores y espacios hegemónicos no estarán jamás dispuestos a transar de manera gratuitita y altruista sus beneficios y lugares estratégicos en la toma de decisiones. Por tanto la invitación que nos hace Miguel desde hace 40 años es a asumir una actitud de confrontación directa contra las formas de poder que se perpetuán desde la dominación y explotación de los oprimidos, de los pobres del campo y la ciudad.

Para avanzar en la transformación de las formas de poder dominante, Miguel y la estrategia que el MIR nos proponía a finales de los 60, era la del poder popular, proceso de acumulación en la correlación de fuerzas que implicaba un desarrollo de participación, organización y generación de consciencia en la clase trabajadora y el pueblo pobre, para avanzar de manera concreta en la superación de las condiciones de vida que perpetuaban su sufrimiento.

Al observar la articulación de los frentes intermedios, de los comandos comunales y de las estructuras que dan soporte a la tesis del poder popular, lo que se encuentra, es esencialmente la idea de una comunidad organizada en base a un tejido social vivo y activo, consciente de que su organización es su principal capital y que lo que esta en juego va mas allá de su bienestar inmediato, sino que es una organización para irritar las formas históricas de distribución de poder.

Todos los elementos descritos encuentran su correlato de sentido en lo que la Psicología comunitaria, desde perspectivas históricas muy similares al mirismo (Freire, 1984; Borda, 1998) han desarrollado y en aquello que hoy entendemos desde este campo disciplinar como proceso de fortalecimiento comunitario.

De manera complementaria la actitud con la que Miguel asume su compromiso político y militante, develan un profundo sentido ético, dimensión cada día mas difícil de hallazgar en la clase política nacional. La consiga del “MIR no se asila” no solo representa una voluntad de fuego y resistencia, sino que representa un profundo mensaje de solidaridad y alteridad con ese inmenso segmento de la población nacional que no pudo asilarse o que no tenia los vínculos para sortear de manera diplomática o política la maquina represiva de la dictadura. Miguel muerte en un barrio obrero, siendo congruente con su vida política, estando al lado de los que sufrían, levantando su cabeza con dignidad, escribiendo con la ultima ráfaga su nombre en las estrellas e invitándonos desde esa luz inagotable a continuar mas allá de su ejemplo, una vida al servicio de las luchas de los oprimidos.

El pueblo de chile, la dignidad de las luchas populares, la izquierda de chile, la psicología social critica, la psicología de la liberación y la psicología comunitaria, sin duda tienen en Miguel Enríquez una inagotable fuerza y aprendizajes que se proyectan y actualizan desde su gesto hasta el presente. Es tarea de quienes creemos en la trasformación social, proyectar su legado hacia el futuro con todas las fuerzas de la historia.

Marco Silva Cornejo Mg. En Ciencias Sociales Aplicadas

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