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Antropoceno: La catastrófica huella de la especie humana en la historia de la Tierra

Esta nueva época geológica llamada “Antropoceno”, caracteriza la actividad humana como actor principal y determinante en la evolución de la historia del planeta. Dicha actividad habría traído paulatinamente como resultado una perdida del equilibrio de los ecosistemas, lo que a su vez habría producido alteraciones en el “ritmo de vida” de los seres vivos y por ende al considerarnos como especie entre estos afectaría con ello a toda la población humana.

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Alfonso Madrid

Entrevista a Alfonso E. Madrid Pensador, activista y antropólogo investigador de los límites planetarios

¿Qué es el Antropoceno y cuál es su importancia?

Existen intentos de una definición y muchas interpretaciones en la actualidad del Antropoceno pero, admito que concuerdo con la que plantean como definición, dos historiadores de la ciencia franceses, me refiero a Christophe Bonneuil y Juan-Baptiste Fressoz. Ambos han publicado recientemente parte de sus bien logrados trabajos académicos en “The Shock of The Anthropocene” una valiosa obra que recomiendo para, entre otra cosas, contextualizar el tema y no desfilar por un marco descriptivo y de análisis tedioso, especialmente para humanistas, plagado de cifras y cuadros estadísticos que caracterizan la casi decena de trabajos mensuales y conclusiones que inundan conocidas publicaciones del ámbito anglosajón. Lo mismo pasa en la prensa generalista, son menos de cinco periódicos de habla inglesa, publicados en EEUU e Inglaterra, los que cada cierto tiempo publican sobre el Antropoceno, introduciendo las perspectivas desde las llamadas ciencias duras, pasando por las ciencias sociales y las ciencias humanas.

La mayoría de las publicaciones introducen a su vez una seguidilla de nombres científicos y referencias a estudiosos, que constantemente se repiten, vinculados a centros de investigación en territorios del norte de américa y también europeos, donde estos autores de habla inglesa están sobre dimensionados. En menor cuantía podemos encontrar investigadores del norte de Europa, Australia y otras regiones del mundo. En países de habla castellana destacan el trabajo magistral de Ramón Fernández Durán y Luis González Reyes: ”En La Espiral De La Energía” en dos volúmenes (2014) y otros trabajos que fundaron escuelas. Solo citaré algunos nombres de autores reconocidos como Manuel Sacristán y Francisco Fernández Buey, Yayo Herrero con eco- feminismo y eco-socialismos, también José Manuel Naredo y trabajos constantes del Grupo de Investigaciones Transdisciplinar sobre Transiciones Socioecológicas, Gin TRANS2, con Jorge Riechmann a la cabeza.

Volviendo a la definición y a la obra de los citados autores franceses, pienso que occidente, Europa, los EEUU y sus escuelas de pensamiento y enseñanzas relacionadas con investigación, por ejemplo sobre el calentamiento atmosférico global y el cambio climático ligado al Antropoceno, definen este a partir de una base abstracta.

Bonneuil y Fressoz inauguran un discurso, denuncian y, denuncian cuestión con la que concuerdo plenamente, la creencia y profusa difusión, de que todo los seres humanos que hemos poblado el planeta tenemos la misma culpa del haber concluido en este catastrófico periodo en la historia de la Tierra, el Antropoceno.

El discurso antes mencionado niega definitivamente la existencia de clases sociales y las abismantes y notables diferencias en las responsabilidades del actuar voraz del capitalismo en la destrucción de los ecosistemas.

Para concluir con una definición, podremos de manera simple recordar que desde aproximadamente dos siglos, el planeta Tierra habría entrado en una nueva era geológica llamada Antropoceno, sucediendo al Holoceno, el que ya habría cubierto un umbral de tiempo de 11.700 años. Esta nueva época geológica caracteriza la actividad humana como actor principal y determinante en la evolución de la historia del planeta. Dicha actividad habría traído paulatinamente como resultado una perdida del equilibrio de los ecosistemas, lo que a su vez habría producido alteraciones en el “ritmo de vida” de los seres vivos y por ende al considerarnos como especie entre estos afectaría con ello a toda la población humana.

Ahora desde la antropología mi campo del saber el Antropoceno es un llamado de atención enérgico, sin parangón en nuestra historia como especie, al actuar, pensar y vivir en nuestro medio terrestre, con la tarea de asumir de manera humilde, y no otra, la condición de mamífero con todo y cada uno de los atributos inherentes a la convencional clasificación que nos hace diferentes de otras especies y seres vivos con los que convivimos desde hace millones de años.

