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Araucanía de las resistencias hacia la convergencia: Gobierno empresarial inyecta tanques y tacos para el desarrollo regional cuando lo que se necesita son puentes. Por Marco Silva Cornejo

Piñera arribó a la región de la Araucanía esta semana en el marco de un encuentro empresarial realizado en el centro simbólico y material del capital; el Hotel-casino Dreams. En este contexto de abundancia y opulencia criolla, colona y transnacional dio un mensaje claro a sus pares empresarios mostrando con orgullo las unidades anfibias blindadas (tanques) que su administración entregaba a las policías bajo el mando de su gobierno regional para garantizar la paz y el flujo de mercancías así como también resguardar las preciadas inversiones que traerán el compulsivo progreso que inquieta tanto a nuestro empresario gobernante.

Mientras esto ocurría afuera la lluvia imperturbable anegaba el espacio urbano saturado de contaminación, se suma a esto la caída del puente viejo de Padre las Casas, justo en medio de la presentación oficial del “comando Jungla”. Tropas de elite para reprimir a un grupo de comunidades mapuche y campesinas organizadas que reclaman la usurpación histórica de sus tierras y el desarraigo progresivo de su cultura. Esto que el estado chileno define como pacificación y que Piñera sólo reafirma con su actitud militarizante sobre el conjunto de la región.

Así entre tacos, tanques y anegamientos Piñera y su gobierno empresarial parece no entender nada de las necesidades de la región, sus habitantes y en particular del pueblo mapuche. El deterioro progresivo de la calidad de vida termina asfixiando a la ciudadanía entera de la capital regional que tiene que movilizarse en una ciudad dividida por el rio cautín contando con solo un puente para el desarrollo de la compleja gestión vial de una ciudad que desde antes de esta crisis ya venía presentando serios problemas de congestión. Frente a esta realidad que parece absurda y surrealista la presencia de un gobernante empresario en el casino de la capital regional mostrando juguetes de guerra a los empresarios para garantizar sus inversiones mientras afuera el ciudadano común padece cotidianamente la miseria producida por la desidia de las clases gobernantes durante los últimos treinta años.

Es hora de iniciar las resistencias ciudadanas, la ofensiva social y callejera, organizar el tejido social que nos pertenece y movilizarlo en acciones de repudio a la militarización de las comunidades Mapuche, a la violencia del estado al traer tanques y tacos cuando lo que se necesita son puentes, es hora de que Mapuche y el chileno converjan desde sus precariedades comprendiendo que el enemigo común a todos nuestros malestares es el neoliberalismo encarnado en el gobierno empresarial y flanqueado históricamente por un ejército domesticado al servicio de los intereses de las clases dominantes y el capital transnacionalizado.

Es hora de que nuestro descontento y malestar; las horas de tedio y taco, los pies mojados por calles inundadas, las violencias diarias sumadas a la militarización del territorio sean activamente resistidas por la comunidad organizada. Es hora de que converjan las resistencias en acción política y social de la Araucanía para contagiar a Chile entero.

Marco Silva Cornejo
Mg. Ciencias Sociales Aplicadas UFRO

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