La partición de hecho del territorio de Mali pone de manifiesto la extrema fragilidad de las fronteras africanas, acentuada tras la finalización de la Guerra Fría. En África Occidental tanto como en África Central y Oriental se han instalado verdaderos “sistemas de conflicto”, difusores de la inestabilidad.
La misteriosa explosión del pasado 23 de octubre en la fábrica de armas de Yarmuk, cerca de Jartum, sigue sembrando discordia entre Sudán, sus vecinos y las organizaciones internacionales. Según el centro de investigación suizo Small Arms Survey Center, los edificios destruidos, donde se producían armas ligeras, servían también como depósitos para armas importadas de China. Jartum acusa a Israel ante las Naciones Unidas (ONU) –sin presentar evidencias– de sabotear –e incluso bombardear– el lugar, considerado como el enlace del tráfico con destino a la Franja de Gaza e Irán.
Vasto país de 1,9 millones de kilómetros cuadrados, Sudán enfrenta la rebelión de Darfur en su flanco occidental. Además, desde julio de 2011, perdió una parte de sus territorios en el Sur, que se independizaron con el nombre de Sudán del Sur luego de décadas de guerra civil. A pesar de varios acuerdos sobre el trazado de las fronteras y la distribución de los recursos, ambos Estados están lejos de haber encontrado la paz...
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