En este llamado de atención a Homo Sapiens destacamos el hecho de que como seres humanos, conocedores de las alteraciones impuestas por el modo de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo, tenemos una obligación, y esta es el que debemos actuar en el campo de las prácticas políticas. Pienso que cada una y cada uno en una lucha inclaudicable y permanente debe actuar y sentirse con un lugar para combatir la destrucción de nuestro habitat.

¿Importancia directa del Antropoceno?… Podría señalar que el llamado de conciencia de nuestra especie sería el resultado de los impulsos, hoy bienvenidos por las fuerzas progresistas de una izquierda no institucional, anti capitalista y anti patriarcal, en la constatación de una irresponsable insensibilidad acrecentada por el hedonismo y el nihilismo derivado del capitalismo, que conducen a formas de actuar que han desencadenado verdaderos nuevos comportamientos singulares de nuestra especie como podría ser el eco- suicidio. Lo anterior, gradualmente ha ido produciendo una trágica disminución de la capa de conciencia humana. Ante semejante atrocidad y evidencia hoy en día es menester actuar decididamente en contra de esto, haciéndolo de manera colectiva, desde la izquierda y desde abajo por fuera de la institucionalidad vigente que conocemos y en definitiva denunciar y proclamar que esta disminución, como se ha dicho, es más peligrosa aún que los mismísimos efectos de gases invernadero, como el ozono, contando también con el siempre latente desencadenamiento del llamado “fusil de clatratos”. Ambos fenómenos con destructivos e irreversibles procesos en el calentamiento global del planeta.

¿Es el Capitalismo el responsable del inicio de esta nueva edad geológica?

Sin dudas, se desprende de la pregunta anterior que existe un consenso cada vez más generalizado, aunque con una firme oposición del neoliberalismo implícito que aflora desde las élites científicas, cuando desde sus planteamientos generan un pensamiento en que el Antropoceno aparece como un advenimiento o, en el mejor de los casos, solo como un tema netamente “científico,” alejado lo más posible de la implicancia política, ética y moral de lo que significa entender y definir el nuevo período de la historia de la Tierra.

En este contexto desearía mencionar el importante trabajo recientemente publicado de la española Teresa Vicente Giménez: “Justicia Ecológica En La Era del Antropoceno,” de la Universidad de Murcia (2016).

Como lo he mencionado el Antropoceno aparece para muchos como un advenimiento, no como el resultado histórico de un modo de producción y desarrollo de fuerzas productivas.

Una historia social del Antropoceno la podríamos rastrear en occidente desde el siglo XIX con la expansión industrial que hace el imperialismo desde Inglaterra para que en el siglo XX concluya, como génesis final del Antropoceno, con la expansión del imperialismo norteamericano, expandiendo así la impronta del capitalismo más tarde por toda la faz de la Tierra. Ambos imperios contribuyen generosamente con el Antropoceno, tanto es así que uno de los historiadores de la ciencia que he mencionado, me refiero a Jan- Baptiste Fressoz, menciona en una de sus brillantes y bien documentadas exposiciones que el Antropoceno bien podría llamarse Angloceno.

Hablando de otra manera también podríamos afirmar que estamos en el Capitaloceno, cuestión que no pondría en duda lo aseverado por Fressoz. Un recordatorio: la noción de Antropoceno no nos permite diferenciar responsabilidades y no tiene en cuenta las relaciones sociales, profundamente desiguales, injustas y de explotación del hombre por el hombre, características inherentes al capitalismo. Si no aceptamos hoy dia esta denominación, Capitaloceno, resulta tremendamente evidenciador, a lo menos, el que el Antropoceno comenzó en los últimos años del siglo XVIII, cuando el análisis del aire atrapado en el hielo polar de esa época han mostrado el principio de las concentraciones globales de CO2 y metano. Esta fecha también coincide con el diseño de la máquina de vapor de James Watt en 1784.

Lo antes descrito es y seguirá siendo un tema de debate y discusión, no cabe dudas, y eso es sano para la ciencia, sus conclusiones y, sobre todo para una constante búsqueda de elementos que conduzcan a prácticas políticas insertas en un contexto de la lucha de clases, de la génesis del capitalismo y de su expansión en la fase imperialista y sobre todo como podemos como especie transformar políticamente el rumbo de la sobre vivencia humana.

Podríamos corroborar lo antes dicho, valido también para ir ampliando el término Antropoceno, y acercándolo con esto a nuestra vida diaria. Surge con esto una pregunta interesante formulada por el historiador colombiano Renán Vega Cantor: ¿ Por qué si existe una simetría cronológica de la que recién hablamos, se utiliza solo una noción genérica que involucra a los seres humanos en todo su conjunto de hoy, ayer y a futuro, como si en efecto todos y todas fuéramos responsables de la transformación destructiva del planeta Tierra? Si aceptáramos el capitalismo, y al desarrollo del mismo en sus diferentes etapas, como modo de producción dominante, a nivel mundial y reconociéramos la coincidencia plena histórica de lo que hoy se denomina Antropoceno con el desarrollo del capitalismo, surge ¿el por qué se sigue empleando y propagando de manera avasalladora y fuertemente, como lo corroboran innumerables publicaciones, exposiciones en grandes museos, etc, en todo occidente el evocador concepto de Antropoceno? Un tema muy amplio que desearíamos dejar abierto a nuevas formulaciones con una gran interrogante.

