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Una libertad al revés. Por José Cáceres

Es fácil creer ser libres cuando lo que entendemos por libertad está estructurada por la hegemonía eterna de los de siempre, los más inocentes tratan de conseguirla dentro de un televisor o (con la tecnología actual), en el interior profundo de un teléfono “inteligente”, que en vez de comunicarlos los incomunica... triste libertad.

Nos indican entonces la libertad, tu derecho a ser libre, tu derecho a plasmar tu voto libre en unas primarias, para “no dejar que otros decidan por ti” (pero ya lo decidieron); por eso te invitan a participar de esta fiesta donde ellos son dueños de la música y de todo, al rato te expulsaran del evento porque en la entrada que “compraste”, se lee que está reservado el derecho de admisión, triste libertad.

Y la historia también te impone la libertad, porque no te la entrega, así aparece Montesquieu separando poderes, pero que es el mismo poder; mientras, Platón en la “Alegoría de la caverna” profetizaba el futuro, ya que si uno de nosotros (o cualquiera), anuncia por estos días otra opción, otra posibilidad, otra forma de conducir esta vida, es prácticamente catalogado como un loco, mientras parece ser que el resto sigue encadenado y quieto observando eternamente las mismas formas o sombras a las que fueron condenados. Triste libertad.

Cuantas rabias se han quedado con esta libertad, cuanta rabia en la libertad del mercado, del kilo de pan o irónicamente en el precio del pescado en un país “con mar”; cuanta rabia en la propiedad privada de una AFP, que es privadamente propietaria de nuestro futuro-de nuestra vejes; cuanta rabia en la libertad de educar, que privadamente discrimina la calidad de enseñanza comparándonos con nuestros otros en una medida monetaria… ¿será este el “$” de la libertad?

La nueva mayoría es la misma de antes, la alianza por Chile es solo para una parte mínima de Chile. Todos gobiernan en la intimidad de su libertad, su libertad es el neo-liberalismo; y, lo que queda de Chile no cambia de canal, compra el mismo diario, sigue las mismas imágenes y al parecer no se cuestiona lo que es “normal”…

Queda la impresión que la caverna de Platón se universalizó junto con el mercado, que no deja de ser lógico desde el punto de vista hegemónico. Bueno, eso me comento él (Platón), cuando nos tomamos ese café que aún no termina, en la insistente y “loca aventura de la fe, por cambiar, el al revés”.

José Cáceres

24 de junio de 2013

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