El 6 de agosto la Pontificia Universidad Católica vendió al Grupo Luksic el 67% de Canal 13. Dieciocho días después, el 24 de agosto, se oficializó la compra de Chilevisión, propiedad del Presidente Sebastián Piñera, por la transnacional Turner Broadcasting System (TBS). Ambos acontecimientos marcaron para algunos el fin de la televisión universitaria en Chile y el preámbulo de un nuevo modelo televisivo que, en el futuro escenario de la digitalización, se caracterizará por la hegemonía de los emprendimientos privados locales y extranjeros.
El mapa de propiedad de la televisión abierta, considerando los siete canales de alcance nacional, guarda hoy como único testimonio de la virtualmente desaparecida televisión universitaria a UCV-Televisión, de la Universidad Católica de Valparaíso, mientras Televisión Nacional de Chile (TVN) representa solitaria –y de manera muy particular– a la televisión pública o estatal. Las otras cinco señales (Telecanal, La Red, Megavisión, Chilevisión y TV-UC) están en manos privadas, con capitales extranjeros en Chilevisión y en La Red, propiedad del magnate mexicano Ángel González.
Es el réquiem para el “viejo modelo” que comenzó a gestar el Presidente Carlos Ibáñez del Campo (1952-1958) con el Decreto 7.039 que expidió el 28 de octubre de 1958, siete días antes de entregar el cargo a Jorge Alessandri, donde estableció que en Chile sólo podrían operar canales comerciales y educacionales, vinculando estos últimos sobre todo a las universidades estatales...
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