¿Cómo se relaciona el Antropoceno, la VI Extinción Masiva y el Cambio Climático?

Hace aproximadamente uno dos años atrás un diario español escribía que un niño que naciera en esos días vería, cuando deje este mundo, como unas 400 especies de animales lo harían también con el.

Según estudios con datos de los últimos cinco siglos, la taza de extinción de especies se ha multiplicado más que por 100. El ritmo, además se ha acelerado en las últimas décadas por la acción del hombre. Con esto mencionado, se otorgaba también, en dicha publicación, una patética bienvenida a una VI extinción masiva de la vida sobre el planeta Tierra. Una aseveración que sin duda anunciaba irresponsablemente, quizás sin sopesar debidamente el contenido, una bienvenida al verdadero eco- suicidio.

Hemos mencionado que somos animales mamíferos, esto nos ubica a nivel planetario en una misma escala, es decir vulnerables a las alteraciones de nuestros ecosistemas. El cambio climático es uno de los límites planetarios propuestos el año 2009, desde el Stockholm Resilience Centre (SRC). Ese mismo año una revista científica norteamericana los hacía público. Estos límites nos muestran las consecuencias de actividades antropogénicas en el planeta.

Como sabemos, un límite planetario emplea parámetros medibles que delimitan las fronteras para evitar un cambio irreversible en la Tierra por la acción humana. Existen hoy día nueve (9) límites planetarios, el cambio climático y la taza de extinción de especies, dos de estos límites que se plantean en la pregunta y muy importante, hay que hacer notar, ambos ya han sido sobrepasados por la actividad antropogénica, esto ultimo es categórico. Estamos pues ante cambios irreversibles y existe una relación causal entre Antropoceno, que bien deberíamos, en rigor, denominar Capitaloceno y la VI extinción masiva que ya ha comenzado.

El mismo informe Planeta Vivo de la World Wildlife Fund en su undécima edición, publicada a finales del año recién pasado, concluye que la población mundial de peces, anfibios, reptiles, aves, mamíferos ha disminuido en casi 60% entre 1970 y 2012. Las poblaciones de agua dulce han disminuido en un 80%, las terrestres en casi un 40% y las marinas en un 36%. El estudio señalado que también indica que lo que más influye en la reducción de biodiversidad es la degradación de los habitats y la sobre explotación de especies. Es muy alarmante el que se señala también que el actual sistema alimentario es ”insostenible”, debido a que el 80% de los terrenos agrícolas en todo el planeta se destinan a producir carnes y lácteos, elementos que solo producen un 33% de la proteínas que consume la población mundial que hoy bordea, en cifras conservadoras los 7.200 millones de habitantes.

Hay otro aspecto poco mencionado en este contexto, que como antropólogo deseo destacar, este es la pérdida de biodiversidad que incluye la biodiversidad cultural, que lógicamente estaría afectando a nuestra especie Homo sapiens, debido a la constante imposición de los valores y la acción práctica del capitalismo. Podríamos tomar como ejemplo lo que sucede hoy día con las lenguas del mundo. De las casi 7 mil lenguas que hoy existen, se piensa que a lo menos la mitad de ellas van a desaparecer en las próximas décadas.

Este punto de mucha importancia, involucra, y tiene en consideración la disminución severa en el número de especies y la cantidad de habitats. Aquí está en juego todo el conocimiento ecológico de los portadores de estas lenguas. Podemos señalar también que toda estas no han sido descritas por la ciencia, y con esto ni siquiera sabemos que podemos estar perdiendo, aunque el llamado conocimiento popular pueda persistir en culturas modernas, estamos ya a pasos agigantados en una cuenta regresiva. Aunque la tecnociencia aparezca como la que pueda cumplirnos la gran promesa de que nuestra especie será capaz de sobrevivir en nuestro sobre poblado mundo en el futuro, sin utilizar de este conocimiento ecológico acumulado al que hacemos mención, y con esto como especie, no debiéramos sino lamentarnos y entristecernos por esta desaparición.

¿Es posible que la Sociedad moderna se adapte al Antropoceno?

