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Antes del fin, Una poética desde la fragmentación. Entrevista al poeta Alberto Moreno. Por Rony Núñez Mesquida

I.- Preámbulo desde la fragmentación

“En la experiencia profana, según Eliade, no hay centro, no hay orientación verdadera; no hay ’Mundo’ sino tan sólo ’fragmentos de un universo roto’. Me interesa especialmente esta relación entre la ausencia de centro y la fragmentación, pues estimo que la ausencia de centro, el desplazamiento persistente, la no fijación, será el rasgo definidor de la que he denominado estética de la fragmentación”. Myrna Solotorevsky, Poética de la totalidad y poética de la fragmentación: Borges/Sarduy.

Es en este influjo que el poeta Alberto Moreno nos impresiona nuevamente con su último texto Antes del fin (Las Tentaciones de Penélope, 2020.) Texto donde Pizarnik, Lihn o Arlt, parecieran debatir sus campos de influencia, tensionando la construcción poética de cada uno de sus poemas, los que construyen un discurso desde la voz muchas veces silente de un escritor urbano, que se enfrenta a la marea de una realidad a veces arrolladora, en medio de una protesta social que impulsa a la multiplicidad de voces clandestinas a salir a la superficie, en medio de lacrimógenas y desmesura. Es en este vaivén donde Alberto Moreno crea cual artesano, una poética y estética cuya voz propia ya se apreciaba desde su texto Graves Inconvenientes, (2007). Para muestra de ello un primer apronte de esta voz entre la oscuridad:

Máscaras Primitivas I

Como en un cuadro inacabado con bañistas de Cézanne,
entrever de lejos, una brizna, un hilo
de ese hosco y remoto pasado que fuimos,
su enigma silencioso
que nos incomoda,
el silencio del otro
y lo que su mirada no nos dice.
Todo instante es irremediablemente solitario. (página 6)

O bien enfrentarse al tedio existencial, el spleen del que habla Baudelaire y que atraviesa toda su obra. Pero que en el caso de Alberto Moreno, no obedece a una reacción a convencionalismos burgueses, sino a un autor que alberga la nostalgia de la poética como respuesta a una sociedad neoliberal que agobia, que asfixia, que ha deshumanizado hasta el lenguaje mismo, subordinándolo a una mera expresión de consumo. Esta percepción puede encontrarse en este excelente libro en poemas tales como “Formas de burlar al gran tedio” (página 9) dedicado a Enrique Lihn, donde Moreno expresa:
Inagotables resonancias en los ojos y la memoria
donde siempre estamos a punto de parir otra forma del habla,
otro decir, impulsados hacia una poética residual
e ilimitada, que se reproduce sin cesar,
en cada nuevo poema, en una mirada,
inagotables fuentes de inspiración para el gozo estético,
el trance espiritual, la risa eufórica del alquimista,
o el delirio amoroso de la enamorada absoluta.

II.- Entrevista a Alberto Moreno No obstante las citas donde se entrevé la obra y voz de Alberto Moreno, nos adentramos en una conversación con el poeta donde su voz da cuenta del significante de su poética, de sus influencias literarias y las motivaciones de escribir poesía en este Chile tumultuoso.

