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Avemus reforma: efectos de la aprobación de la reforma de pensiones y otras. Por Hernán García Moresco y José Orellana Yáñez

Se ha escrito y se continuará escribiendo sobre la necesidad de la existencia de acuerdos que permitan nuevos consensos y, si estos, además son vinculantes, el fortalecimiento institucional y democrático, estaría asegurado, sin perjuicio de las voces críticas respecto de los mismos, también legítimas, en un marco de una fortalecida democracia.

Ello es estratégico, siendo la reciente aprobación de la reforma de pensiones una buena síntesis de aquello, cuestión que debería replicarse, con el avanzado tema de la seguridad pública del país, a propósito de la aprobación de la ley que crea el Ministerio con foco en ese tema, sin perjuicio de la molestia de algunos sectores políticos, que buscan un Estado en su más mínima expresión. En otro ámbito, también podría ocurrir lo mismo con la “Condonación del CAE”[i], permitiendo una solución para los cerca de 900 mil personas que lo adeudan y, así otras.

En este contexto ha existido un ambiente de “inquietud” (para decirlo en elegante) de representantes partidarios, opinión pública y medios de comunicación de instalar una suerte de “demora” o ausencia de liderazgos o falta de consenso, entre otras situaciones, cuestión que podría entendérsele como una ansiedad mediática por establecer cuñas y opiniones destempladas, funcionales a impedir la construcción de acuerdos unitarios. A ratos, pareciera que existe más interés en la disputa mediática, en mostrar el “codazo” de un senador a periodistas, que atender a los tiempos políticos de los partidos (nos referimos a la institucionalidad que los rige, la que contempla fechas).

Sin ir más lejos, en igual periodo de tiempo, previo a las elecciones presidenciales del 2021 y, atendiendo a que el contexto social era distinto (COVID-19, Convención constitucional, entre otros), las figuras mejor evaluadas no concretaron todas sus expectativas, quedando, indefectiblemente, en el camino. Por aquellos días JA Kast solo marcaba 3 puntos, Pamela Jiles tenía proyecciones, Joaquín Lavín se le vio por última vez, Daniel Jadue pintaba para bueno, mientras, la oposición del momento, por un lado, logró primarias ante SERVEL (Chile Digno y el Frente Amplio), mientras que el resto de la oposición se auto-engañaba creando primarias no convencionales que no convocaron a mucha/os y solo sirvió de trampolín para una embajada, pues el resultado final fue que la candidata (Yasna Provoste) llegó en 5º lugar. Posición que se alcanza, ante la tozudez del apuro y la negociación pequeña, dividiendo sus respaldos… ¡fueron de vértigo e ingratas esas definiciones!

Por estos días, cuando se afirma que en la centroizquierda no existen candidaturas, pudiéndose ver, de todos modos, nombres de personas con liderazgo y trayectoria para el próximo 29 de junio, como son Vodanovic (Tomás, Paulina), Meo, Carolina Toha, Gonzalo Winter, Jeannette Jara, Vlado Mirosevic, Jaime Mulet, Claudio Orrego y Michelle Bachelet, queda la sensación que existe un “constructo mediático” por mostrar una falta de voluntad, cuando en realidad hay opciones y varias. Cuestión distinta es la popularidad del aquí y el allá. Por lo tanto, es cosa de tiempo y… tiempo hay para los acuerdos óptimos y realistas. En las derechas ocurre algo similar, con sus propios énfasis: JA Kast, Evelyn Mathei, Kaiser (Johannes, Axel), Rodolfo Carter, Franco Parisi, Ximena Rincón, Gaspar Rivas. Pero con una condimento evidenciado y declarado: falta de unidad.

En el descredito imborrable de los partidos políticos comentado permanentemente, anclados a unas u otras candidaturas, las ideas de soluciones inmediatas cobran valor en una sociedad cuya materialidad e individualismo se deben reconocer (somos una sociedad de consumo-consumista). Ello, implica apertura de propuestas progresistas que no solo den cuenta del valor ideológico de izquierdas y su tradición, sino que permita avanzar hacia nuevos espacios de solución a problemas emergentes, junto con los reiterados en la sociedad contemporánea (Igualdad de Género, Cambio Climático…), atrayendo a un electorado demandante de la inmediatez.

Los campos de discusión ideológica ya no están solamente en los territorios físicos (procesos productivos clásicos) sino también en los virtuales; la seguridad ya no es la propiedad material, sino también la propiedad intelectual y simbólica de nuevo cuño; la migración ya es una realidad y debe responderse en la matriz de los derechos humanos, ineludiblemente, utilizando la institucionalidad y mecanismos asertivos y efectivos para su control; los cambios económicos que surgirán en el contexto de la economía global en transición y que tendrán origen en EEUU, y en las reacciones comerciales Chinas, obligan a considerarlos en el presente y futuro inmediato (qué decir de la Inteligencia Artificial), entre otras varias materias más.

En esa línea, las candidaturas presidenciales, ayudan al posicionamiento de ideas o proyectos (programa), que, acompañadas de carisma, capital político traducido en transparencia, confianza, empatía con la ciudadanía, prestigio internacional, permite proyectar un buen arquetipo de candidata/o, funcional ¿a los tiempos actuales y futuros?

Por lo tanto, transitar hacia los consensos vinculantes, comienza en la centroizquierda, con la voluntad de participar unitariamente en primarias (junio, 29), diagramando un programa común que ayude a dar respuestas realistas desde el Estado en alianzas múltiples con la Sociedad Civil a problemas presentes cuyas respuestas son esperadas en el corto plazo. Lo anterior, consensuando una lista parlamentaria única que considere a la/os actuales congresistas en ejercicio reelegibles, más nuevos rostros que refresquen la escena partidaria-ciudadana en el Congreso. Todo ello con un fuerte componente de selección de personas integras y probas.

La virtuosa síntesis entre UNIDAD, IDEA-PROGRAMA y CARISMA, mediada por las técnicas de marketing político, proyectadas hasta con Inteligencia artificial, debiesen ser sensibles ineludiblemente, a los dos datos de realidad ya enunciados más atrás, el anclaje al territorio y también a la sociedad de consumo, en la cual se organiza esta patria tricontinental.

Por ello, las leyes comentadas y la concreción de mejor gestión del CAE en esta opinión, terminan siendo un paso inicial para los consensos necesarios, abriendo la puerta a más rubros y por sobre aquellos que habitualmente la sociedad los prioriza (salud, educación y trabajo) y que su insuficiente atención por parte del Estado, hace que se transformen en “condimento” para el populismo que, ineludiblemente privilegia la individualización y la materialidad de la sociedad. Así entonces, UNIDAD, IDEA-PROGRAMA y CARISMA, más PROBIDAD Y HONESTIDAD son los ejes que deben transitar las candidaturas futuras, exigiéndole a los partidos políticos, lo mismo.


[i] https://fes.mineduc.cl/

Hernán García Moresco, Magister© Ingeniería Informática USACH. Diplomado en Big Data Universidad Católica. Diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública. Universidad de Chile. Licenciado en Educación en Matemática y Computación USACH

 

José Orellana Yáñez, Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Integrante del Centro para el Desarrollo Comunal Padre Hurtado.

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