En lenguaje moderno lo que preguntas ya estaría resuelto a lo menos en Chile. Aquí existe el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 con un financiamiento de 4 mil 65 millones de pesos. Dicho Centro, según su presentación oficial, reuniría científicos que trabajan “con estudios comparativos y evaluaciones multi criterio para determinar el ámbito de aplicación de las medidas de adaptación, mitigación y prácticas para enfrentar los cambios climáticos esperados… Si interpretamos que estos recursos se reparten de manera adecuada en Chile, en el trabajo de determinar la aplicación óptimas de medidas de adaptación, se confirma la pregunta y tendríamos parte de esta ya resuelta.

Por otra parte, si esto no ocurre hasta el día de hoy, estaríamos frente a una equivocada formulación de objetivos científicos del (CR)2 para como ejemplo regional, por no decir mundial, de todo un éxito sin parangón en la ciencia moderna. En realidad no ocurre ni lo uno ni lo otro. Siguiendo el mismo pensamiento y línea de acción capitalista y neoliberal en lo económico, estamos en presencia y acción de una camaleónica transformación, del hoy llamado capitalismo, que hoy es verde. Todo esto a partir de la complicidad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y sus Sistema, que se aplica en la reuniones de las llamadas Conferencias de las Partes (COP) ha destinado recursos y esfuerzos para combatir el cambio climático encaminados a la adaptación y mitigación. ¿ Resultados? está a la vista, no existen, ni habrían resultados satisfactorios en una eventual adaptación de una Sociedad moderna al Antropoceno, ya que este capitalismo verde es sinónimo de destrucción de vida, un verdadero lobo con piel de oveja en todo los rincones del planeta.

En Chile si hablamos de adaptación humana tendríamos un pésimo balance, ya que contraponiendo en toda su dimensión, una sociedad moderna como la considera el Estado de Chile, es este, uno de los países del mundo con más conflictos ambientales por habitante. Esto implica características atribuibles al Antropoceno, en rigor un Capitaloceno que lisa y llanamente contribuye generosamente a desbordar los límites planetarios.

Especialistas del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo en Chile (Cnid) recientemente, en el mes de abril, aseguran que la mayoría de los conflictos se vinculan al agua.

Recordamos que uno más de los límites planetarios de los nueve (9 sugeridos por el SRC de Estocolmo es precisamente el ciclo del agua dulce. Se han detectado 49 megaproyectos en Chile con montos millonario de inversions. La enorme presión ejercida sobre este límite planetario -uso del agua dulce- resulta catastrófica para la vida en la tierra, no solo en el país.

Como corolario, si una sociedad moderna basa su progreso – desarrollo en la destrucción irreversible de su naturaleza, que podríamos denominar un verdadero efecto antropoceno, definitivamente no podría, bajo ninguna circunstancia, como lo señalamos haber adaptación alguna a ningún tipo de vida en el planeta, ni siquiera una hipotética forma de vida y menos una adaptación al Antropoceno.

¿Es posible el colapso de la civilización y la extinción humana en el corto plazo?

Para responder a la pregunta tendríamos que ponernos de acuerdo con la variable tiempo. El llamado corto plazo es dificilmente aceptable, a lo menos en geologia y también lo es en antropología evolutiva, dos conocimientos que en parte me han ayudado a desarrollar ideas y ordenarlas particularmente en torno al Antropoceno y en el contexto de los límites planetarios.

Se require también una cuantía de especulación que es de mi agrado. Pienso que la antropología, como lo ha señalado el antropólogo Tim Ingold debe invertir en especulación sin temor alguno.

Hace un tiempo atrás dos científicos de la Universidad de Leeds (Alexander Dunhill y Mathew Wills) del Reino Unido, examinaron restos fósiles del periodo Mezosoico. En esta época, hace 250 millones de años, se produjo la mayor extinción ocurrida en la Tierra: desapareció el 80% de toda las especies, esto permitió a los investigadores analizar la distribución de las especies en el planeta y las tendencias de su cambio. Luego compararon los resultados del análisis con las tendencias actuales de cambios en la biodiversidad y evaluaron el riesgo de extinción de las especies.

Una de las conclusiones a que arribaron los investigadores entrega luces sobre resultados que concluyen, que ya no es solo probable la actual crisis de la disminución de la biodiversidad, y paulatinamente su extinción, causada por la actividad humana.

La VI extinción de las especies en la historia de nuestro planeta, asociada a factores antropogénicos afecta hoy y afectará toda clase de organismos, marcando preferencia al Homo sapiens. Esta extinción nos muestra y recuerda, al mismo tiempo, el orígen de la vida en la Tierra.

