La prometedora decisión de varios gobiernos latinoamericanos de crear el Banco del Sur, destinado a financiar proyectos de desarrollo regional sin rentabilidad inmediata y a ayudar a los países más atrasados, debe superar una serie de divergencias de puntos de vista entre los socios, que van desde la composición del capital y los métodos de gestión hasta sus objetivos primordiales. La experiencia internacional.
La creación del Banco del Sur (BS) tocó nervios sensibles en actores regionales y extra regionales. Algunos políticos y comentaristas ven al BS como una herramienta de liberación de las tenazas de los organismos financieros internacionales y una llave para la integración y el desarrollo. Para otros es sólo un instrumento del intervencionismo de Hugo Chávez en el Cono Sur.
¿Qué puede llegar a ser, más allá del odio y la fantasía, el Banco del Sur? ¿Qué alcance, qué influencia puede tener en la economía y las finanzas de la región? Y si se constituye un BS con recursos y buenas intenciones, ¿puede ser efectivo si los países que tienen que ponerse de acuerdo en su orientación no tienen un proyecto compartido de desarrollo regional?...
Texto completo en la edición impresa del mes de enero 2008
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