El cuento, como toda narración medianamente breve, posee diversas manifestaciones en la cultura occidental desde Egipto 2000 a.C. pasando por griegos y romanos, el Panchatantra (con sus relatos de la india del siglo IV d.C.) y Las mil y una noches del mundo árabe. Asimismo, en una de sus formas más antiguas, la trnasmisión oral, no obstante, los diversos momentos e historias dejan ver la necesidad humana del “conócete a ti mismo” o bien dar a conocer al mundo en distintos grados y formas de existencia, a ratos realistas o bien fantásticos, mágicos y desbordantes en aventuras, viajes y situaciones de conciencia. Cuestiones presentes en los seis relatos de “Actos Furtivos” de Rubén Gónzalez Lefno, editorial Eutôpia, Santiago de chile, 2021. Si se supone que es verdadero que cada generación de escritores suele poner en la retina cuentos memorables, en Chile la lista es larga y tal vez una de las mejores selecciones sea la realizada en el 2002 por Camilo Marks (compilador) “Grandes cuentos chilenos del siglo xx”, Editorial Sudamericana. Aunque en ella quedan fuera por diversas razones: Edesio Alvarado, Olegario Laso, Manuel Rojas, Guillermo Blanco, María Luisa Bombal, Oscar Castro, Isabel Allende, Luis Sepúlveda y Roberto Bolaño. A pesar que en el prólogo Camilo dice que no existen en Chile grandes cuentistas, cuestión difícil de compartir, no sólo por quienes quedaron fuera de la selección, sino por lo antojadizo de creer que hay buenos cuentos y no buenos cuentistas, pero bueno, Camilo siempre ha sido polémico con sus dichos y dicho lo anterior vaya pues mi reconocimiento a su labor crítica de tantos años. Desde Temuco al sur y pasando por Paillaco, Valdivia, Osorno y Puerto Montt habitaron y habitan grandes narradores, junto a Rubén Gonzalez Lefno: Guido Eytel, Edesio Alvarado, Fernando Santiván, Ramón Quichiyao, Hernán König, Raúl Manzano, Bruno Serrano, Pedro Guillermo Jara, Marcelo Lillo, Yuri Soria, Roberto Cano, Daniel Carrillo, Aldo Astete Cuadra, por nombrar algunos, y caben destacar también los narradores gráficos: Matias Habert, Daniel Arriagada, Fabricio Spada, Yanko Súper, Paulo Lehman y Benjamin Bizama. Y entre las notables narradoras, Graciela Huinao y Eliana Pulquillanca, aunque en estas regiones destacan más las poetas que las cuentistas, por ahora. Y como se trata de cuentos, no daré más vueltas e iré a los seis relatos de “Actos Furtivos”. Los relatos de la primera parte corresponden a: El Elevador, Encerrona, El estudiante, Identidad, Crónica Roja y en la segunda parte están Distancia Sanitaria, La Batalla final y Tirón de Orejas. Todos ellos dan cuenta de momentos extremos, personajes que bordean la locura o bien el absurdo, integrados en la ficción como un estado filosófico en el que se asume el carente sentido de la vida y la existencia. El absurdo, puesto en historias y personajes que no conforman obligatoriamente acontecimientos ilógicos, humorísticos o carentes de razón, sino que, a través de ellos, parodiando a Camus, el absurdo toma en cuenta la intuición y el inconsciente individual o colectivo. De allí que, tomado un giro en el concepto de “Actos furtivos” podemos ver que la desinformación de la pos verdad o Fake news, son cada vez más peligrosas e influyentes de distintas formas en las prácticas democráticas, basta recordar la campaña presidencial de Donald Trump en 2016, cuya victoria fue gracias al tratamiento de manipulación de verdad. Se dice en los estudios que sobre el 70% de sus declaraciones electorales eran falsas (web Politifact) y como siguió con la idea falsa del fraude electoral en el proceso eleccionario contra Joe Biden en el 2020 eso le costó el cierre de su cuenta de Twitter de forma permanente. Algo parecido le sucedió a Bolsonaro y Youtube , a quien le bloquearon su cuenta por siete días cuando declaró en uno de sus live