Desde hace 800 millones de años aparecieron los primeros organismos multicelulares; y unos 700 millones los primeros animales. Los vertebrados (animales con esqueleto) hace cerca de 500 millones y nosotros los mamíferos, hace 150 a 200 millones de años. Teniendo en cuenta los tiempos empleados y para nosotros poder situarnos en el verdadero lugar, a veces casi impensable, a escala humana por la cantidad de años transcurridos. Podemos enfatizar el que el linaje de los primates aparece hace solo 60 millones de años atrás. Los homínidos se separan de los simios unos 7 millones de años de nuestra arrogante especie. Homo sapiens surge en África tropical hace solamente unos 150 mil años atrás.

Como podemos apreciar, vista nuestra ubicación en el llamado tiempo largo de la escala evolutiva, podríamos convertirnos no solo en una especie mamífera extinta en breve, considerando esta brevedad según los conceptos temporales que hoy día manejamos a escala humana, llevándonos consigo algunos atributos específicos de gran significación y dimensión pero, solamente a escala humana como podría ser la construcción de civilizaciones, lo digo y remarco el plural, como también algo que no debemos olvidar y recordar siempre, atendiendo a la modestia.

Podríamos sin problema alguno también pasar desapercibidos en la larga historia de la Tierra y más aún en la infinita historia del universo. Si concordamos con investigaciones de la astrobiología que hoy señalan que en el hipotético caso de abandonar nuestro planeta Tierra la zona habitable del Sistema Solar, nos restarían alrededor de 1.750 a 3.250 millones de años de vida por delante, todo esto si no consideramos ningún otro tipo de catástrofe. Por desgracia y por nuestra propia acción, ya hemos comenzado con ésta, ya todo así lo indica, vivimos en el Antropoceno, o mejor dicho como lo sostengo más recientemente y hoy en día en el Capitaloceno.

¿Cuáles son los efectos del Antropoceno en América Latina durante el presente siglo?

Para responder adecuadamente a la pregunta pienso que debemos tener presente lo que hemos mencionado anteriormente en esta entrevista. Al referirnos ahora de manera específica a territorios del planeta, colonizados hace ya varios siglos con toda y cada una de sus múltiples implicancias y particularidades, podríamos pensar legítimamente y sin temor a equivocarnos, que el denominador común sería acrecentar la huella gigantesca de sobrepasar los límites planetarios impuestos por el capitalismo, en todas y cada una de su faces de desarrollo. En el caso específico de nuestro territorio del Abya Yala, lo que hoy se llama América Latina, Latinoamérica, América de Sur, Sur América, todos nombres heredados de la condición de continente colonizado y durante el presente siglo, se acrecentarán los efectos del Antropoceno con el proceso de expropiación y destrucción, producto del avance que Estados nacionales y gobiernos neoliberales instaurados en el territorio de América Latina, acentuarán. El capitalismo ejercerá su actuación coludida con gobiernos corruptos en los dos planos de apropiación inherentes a la coyuntura histórica actual que son los extractivismos, y por otra parte la implementación de negocios de infraestructura.

Para el Abya Yala/ América Latina como lo mencionas en la pregunta, existirá el designio que conocemos por siglos, aunque ya interpelado valiente y organizadamente por la Cumbre de Cochabamaba, en Bolivia, abril de 2010. Con este echo queda más que demostrado la hegemonía de un gobierno mundial y particularmente nuestra región sometida a normas y derechos ajenos a nuestra soberanía, el tema es largo y hasta aquí llego. Hemos constatado que ni la publicidad o la rememoración, ni siquiera los hechos no han dado los frutos esperados a corto ni a mediano plazo. Ni menos se haya hecho justicia a partir de una ofensiva a favor de la Madre Tierra, ni siquiera a nivel regional Latinoamericano. Las causa son diversas impregnadas de acción neo-colonialista aún presente a más de 500 años desde la colonización europea.

La importancia de esta llamada Cumbre de los Pueblos, debemos remarcar, es algo excepcionalmente positivo para América Latina, y este es el fruto indiscutible a largo plazo, ya que por primera vez se produce una proclamación solemne, oficial y oficiosa, popular y multitudinaria de los derechos de la Tierra, a instancias de los pueblos del mundo. El motivo inmediato fue la alarma producida por los efectos devastadores del cambio climático, sin repercusiones ni avances palpables en las periódicas Conferencias de las Partes (COP), como lo hemos constatado y anteriormente mencionado, celebradas una y otra vez y envueltas en la hipocrecía de los gobiernos capitalistas y neoliberales del planeta. Aquí existe un muy claro deber político para la izquierda – anticapitalista de todo el continente. Pienso que ha sido a partir de este hito histórico relevante, que no ha prosperado lo suficiente aún, dado el orden y la opresión mundial de políticas neoliberales capitalistas a ultranza. A esto sumamos, la institucionalidad política, los Estados y gobiernos que administran territorios en colución con corporaciones capitalistas, que defienden el orden institucional imperante, que retribuye generosamente a quien y quienes participan de este saqueo de la naturaleza.

