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Prefiero ser frígida… por Victoria Aldunate Morales

Me regalaron un libro que se llama “Inteligencia Sexual”, pero en memoria de todas las rebeldes de Marzo, desde 1905 a la fecha, no lo voy a leer. No quiero copular con ese hijo de la “Inteligencia Emocional”.

En este marzo 2012 fin de mundo, recolonizado por los “símbolos” y “subjetividades”– “revisitado” -como dicen los postmodernos criollos- por derechas e izquierdas, por el Servicio Nacional de la Mujer piñerista, y en que -como siempre- nos regalan flores, bombones, más de alguna sartén y baladas misóginas, prefiero la frigidez. Las náuseas quitan las ganas. El único impulso ahorita es tirarles de vuelta las piedras con que nos lapidan.

Esta profusión de psicologismos y discursos -palabras, palabras, palabras- no acaban nunca de teorizar la vida. Nada de materialidad, nada de cuerpos concretos y tanto simbolismo, me da vómitos incontinentes…

Un montón de mujeres –ni “empoderadas” ni expertas en género- llevábamos tres décadas -más o menos- buscando salvarnos de los estudios que hablaban de nosotras sin nosotras, construyendo ser sujeto político autónomo y este $hile engendró un “feminismo sin mujeres” que pretende que las mujeres no existimos. ¡Y pobre de la que diga que sí porque le cae la maldición de malinche, que en este caso equivale a ser insultada como “binaria”! Disque, pasó de largo la recuperación de un cuerpo vivido histórica y políticamente, y hablar de mujeres, clase, racismo, es dicotómico. Fue una humorada al fin al cabo, sí, una escena sin mucho sentido, pero el empeño de expulsar a las mujeres de un territorio ganado, recuperado a la heteronorma, resistiendo a la masculinidad, a la feminidad y a la complementariedad, no se les ha agotado en siglos a gente como esta. En plena Edad Media nos expulsaron del Saber y engendraron la Universidad que dejó fuera de la Ginecología, por siglos, a las médicas que escribieron los primeros tratados ginecológicos de la Historia.

Las nuevas formas de reeditar este desalojo misógino, son variadas. Unas muy metafóricas y cyborg-virtuales tecno, otras más aburridas: Equidad de género, Igualdad de Oportunidades y Empoderamiento… Todas con un hálito de “subjetividades” y “simbolismos” y unos entramados en difícil -como el “cine arte” lento y arribista que me aburre-. Un montón de denominaciones carentes de sangre me huelen a podrido cuando las coloco en mi realidad. Suenan a prolongación (no-más) del engendro republicano-liberal que se matrimonió feliz formando la familia del Enfoque de Género. Todo demasiado interclasista, igualito a la famosa “inteligencia emocional”, según la cual una pobrete es una desadaptada. No es el neoliberalismo que se la devora, no, es que no tiene “inteligencia emocional”. Y como a las mujeres “se las empodera” con marketing y autoestima, la cosa -emocionalmente hablando- se pone más inteligente todavía. Porque si pasaste mil talleres de empoderamiento y tu microempresa de cesante establecida no da plata para pagar tu luz, o tu marido te humilla, te dirán que te falta autoestima.

¡La mar de esfuerzos por “gestos paritarios”! ¡Y cataplúm se abrió la puertecilla del Acceso de la Mujer al Poder por la que podamos asomar la nariz desde nuestro supuesto mundillo –el privado-.

Todo este palabrerío cuando hace rato ya, que vamos de la casa a la pega y de la pega a la casa, que nos signan de “mujeres públicas” por cualquier callejería y las sufragistas consiguieron el voto.

Hubo varias feministas de allá y de acá que les advirtieron -a las sufragistas-: ¡Cuidado que algunos deseos -los más machos y funcionales- pueden hacerse realidad! Dicho y hecho. Es como el orgasmo: nos lo entregaron los sexólogos y ahora se nos manda la “multiorgasmia obligada”. Eso sin contar el pornofeminismo -que me contaron que existe-.

Entonces, recapitulando, desde acá, en el Sur del mundo, en un barrio donde hiede la basura y un alcalde fascista te cobra la recogida bajo amenaza de desalojarte –también-, la “inteligencia emocional” y los “símbolos” de mujeres en el poder me dan arcadas. Ahora que en $hile se “revisitó” a los homosexuales y la palabra “maricón” se logró asociar a “agresor de mujeres” porque un gay misógino y farandulero trabajó en un spot de tevé para el SERNAM de Piñera, introduciendo un implante más de homofobia al cerebro de los barrios pobres, la cosa está prístina como el mismo “feminismo sin mujeres”. El “multisimbolico” y “subjetivo” palabrerío puede unir Mercado y Democracia, Poder con Virtud Cívica, a Tecnócratas y a Ciudadanas, y Marco Lógico con lo que sea, dándoles un ligero toque femenino de Inclusión, Presencia y Visibilidad. De ahí al inclusivo –simbólico- matrimonio gay, un paso. Y las “otras familias” podrán incluirse en el Opus Dei si lo desean porque serán por fin “bien constituidas”. Ahora es “visible” que las mujeres acceden al mundo público sin dejar de lado la explotación familiar, antes era invisible. ¡Gran logro!…

Por todo esto, no voy a leer “Inteligencia Sexual” ya que creo que no nos va a dar ninguna sorpresa. Será más de lo mismo: dama en la calle, puta en la cama, con ganas o sin ganas. Prefiero ser frígida.

texto y fotografía de Victoria Aldunate Morales

13 de marzo de 2012

http://www.lemondediplomatique.cl/

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