RN: ¿Cuál es el hilo conductor del libro? AM: Vivo la literatura como un todo, como una realidad que supera o sobrepasa muchos campos de la vida, en ese sentido son muchos los hilos que guían y/o sostienen a Antes del fin. Desde el inicio están las máscaras, como elementos constitutivos de la vida anímica, pero también como antifaz en su versión de careta o cinismo social. O como ejercicio de sobrevivencia. El libro se mueve por diversos temas, por ejemplo, está el poema que lleva por titulo “tema cubano” que es una lectura personal y referencial a la obra de Cabrera Infante y de Lezama Lima. Hay otro tema llamado “de amor y olvido” a partir de unas líneas del Cántico Espiritual, de San Juan de la Cruz. Lo que propongo es la extensión de ese escrito /1578/ que versa sobre una “noche oscura en amores inflamada”, y sobrepongo ahí materias del amor y del olvido y de las máscaras. Donde puedes quitarte la máscara y ser tú mismo. Pienso en la terrible soledad del poeta místico que escribe desde una cárcel. Y porque es inevitable llegar a esa condición solitaria tras vivir de amor inflamado. Está presente un tema histórico, por decirlo de alguna forma, que intenta un relato de la revolución de Haití, la primera de América. También es la menos leída y menos comentada por la historia oficial, pues esconde bajo una gran alfombra de vergüenza e hipocresía -de dos siglos ya- la abusiva relación de la República Francesa con el pueblo haitiano. No descubro nada nuevo, sólo se especifica ahí que la mentada y sobreexplotada libertad, igualdad y fraternidad, no actúa igual para todos. Haití & Argelia. Hay silencio ominoso e ideología corrupta allí. En este momento me parece vital dejarlo a trasluz, que cada cual pueda verlo. Otros temas que me gustan y recorren el libro son vivencias y lecturas de otros poetas y escritores por ejemplo, sobre Alfonso Alcalde, Maurice Blanchot, Alejandra Pizarnik, Roberto Arlt, Homero Aridjis, Vicente Huidobro, Samuel Beckett, e. e. Cummings, Octavio Paz, Derek Walcott, Susan Sontag o J. L. Borges, entre otros, a quienes cito en el libro de variadas formas, unas explícitas, otras menos evidentes. Son contrapuntos, variaciones de un tema, homenajes, y a veces, continuidad de algún verso o una prosa. Este ejercicio para mi es fundamental. Por un lado noblesse oblige, generosidad y reconocimiento (en esta aldea sobran los vanidosos que creen haber inventado la rueda) ya que todos escribimos con otros, desde otros y para otros. Y además, porque en esa lógica de verso y reverso, de punto y contrapunto, de poema y canción, bueno ahí está “la madre del cordero”, henos ahí en el mar de las palabras, cito a propósito: “Es un pez o algo así lo queremos pescar, algo de vida, rápido, que se confunde con la sombra y no la sombra misma ni el Leviathan entero. Es algo que merezca recordarse, por alguna razón parecida a la nada.” (E. Lihn). En su conjunto el libro puede ser leído desde “el silencio y su trizadura”, evocando al enigmático e inabarcable Juan Luis Martínez, es fascinante esa mixtura; o según la óptica que distingue entre sus páginas el filósofo Martín Hopenhayn, quien definió Antes del fin como “poemas de la fragilidad”.

RN: ¿Qué influencias poéticas y estéticas motivan tu producción literaria? AM: Cada vez siento más el influjo vitalizante de la poética de Huidobro. Son pocos los que se han atrevido en Chile, aunque sea tardíamente, a reconocerle su lugar en las cimas de la poesía y del lenguaje. Parra lo hizo, tarde, pero lo hizo, y vale mucho porque él es también una de esas cimas. Óscar Hahn también lo reconoce en su dimensión mayor. Diría que el mismo Lihn, quien toma parte de su herencia, no lo reconoce. En paralelo siempre estoy en cierta forma del habla con páginas de Pizarnik y Emily Dickinson, en los poemas y en sus diarios, cada una posee un ritmo y un sello indiscutiblemente propio; desde el desgarro y la fractura imposible con su mundo, a la conciencia de la más absoluta soledad. Cada cual admite la experiencia vital de la otra como poeta y como creadoras de lenguaje y de sentido. Se contienen y se vacían al mismo tiempo. La música es otra motivación mayor. Este último año de grandes cambios y de inestabilidad profunda, la música cura el espíritu y lo libera. He retomado el jazz como compañía en horas de trabajo, y la música para cine también. Este libro en particular se relaciona con los rostros inacabados y las miradas enigmáticas de unas bañistas, en una obra de Paul Cézanne. Miradas dirigidas a quién sabe dónde, rostros como tallados en madera, demasiado duros para soportar la tela. Llevo un acercamiento a la obra del maestro Guillermo Núñez, pintor, dibujante y poeta. Su intensidad en la defensa por las libertades y contra la opresión política, junto a su generosidad, su empatía, hacen de él un creador por necesidad absoluta. Hoy leo su poesía y descubro su vasta obra como pintor. Esto de la influencias es un flujo o una red o una trama, que nunca termina. Antes fue diferente, en unos años más, volverá a cambiar. Para mi es celebración. No hay angustia de las influencias. Me resulta infantil y vanidoso esa pretensión de quienes se juran iluminados y únicos.