De seguir esta situación, y principalmente no implementarse en la práctica el Acuerdo de los Pueblos, que incluía un duro alegato, denuncia y accionar práctico contra el sistema político – económico internacional que es el culpable de la implacable degradación del planeta, pasaremos de detectar solo señas del Antropoceno, a convivir con huellas indelebles e irreversibles, cada vez más evidentes de éste, en toda América Latina.

¿Cuáles serán los efectos del Antropoceno en Chile y Argentina?

Se ha señalado que las mal llamadas catástrofes naturales no tienen mucho de natural por lo que debiéramos comenzar a conocerlas como catástrofes (poco) naturales. En el año 2016 se presentaron 301 desastres entre terremotos, inundaciones, ciclones, tifónes, huracanes , que afectaron a 102 países del mundo, con un aproximado de 400 millones de personas directamente afectadas. El país mas afectado fue la India, con 331 millones de damnificados, la mitad de estos desastres fueron inundaciones, motivadas por intensas lluvias, terremotos, sequías e incendios.

Los acontecimientos, en la mayor parte de los casos, tienen un origen que no es nada natural, puesto que son tragedias originadas por el cambio climático, la extracción desmedida de bienes naturales, como la deforestación. En este caso el término “natural” se emplea para ocultar la responsabilidad del capitalismo y presentes las desgracias que genera como si fueran producto de fuerzas externas e incontrolables.

Los efectos directos del Antropoceno tanto en Chile como Argentina dependerán directamente de la cuantía de seres vivos en donde nos incluimos, que se vean afectados por estas catástrofes (poco) naturales. Sin duda, como se ha informado recientemente en un informe, unos 8 millones de argentinos, por parte baja, que viven en situación de pobreza serán los mayormente afectados por el Antropoceno. Según el mencionado informe, uno de cada 10 hogares no tiene los recursos para alimentar a toda la familia con lo que la impronta del Antropoceno comprobadamente se ensaña con las población mas vulnerable.

En territorios argentinos habrán cambios en la distribución e intensidad de las lluvias, así como el incremento de la sequedad debido al aumento de la evapotranspiración real que impondrán restricciones a la agricultura, particularmente por los problemas derivados de los cambios en las precipitaciones y por la disminución del hielo de los glaciares.

En zonas mas áridas como la Patagonia y el centro (Cuyo), dependerá de la disponibilidad futura del agua. Las evaluaciones del Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC) muestran que la mayoría de los glaciares andinos tenderán a desaparecer hacia el año 2100, mientras que los glaciares patagónicos se mantendrán hasta entrado el siglo XXII, por lo tanto la disponibilidad de agua en estas regiones dependerá de las lluvias y nevadas futuras.

Con respecto al nivel medio del mar, podría este ser de entre 15 y 88 cm.

Por otra parte, en Chile la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA); encargó un ”Estudio de Variabilidad Climática en Chile”. En este documento aparecen estimaciones de los cambios de temperatura y precipitaciones que tendría el territorio nacional por efecto del calentamiento global entre 2071 y 2100. Se establece que la temperatura media de Chile podría subir, como lo hemos mencionado, hasta 4 grados y que el mapa de lluvias podría alterarse, afectando la agricultura, la generación energética y el área forestal.

Sintetizando y como podemos apreciar los efectos del Antropoceno se incrementarán en ambos países, afectando los sectores sociales más vulnerables de la población. Pienso que la esperanza, que no debemos perder de vista, a pesar de lo que se avecina en ambos territorios, está en los movimientos sociales y una izquierda anti- capitalista que trabaje de manera organizada y conjunta en la desmitificación y en contra a través de acciones prácticas de la existencia de un crecimiento sostenible y un trabajo en lo económico, político, social y cultural que aborde, vaya creando e implemente urgentemente formas de vida que posean como denominador común el decrecimiento, es decir una disminución regular controlada de la producción económica, con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, pero también entre los propios seres humanos.

Tarea gigante, todo un gran desafío que deberá ser sin dudas urgente para los anticapitalistas y movimientos sociales por mencionarte crecientes y nuevas formas de organización humana.

¿Cómo se relaciona la pasada Crisis Chilota y el Antropoceno?

