¿Por qué la sociedad salarial necesita nuevos esclavos?

El filósofo André Gorz (1923-2007), durante mucho tiempo cercano a Jean-Paul Sartre y cofundador en 1964 de Le Nouvel Observateur, donde analizaba temas de economía con el seudónimo de Michel Bosquet, se fue volcando poco a poco hacia un ecosocialismo del que, con el tiempo, fue uno de los principales teóricos. En 1990, formuló en las columnas de Le Monde Diplomatique una crítica a la ideología del trabajo contemporáneo que años después lo llevaría a pronunciarse a favor de una renta básica.

Desde comienzos de la era moderna, Occidente se ha enfrentado de modo constante a la siguiente pregunta: ¿en qué medida la racionalidad económica es compatible con ese mínimo grado de cohesión social que una sociedad necesita para sobrevivir? La pregunta se plantea hoy desde nuevos aspectos, cada vez con mayor actualidad e intensidad. En efecto, el contraste entre la realidad y el discurso tranquilizador de la ideología dominante resulta sobrecogedor.

En todos los países capitalistas de Europa se produce de tres a cuatro veces más riqueza que hace treinta y cinco años. Esta producción no requiere tres veces más horas de trabajo, sino una cantidad de trabajo mucho más baja...