Revuelta silenciosa en la Unesco

A principios de este mes el Consejo Ejecutivo de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) deberá elegir y recomendar a los Estados miembros de la Conferencia General, al nuevo director general que sucederá al japonés Koichiro Matsuura. Tras diez años de una gestión desastrosa caracterizada por la corrupción, el saqueo, la ineficacia y –lo peor– el desmantelamiento del único órgano cultural e intelectual del sistema de Naciones Unidas, la elección reviste una importancia crucial. Pero a pesar de este grito de alarma, las prácticas implementadas por Matsuura –denunciadas por dos informes presentados a fines de 2008 y principios de 2009– aún persisten y ponen de manifiesto el descalabro de la Organización y la aquiescencia de los Estados miembros, la Conferencia General y el Consejo Ejecutivo.

El 31 de mayo de 2009, fecha de cierre del plazo de presentación de las candidaturas, comenzó oficialmente la elección del próximo director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). A partir del 7 de septiembre el Consejo Ejecutivo deberá elegir entre los nueve candidatos y recomendar a los 193 Estados miembros de la Conferencia General la persona elegida para suceder al japonés Koichiro Matsuura (véase “La estructura orgánica”, en esta misma página).

La lucha por ocupar ese prestigioso puesto provoca furor entre los Estados que presentaron candidatos y los burócratas ubicados en lo más alto de la organización, los cuales están empeñados, desde su bastión de la Secretaría, en defender o consolidar sus lugares. La palabrería que usan para enmascarar sus intereses no alcanza para ocultar que, durante la gestión de Matsuura (1999-2009), la mayoría de ellos sacrificaron los valores fundadores de la Unesco...