Si aceptamos que Chiloé es parte de un territorio en donde est’n en juego, como lo hemos señalado en otra ocasión, dos agentes principales en la transformación del planeta que han sido el Estado y el capital, hay una relación directa entre la crisis chilota que tu mencionas y el Antropoceno. Al contexto y los escenarios, presentados en la respuesta anterior, podríamos agregar y de paso denunciar que en el territorio de Chiloé se ha realizado una de las más generosas contribuciones al Antropoceno en Chile. Existe una numerosa y bien documentada información científica, me consta, de uno de los desastres ambientales y sociales más grande de su historia. Recomendamos para corroborar lo señalado revisar los trabajos del destacado biólogo chileno Héctor Kol y colaboradores.

Lo que en un momento en Chiloé, en rigor en el Mar Patagónico Chileno, documentadamente se definió como crísis sanitaria vinculada a la industria salmonera, la pudímos palpar, según visita a terreno que realizáramos con ocasioón del IX Congreso de Antropología Chilena a comienzos de este año 2017. Queda muy evidente el que entre los años 2010- 2012 ha existido tal crisis, y lo que es más grave, que constatáramos, ha sido que ésta no aparece ni apareció al detectarse, reflejada en los discursos del sector empresarial salmonero, y que ni tampoco el Estado chileno adoptó las medidas necesarias Como este ha sido un tema específico de preparativos para inicios de investigación que estamos dispuestos a iniciar con el equipo de Héctor Kol, colaboradores y eventualmente prestigiosos vínculos internacionales en la zona de Chiloé, mi sugerencia en este momento sería el poder dar a conocer mayores antecedentes en un futuro cercano dando a conocer y haciendo publica a la comunidad territorial particularmente y a la opinión pública chilena en general de los objetivos y acciones que tenderán a incluir el borde costero de la zona austral de Chile en una cartografía de rastreo de eventuales efectos antropocenos, enfatizando particularmente la incidencia de actividades antropogénicas de carácter industrial y sus impactos socio-ecológicos, tema importantísimo al que nos involucraremos interdisciplinariamente, por mi parte desde la antropología, en los años venideros.

¿Cómo se relaciona la pasada Crísis de los Incendios que afectó a Chile y el Antropoceno?

Si convenimos que el Antropoceno es un engendro del capitalismo, lo ocurrido en Chile en las primeras semanas de este año con incendios en plantaciones mayoritariamente de pinos y eucaliptos corroboran lo antes dicho. Además muestran la relación entre estos incendios y el afán de ganancia, condición inherente al siniestro sistema económica vigente en Chile, país también llamado laboratorio de pruebas del neoliberalismo.

En este año se han presentado los peores incendios en la historia del país que afectaron a una 600 mil hectáreas. Dichos incendios se desarrollaron en las plantaciones de árboles importados, como señalamos principalmente pino y eucalipto, que han sido sembrados como parte de un gran negocio de empresas forestales. Como recordamos, este negocio se inició en plena dictadura cívico-militar en 1974 y ha consistido en arrasar con las especies nativas, lo que ha reducido la bio-diversidad, uno de los límites planetarios como anteriormente lo hemos mencionado.

Para sustituir las especies nativas se sembraron miles de hectáreas con las dos especies importadas, con el fin de producir madera y celulosa. Tanto el pino como el eucalipto guardan en sus hojas aceites inflamables y mientras la forma del eucalipto fomenta la entrada de vientos, el pino suelta un colchón de acuícolas tan apropiado para prender fuego como el papel de diario. Son los típicos “bosques neoliberales”, cuya especie de arboles son todas idénticas, en los que no se encuentran animales, no se escucha el sonido de un pájaro, son bosques muertos, que cubren miles de hectáreas, un escenario patético.

¿ Es posible que se produzcan nuevas crisis como las vistas en Chiloé, aunque mayores en magnitud y número?

La respuesta es afirmativa, de continuar el régimen económico imperante, así todo lo indica.

Se debe actuar organizada y enérgicamente desde los movimientos sociales, y en lo posible desde las comunidades locales, teniendo en consideración las nuevas y siempre nacientes corrientes de izquierda anti- capitalista para evitar estos aumentos catastróficos y acelerados en la destrucción del territorio.

La probabilidad de nuevas crisis en cualquier lugar se irán acrecentando. Queda también, por ejemplo, el alto riego que particularmente afecta esta zona hoy día. Nos referimos al incremento de prospecciones y consiguiente explotación de riquezas minerales. Capítulo aparte es la construcción del parque eólico en la zona de Mar Brava, un mega proyecto con efectos irreversibles dentro de los límites planetarios.

¿ Son Chile y Argentina “Naciones Muertas” teniendo en cuenta los próximos efectos del Antropoceno?

Si convenimos que “naciones muertas” correspondería a un concepto similar a “tierra muerta”Es decir desertización, degradación de las tierras en zonas secas, debido fundamentalmente al impacto directo o indirecto, principalmente de la puesta en práctica del modo de producción capitalista, bien podemos aseverar que gran parte del territorio de lo que soy hoy Chile y Argentina son tierras muertas. En esta definición, el término tierra incluye el suelo, los recursos hídricos, la superficie de la tierra y la vegetación o las cosechas, mientras que el término degradación implica una reducción de los recursos potenciales.

