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Rechazo a la violencia y la preocupación por la salud mental. Alex Ibarra entrevista a Juanita Vial

Entrevista a Juanita Vial (J.V) Productora de modas y tallerista carcelaria. Realizada por Alex Ibarra Peña (A.I) Colectivo de Pensamiento Crítico palabra encapuchada.

A.I: Juanita, gracias por la entrevista en estos momentos en que alcanzaste bastante cobertura con un comentario crítico que realizaste a una telenovela. ¿Qué opinión tienes sobre los contenidos de la televisión chilena? ¿Estás de acuerdo con el debate en torno a qué debe haber una ley de medios más democrática?

J.V: Mi opinión sobre la televisión chilena es que es una de las cosas que se comió la tecnología. La gente, me incluyo, ve televisión por twitter y chismes por facebook, se ríe por snapchat y espía por instagram. o sea, la televisión sobra y se desmorona. Los contenidos son intentos de atrapar sin uñas. además de que para nadie es sorpresa que están todos en números rojos. Solo rescato al canal 13, que supo dejar la soberbia y tiene su magnífica radio.

A.I: Hace años que no visito cárceles, tuve la experiencia de participar en redes de apoyo a presos políticos. Seguro sabes que en Chile los presos políticos siempre resultan ser criminalizados y van a cárceles comunes, cosa muy distinta pasa con violadores de derechos humanos y genocidas que gozan de privilegios. ¿Tienes algún juicio sobre este asunto carcelario? ¿Tienes conocimiento sobre reclusas por causas políticas?

J.V: La verdad es que nunca ví una mujer presa por razones políticas. El estar preso por pensar, no digo distinto porque yo puedo pensar como ellos, es una vergüenza mundial. Es prehistórico y extremadamente cruel. Yo nunca he entendido por qué la ONU regula que los hijos de las presas deben estar un año con ellas en vez de dos, y que en el 2.016 hay presos políticos en muchas partes del mundo.

A.I: Leí una entrevista que se te hizo hace poco, en esta te explayabas un poco más sobre el juicio que hiciste en torno a la mala caricaturización de la realidad que hacía la telenovela “Preciosas” ahí dabas un juicio positivo de una novela escrita por María Carolina Geel que tuvo la suerte de ser reeditada hace algunos atrás ¿Cómo llegaste a la novela de esta escritora chilena? ¿Qué elementos rescatas en tu lectura de esta novela? ¿Te interesa la producción de otras escritoras chilenas?

J.V: El libro de María Carolina Geel, como bien dices, está reeditado, lo encargué en la Librería Lolita y demoró poco en estar en mis manos. Del libro me gustó que ella narra exactamente como fue su condena por matar a su amante en el Hotel Crillón. Y en los años cincuenta. Ella tuvo la suerte y la valentía de contar todo pero con un nivel intelectual superior, la mayoría de las internas llegó, alrededor, de octavo básico.

A.I: También valorabas una serie con la temática carcelaria titulada “Orange is the new black”. ¿Te sientes obsesionada con el tema de la cárcel? ¿Por qué razón?

J.V: No. No me siento obsesionada, pero sí profundamente conmovida.

A.I: En otras entrevistas se te suele destacar por el trabajo que realizabas como productora de modas. Al parecer conoces bastante del trabajo del diseño. ¿Reconoces en este oficio o profesión posibilidades de desarrollo artístico? ¿Te parece que hay un justo reconocimiento de esta actividad en cuanto a sus posibilidades artísticas?

J.V: Yo fui productora de modas por más de quince años. Me parece que hay arte donde hay pasión y no letargo. En cada cosa que haces puede haber arte. Así seas zapatero o ingeniero mecánico.

A.I: Seguramente tienes una rica experiencia a partir de tus talleres carcelarios en torno a la violencia que sufren las mujeres ¿Cómo ves esta problemática social del maltrato a la mujer? ¿Te parece que es un tema que como sociedad estemos abordando desde una perspectiva correcta?

J.V: La violencia a la mujer es algo que me rompe el corazón y con lo que tengo una deuda eterna que ya saldaré. Aunque te aclaro que no me ciego. Que la violencia infantil y la violencia masculina es también algo gravísimo. Es solo un problema de orden de llegada. Me atrevo a decir que alrededor de un 90% de las mujeres que conocí sufrieron esta violencia. Con los niños, no entiendo por qué seguimos hablando del Sename sin solución, y con los hombres, hay una peligrosa deuda.

A.I: Siguiendo algo de la presencia pública que has tenido en medios de comunicación se te podría clasificar como una persona irreverente e irónica. ¿Estarías de acuerdo con esa opinión? ¿De ser así has tenido la experiencia de la censura familiar y/o social?

J.V: Yo no tengo censura porque la gente que la puede hacer está muy lejos mío y no me interesa.

A.I: Hoy se habla mucho del “empoderamiento de la mujer”, para referirse a ciertos hechos que podríamos considerar como liberacionistas. Puedo interpretar que te sientes, en algún sentido, conmovida por la situación de la mujer en Chile. ¿Te acercas a estas banderas de lucha social? ¿Asumes alguna perspectivas de género en tus prácticas?

J.V: . No me considero feminista, pero sí justa. El ser feminista te restringe con una bandera que me parece pequeña. Por eso mismo te digo que también defiendo a brazo partido a un hombre golpeado o agredido por una mujer. O a un niño indefenso violado por una mujer. Porque pasa, y mucho.

A.I: Eres una confesa “yoguista”, reconoces la ayuda que te prestan el soporte de un especialista psiquiátrico, y tus talleres se pueden ver en algún sentido también como terapéuticos. En fin, eres una persona en búsqueda permanente de salud mental e integral. ¿Tienes una percepción en torno a la mala calidad de vida que se vive en Santiago? ¿Cómo ves la salud mental de nuestra sociedad?

J.V: Reconozco que lucho con una cabeza mucho más sentimental de lo que parezco. Hago yoga de lunes a viernes hace quince años y nado dos kilómetros diarios. La cárcel no ha sido una terapia, porque es una entrega muda. Ahí solo entra mi corazón. Mi cabeza aparece afuera. Nuestra salud mental es de elite. Los pobres no se pueden deprimir. Y vivimos en un país triste, donde con un medicamento genérico regalado por el AUGE, no se te quita ni la pena. Para qué decir el dolor desgarrador de una fuerte depresión.

A.I: No sé si entendí mal, pero me quedó la sensación de que en una entrevista decías que dado el hecho de la famosa liberación masiva de reclusos de hace unos meses atrás el taller que realizabas se desintegró, por lo tanto el taller había quedado a la deriva. ¿Tienes algún nuevo proyecto en mente?

J.V: Sí. Estoy trabajando en un proyecto de alimentación y salud, sobretodo enfocado a la salud mental. Es lento porque estoy haciendo muchos cursos para que sea para todos. Quisiera ser capaz de explicarle a alguien de bajos recursos no que deje la Coca Cola, si no que guarde la mitad, porque el azúcar enloquece y al día siguiente da pena.

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