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Una Educación Obsoleta. Por Fabián Frey

Señor Director: Le presento mí tesis sobre la educación que les entregamos a nuestros niños y jóvenes chilenos.

Una Educación Obsoleta

A pesar de los innumerables avances tecnológicos y científicos que han llevado nuestra sociedad a lo que es hoy en día, siguen habiendo ámbitos en los que, francamente nos hemos quedado atrapados en el pasado. Este podría ser el caso de la educación, efectivamente seguimos anclados en el Sistema Educativo Industrial de repetición de contenidos y evaluación bulímica de los mismos. Un Sistema Educativo Industrializado era efectivo para crear trabajadores sumisos al poder, que repitan una y otra vez un trabajo determinado, con el fin de producir de una manera masiva y así poder enriquecer a su patrón. Es por esto que en la educación de hoy se califica constantemente a los alumnos, para que logren el mejor de los rendimientos, en resumen, identificar a los mejores trabajadores. En mi opinión esto no ha cambiado puesto que ese sistema obsoleto está hecho para que unos (trabajadores) enriquezcan gracias a su arduo trabajo a otros (la elite). Es entonces indispensable, para la supervivencia de esta elite, fabricar desde la infancia a futuros esclavos del sistema, que se adapten sin reclamo a las condiciones de una empresa. Dejando de lado esta introducción pesimista, veamos por qué este sistema educativo ya está obsoleto, y puede llegar a influir en los niños de una manera negativa.

Primero que nada, hablaremos del anticuado modelo de calificación de los alumnos. Este sistema de notas incita constantemente a la individualidad y a la competencia, a ser mejor que el compañero de al lado. Esto logra estresar a los niños, puesto que tener las mejores notas, es lo que les exigen los padres llevándolos hasta a castigos por haber obtenido una mala calificación. Además, este sistema de notas valora más que nada la capacidad de retener información, sin necesidad de entenderla. Y por si fuera poco, después de haber vomitado toda la información memorizada por el alumno en una prueba, este suele olvidar la mayoría, si es que no es todo lo “aprendido”. A los alumnos que no logran obtener buenas calificaciones son etiquetados como incapaces, irresponsables, tontos, sin futuro; hundiéndolos cada vez más en el odio y la inferioridad de no poder retener la suficiente información, llegando a tener que repetir de curso. Esta situación destroza, discrimina y segrega al alumno llevándolo a un agujero sin salida. Por otro lado, los que logran retener toda la materia, y que tienen buenas calificaciones son calificados como inteligentes, responsables, capaces, lo que incentiva a que el buen alumno siga de esta forma. Lo que no logro entender de este asunto es, de qué sirve desmotivar al que tiene malas notas. Acaso, por tener malas notas y etiquetarlo como “mal alumno” ¿va a hacer que el alumno cambie mágicamente y obtenga buenas calificaciones? Claramente no, todo lo contrario. Esto es bastante lógico, puesto que el sistema necesita a aquellos que tienen malas notas, para luego ser sobreexplotarlos en el único trabajo que pudieron conseguir, y ser mano de obra barata. Mientras que a los que tienen buenas notas se les permite elegir una carrera para luego ser profesionales, y ser igualmente sobreexplotados pero por lo menos con la posibilidad de elegir y de tener mejores sueldos. En vez de desarrollar las virtudes de cada alumno, son todos evaluados por las mismas materias, y todos sabemos que somos diferentes y que tenemos cualidades distintas. Entonces, ¿por qué calificar a todos por lo mismo, sabiendo que se podría desarrollar las cualidades dependiendo del alumno?. El sistema hecha a todos en el mismo saco.

En segundo lugar, la educación les quita el poder creativo que está tan presente en los niños. Hoy en día, es muy importante la creatividad, puesto que nos entrega las herramientas para desenvolvernos en la vida, que no es solamente lo que la escuela menos valora sino que también lo que más destruye en las influenciables mentes de los niños. Saberse contenidos totalmente de memoria, repetir contenido una y otra vez ya ha quedado en el pasado. Hoy, tenemos toda esta información en segundos gracias a los dispositivos inteligentes que cada vez están más impregnados en nuestra sociedad. Lo que es importante y lo que deberían enseñarnos es a preguntarnos, a cuestionar y cuestionarnos, puesto que las respuestas las tenemos a unos clics de distancia. Sin embargo, nuestro sistema educativo valora las respuestas. Respuestas que se tienen que memorizar por un largo proceso de repetición. En efecto, esto podría servir durante el proceso de industrialización, ya que se necesitaban obreros que hagan trabajos repetitivos y sin cuestionamiento, lo importantes es producir. ¿No encuentra que es exactamente lo que se les enseña a los niños en la mayoría de los colegios?

Por último, la escuela acostumbra a los jóvenes, con horarios pesados y muchas tareas, a tener una vida estresada y ocupada. Para luego, cuando trabajen ya estén acostumbrados a la rutina monótona y a la depresiva y constante repetición de tareas. En conclusión, el sistema educativo actual chileno no busca enseñar, ni que los alumnos piensen por sí mismos, ni que desarrollen un espíritu crítico; su único objetivo es crear a futuros trabajadores conformes con la mediocridad, que obedezcan sin cuestionamiento y que hagan funcionar la economía, cargando el trono de una elite. Cuando en realidad los jóvenes y niños deberían estar ocupando su tiempo en jugar, crear, hacer deporte, relacionarse con otros, desarrollar las capacidades y virtudes innatas con las que todos estamos dotados. Sin embargo, gracias al sistema educacional actual, nuestros niños y jóvenes están viviendo una vida y ritmo cotidiano de un adulto. Creo en un sistema educativo en el que aprendamos creando, jugando, relacionándonos y construyendo en conjunto.

Fabián Frey 1ES2

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