En ambos países, la desertización ha sido identificada como uno de una serie de procesos que afectan a las tierras secas en todo el mundo. Estos procesos incluyen la erosión por el agua y el viento, junto con la sedimentación producida por ambos agente, la disminución a largo plazo de la diversidad de la vegetación natural y la salinización considerable en la zona del Chaco. Esta región esta siendo invadida por médanos de arena, que son arrastrados por el viento norte, que sopla durante muchos meses del año. Actualmente estos vientos son retenidos por vegetación espinosa, pero si esta desaparece los médanos se pondrán en movimiento y empezarán a cubrir todo el Chaco, con catastróficas consecuencias.

¿Qué debieran hacer los movimientos sociales y la izquierda para comenzar a enfrentar el Antropoceno desde el punto de vista de un problema estratégico, teórico y político fundamental de los partidos de izquierda?

El problema es complejo ya que la significación de “la izquierda,”que debiese ser a mi juicio las izquierdas, debe ser aclarado y permitir a la fuerza de los movimientos sociales permear la actual institucionalidad partidaria y elaborar programas políticos en las que esas unidades puedan reflejar una dinámica de prácticas políticas anti- capitalistas y anti-sistema.

Volviendo a la pregunta, solo te respondo de acuerdo a mi experiencia, lo hago con modestia, ya que hoy mismo me enfrento a una búsqueda en la construcción de puentes o el tejer de redes, si tu lo quieres, para poder colocar los límites planetarios en la agenda política de esos movimientos y grupos sociales anti-capitalistas y anti-sistema, cuestión compleja por, entre otras cosas, la enorme presión y actuación, entre otras cosas, de la retórica imperante a niveles políticos, pertenencia de clase e intereses defendidos por los dueños de los medios de comunicación en el mundo entero, que impiden lisa y llanamente, el siquiera llegar a encontrar en cuantía como desvirtuar los mensajes subliminales que se multiplican, inherentes al pensamiento lineal que impera a nivel global en el planeta.

Como antropólogo concluyo que hemos llegado en este momento de la historia de nuestra especie a postular en esta linealidad de pensamiento existente dos entelequias, como tales inalcanzables; la universalización de la ciencia y el pensamiento resiliente.

Volviendo a la pregunta, pienso que un gran paso se podría dar si lográramos en conjunto politizar el clima. El calentamiento global, la destrucción de la vida en el planeta Tierra son elementos difícilmente comunicables en una justa dimensión y urgencia que la situación actual lo exige. La intención la comparo a tratar de convencer a un fumador empedernido que deje de hacerlo solo confiando en los mensajes dibujados en los paquetes de cigarrillos que muestran muy llamativamente símbolos de muerte que espera a los fumadores como la verdadera solución. Lo mismo ocurre cuando deseamos generar conductas amigables al medio ambiente. Al parecer nada que podamos hacer a titulo personal, sin referente alguno de los social, de lo colectivo, podrá darnos un resultado eficaz. Al parecer, habrá que agotar los intentos, incursionando en un lenguaje adecuado en el inconsciente colectivo obtendremos mejores resultados. Pues bien, ese es un enorme tema y campo de investigación en el que se debe avanzar pero, Podemos anticipar, todo este esfuerzo debe en última instancia generar prácticas políticas que subviertan el orden político actual, de lo contrario tendremos más de lo mismo.

Ahora mismo lo estratégico, teórico y decididamente político será el ir generando, a partir de las nuevas fuerzas que vayan emergiendo y avanzando en nuestro continente, por ejemplo en el campo del eco- feminismo, el feminismo comunitario, el eco-socialismo que ya afortunadamente nos han dado a conocer todo un bagaje de luchas y experiencias. También será menester atender y poner en práctica desafiante la sabiduría de nuestros pueblos originarios del mundo entero. El pensamiento de estos últimos, poco a poco se van imponiendo ante la reticencia de un pensamiento y saber también lineal colonialista, que a regañadientes va admitiendo en Europa, los EEUU y áreas de influencia, una supremacía de una sabiduría que decidida y comprobadamente no emana de Oxford, Cambridge, Stanford, Harvard, o del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que tardará en imponerse, pero llegará para quedarse, todo dependerá si aprendemos la lección, ahora más urgente que nunca, todo un nudo gordiano, de una solución colectiva tan inmensa como nuestro planeta de la que ya conocemos sus causas y efectos y que bien podemos sintetizar hoy día como: ¿capitalismo o planeta?

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