Mujer y trabajo: La desigualdad latente

El trabajo ha sido un lugar marcado por los modelos económicos, cambios en la organización de la producción, en las ideologías de género y cambios que se han producido a nivel del sujeto mujer.

Chile registra una participación laboral femenina mayor que en el pasado pero más baja que el resto de América Latina y mucho más que la de los países del norte. Trabaja cerca de la mitad de las mujeres en edad de trabajar. Medio siglo atrás apenas la quinta parte de las mujeres tenía un trabajo remunerado. Esos años marcaron el ocaso del modelo de sustitución de importaciones y del Estado de Bienestar que si bien fue limitado a ciertas franjas de la población -obreros y empleados del sector formal de la economía- estableció un sistema de protección social público y consagró derechos laborales en paralelo al fortalecimiento del movimiento obrero. Ello permitió el desarrollo de la “sociedad salarial” entre el Frente Popular de los años 30 y la Unidad Popular de los 70. En este período más bien se desestimuló el trabajo femenino desde el Estado y las políticas públicas, a lo menos en los sectores populares llamados a establecer un orden familiar acorde con la industrialización.

Como constataban a fines de los 60 los Mattelart en La mujer Nueva, la sociedad chilena se modernizaba pero las mujeres no asumían las consecuencias de la modernización. Se mantenían mayoritariamente fuera del mercado de trabajo, deseando que la mejor suerte para sus hijas fuera el matrimonio mientras en las clases populares el mejor trabajo era el de costurera pues se hacía en la casa...