RN: ¿Cuál es el rol del poeta en este nuevo país que quiere nacer? AM: Ya sea en Chile o en india, la poesía atiende todos los llamados y puede responder todos los desafíos. Hay que realizar la pregunta concisa y claro, después saber escuchar. Podríamos decir que la poesía es: A) un llamado a remover la conciencia, y a profundizar en ella; B) el mayor intento humano para lograr hablar de lo imposible, porque decirlo es tocar lo prohibido, y seguimos cautivos de esas prohibiciones, algunas las intuimos, otras son un gris misterio; C) que el objeto esencial de la poesía es que tú la encuentres a ella, porque la necesitas, y no ella a ti, porque la poesía es atemporal y a la vez, contiene la mayor memoria de la humanidad; D) poesía es la combinación que hace posible visibilizar la parte más escondida de tu mundo, otorgándole un timbre, color, altura, movimiento para que luego exista; E) poesía para revivir lo que está caído o maltratado, el Chile de hoy y las libertades en riesgo, poesía para curar, pasa sanar, para volar. La poesía nos antecede y nos trasciende, no cumple una función o un rol determinado en la suerte que nos toca como habitantes de una región equis. Pero sin poesía la vida no es posible. Siendo creada por humanos, no le concierne el camino de la muerte, de ahí el carácter “real, autentico y absoluto” de la poesía (Novalis) y su estatus primordial dentro de las artes. Ahora bien, como yo lo veo, música y poesía son almas gemelas y no conocen límites, y para regocijo nuestro, cada cual usa otras herramientas de expresión. Tenemos ahí dos formas de mayor conciencia y felicidad por conocer, por alcanzar. Es el comienzo de un largo camino.

RN: ¿Cuáles son los temas de discusión literaria que te interesan como autor? AM: Sobre los límites del lenguaje en el habla general y en la creación literaria -y poética- en particular. La historia de la literatura y sus transformaciones. La relación trabajo creativo y placer versus trabajo creativo y necesidad. De primer orden me parece la relación ocultada y negada desde las ciencias humanas y/o sociales respecto a la literatura. Vemos que históricamente y de modo sistemático se bloquea y menosprecia la producción literaria y de arte en general, frente a otras disciplinas del quehacer y del conocimiento. Sostengo que en la literatura hay una fuente de conocimiento y un acervo cultural tanto más rico que en el resto de las disciplinas. Desde la literatura se puede conocer y aprender el arte de los pueblos, sus creencias, los oficios, la fe y sus rituales, se puede saber, a cabalidad, del tiempo y la valoración dedicada al ocio o al trabajo. Podemos acceder a las formas de relación con la naturaleza, con la muerte, con la salud y la enfermedad. Todos los géneros habidos nos brindan fuentes ilimitadas de aprendizaje y fascinación: épico, lírico, dramático, memorias de viajes, cartas, cuentos tradicionales, fábulas, leyendas, tradición oral, biografías, los textos religiosos fundamentales, ensayos, y un largo etc. todo ese rico universo es parte de la gran memoria del ser humano. Apuesto por esa forma de llegar a una comprensión más acabada de la naturaleza espiritual individual, y de la experiencia social.

PD: Como este texto será publicado con posterioridad al asesinato de Francisco Martínez Romero, hecho cometido a sangre fría por un carabinero el 05 de febrero de 2021, demando -al igual que miles de ciudadanos- el fin del Estado de Excepción Constitucional, y el fin de la impunidad policial, ambas situaciones que se viven prolongadamente dentro de las fronteras de Chile.

III.- Epílogo dedicado a Maurice Blanchot Retorno los pasos y releo Antes del fin, en especial un poema que perfectamente podría estar en una próxima antología. Me refiero a “El vigía del archipiélago” (página 18) que bien podría sintetizar un libro que el devenir del tiempo puede transformar en imprescindible. Tomo una bocanada de aire y leo en la soledad de un Santiago que llora a la distancia a Francisco, un nuevo mártir de la brutalidad de este gobierno de sordos, pues la poesía puede también ser evasión y memoria.

“De lo fragmentario
brota una parte del encuentro, un pliegue,
que nos deja ver un recuadro del tiempo
esa pequeñísima porción del espacio que habitamos.
La escritura del desastre
y su desbordado archipiélago semántico
-señalados desde un retiro sobrecogedor de medio siglo-
contiene las partes de un todo que nos anuncia
a la vez que advierte, en los actos de escritura,
sus límites, riesgos y fracasos
(este vigía solitario)”.

***

Por Rony Núñez Mesquida, escritor y columnista Le Monde Diplomatique.

Alberto Moreno, poeta y antropólogo, ha publicado: Quebrado, 2021, Las tentaciones de Penélope; Antes del fin, 2020, Las tentaciones de Penélope; Pretextos para los días, 2015, Crann-Editores; Espejismo y circunstancias, 2012, Comuna Literaria; Falsos pasos, Ventana abierta, 2010; Graves inconvenientes, 2007, Mosquito Comunicaciones. Es editor de la revista Simpson 7, de la Sociedad de Escritores de Chile, SECH. Coautor -con el artista visual Samuel Ibarra- de la antología Encerrar y vigilar, escrituras bajo amenaza, Marciano Ediciones, 2020.

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