que las vacunas contra el Coronavirus no reducen el riesgo de contraer la enfermedad sino que por el contrario, provocan el desarrollo del Sida. En Chile y dado el actual proceso electoral de la segunda vuelta presidencial el uso de las llamadas fake news ha sido una estrategia exacerbada por quienes se identifican con el sector de la derecha y sus ultras (siguiendo los pasos de Trump y Bolsonaro) dos paladines del candidato ultra, el diputado de la UDI, Sergio Bobadilla sobre la presidenta de la Convención Constitucional, Elisa Loncón, y en la misma línea, más tarde el timonel del mismo partido, Javier Macaya, quien arremete contra Izkia Siches por la supuesta no devolución de su beca como médico especialista, y en la impresentable noticia falsa de la radio Biobío con su acostumbrado sesgo anti convención que emitió la noticia falsa de la fiesta en que la presidenta de la Convención se bañaba desnuda, noticia desmentida pero que le costará a Bobadilla pasar por la Comisión de Ética de la Cámara de Diputados y Diputadas, por publicar noticias falsas, como dice el dicho que caracteriza a la derecha: miente, miente que algo queda. Y el candidato ultra que ha enarbolado teorías de fichas clínicas contra Gabriel Boric y ha sostenido que la legalización del aborto se traduce en mayor mortalidad materna, entre otras afirmaciones infundadas. Como vemos, en el Chile de hoy, gran parte de la campaña de los ultras, como sostiene el académico del Instituto de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Claudio Salinas, "el candidato y la extrema derecha están absolutamente conscientes de que tienen que hacer todo, incluso reñido con la moral y la ética comunicacional, para poder ganar” situación que según Salinas "opera con la venia de la izquierda, dado que no han sabido disputar el campo discursivo de los medios digitales”. Mientras tanto los medios digitales reproducen los discursos de odio de una derecha que se sabe a sí misma como contracultural, contestataria, anti-globalista, anti aborto, anti matrimonio igualitario, anti 10 %, anti sindicalista, anti sueldos dignos, anti educación gratuita y de calidad, anti salud pública no mercantilizada, anti calentamiento global, anti discursos feministas, anti discursos de género, y manifiesta su manejo orquestado de los medios de comunicación, no sólo a través de internet para ganar la batalla en el ámbito digital, sino también en el monopolio de los medios de comunicación de masas que hace años mantienen en su poder, contra un pequeño contrapunto de la prensa independiente que ha logrado poner en la mesa los temas de corrupción que siguen sin fallos judiciales, porque pareciera que el raspado de la olla no sólo seguirá alimentando a los quistes malignos en el senado, sino que hasta la propia contraloría no tiene como controlar a las distintas corporaciones, léase Las Condes, Barnechea, Vitacura, Ejército de Chile, Carabineros de Chile… de seguir así, los cursos de ética no darán abasto y para qué decir los de derechos humanos. De allí que sugiera a los lectores que los “Actos Furtivos”, más allá de los relatos de Rubén Gónzalez Lefno, sean nuestros propios actos, esta vez abiertos, al descubierto, manifestando la alegría de sonreír con un lápiz, frente a todos los despojos que se han venido realizando, a través de la banca, las inmobiliarias, las distribuidoras de gas, AFP e ISAPRES incluidas, y es el momento de comenzar a decir otras verdades, aunque la vocera de la corte suprema diga que los jueces hacen “justicia”, a sabiendas que no hay igualdad de trato y estamos en el 8vo. lugar mundial de inequidad, no nos olvidemos de que podemos volver a sonreír al momento del sufragio universal.
Hans Schuster
Escritor
Fundador del Colectivo de Arte: Látigos de Fuego
Co-fundador del Colectivo de Artes y Humanidades Filopoiésis.