Benedicto Rivas. Del registro al álbum fotográfico de Cholchol 1910-1940: Veranada Ediciones y Centro de Investigaciones Diego Barros Arana de la Biblioteca Nacional de Chile, primera edición 2024, Editores: Ignacio Helmke Miquel y María Soledad Abarca de la Fuente, Textos de ; María Soledad Abarca de la Fuente (Directora de la Biblioteca Nacional de Chile), Ignacio Helmke Miquel , Margarita Elena Alvarado Pérez, Claudio Alvarado Lincopi, Diseño y producción fotográfica M. Bernardita Brancoli Poblete y Renelda Lepe Leiva, Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, ámbito regional de financiamiento. Convocatoria 2023. Valparaíso y Santiago, 243 páginas.
Recordemos que fue a inicios de la década de 1850, que la fotografía en papel se comienza a popularizar en Chile, compitiendo con el daguerrotipo (que fue inventado por Louis-Jacques-Mandé Daguerre en 1839. Siendo el primer método fotográfico comercializable) cuatro años después llega a Chile con el francés Philogone Daviette, quien realiza las primeras capturas daguerrotípicas en 1843, y debido a la moda en Europa de la clase alta y la burguesía, la fotografía en papel fue ganando fuerza como soporte del retrato fotográfico, acompañados con objetos y escenografías cuya función era dar cuenta del estatus social de las personas retratadas. La fotografía es considerada como el octavo arte, que reside en capturar imágenes a través de una cámara y el uso de la luz. Como registro u/o expresión artística transmite emociones, ideas, pensamientos, reinterpretando la realidad al transformarla en imágenes, que por sí mismas portan mensajes, dejando entrever paradojas o dilemas existenciales, diversos grados de conciencia, provocando empatía, introspección, y/o diversos modos de expresión ante las complejidades en la condición humana. La fotografía suele retratar situaciones de horror (Campos de exterminio nazis o el actual genocidio en la franja de Gaza) y con ello influir en las sensibilidades de época, (Hoy lo son los Barcos balleneros japoneses y caza con arpón o el rey Juan Carlos de Borbón de España cazando elefantes en Botsuana). Esas imágenes como las abuelas argentinas de la plaza de mayo y las fotos en el pecho de sus hijos asesinados en centros de tortura y ellas buscando a sus nietos, o la agrupación de detenidos desaparecidos de Chile, con sus fotografías en rectángulo colgadas al cuello y su: ¿Dónde están?, o cualquier marcha en cualquier parte del mundo y los enfrentamientos con la policía, los miércoles en Buenos Aires, los jubilados, mientras Milei y Bullrich , mandan a los nietos a golpear a sus abuelos. Pero también hay fotografías mimosas con imágenes de tiernos bebes de diversas especies, en especial gatitos y koalas, o paisajes con puesta de sol, en montañas, glaciares o lugares paradisiacos.
El registro de Benedicto Rivas consta de 584 fotografías y desde el año 2016 forma parte de la Biblioteca Nacional, hoy en día bajo resguardo de conservación, digitalización y catalogación, con acceso presencial o remoto, según lo planteado por Soledad Abarca de la Fuente, actual Directora de la BN, quien además nos informa que la adquisición se realiza gracias al investigador Ignacio Helmke Miquel, quién conoció a la Eduardo “Teddy” Rivas , hijo del fotógrafo. Luego hay un texto del propio Ignacio quien nos da cuenta de la historia familiar. La familia Rivas Nuñez se forma a partir del matrimonio de Demetrio Rivas Gonzáles (carpintero que llegó desde El Carmen, cercanías de Chillán, fue encargado de edificaciones tanto de las casas de franceses como de la Misión Anglicana y llego a ser juez Cholchol dedicándose al comercio) su mujer Tránsito Núñez, llegó desde Cañete, tuvieron nueve hijos siendo Benedicto el mayor quien nació en 1893, ,estudió en el colegio americano de Concepción, luego vivió en Carahue trabajando la madera para la firma comercial Valck, en 1918 compra el fundo los carizos y su casa es diseñada por el arquitecto italiano Bernardo Buscaglione Bertini, la construcción la ealizaron padre e hijo (Demetrio y Benedicto Rivas) Obra de alto valor patrimonial, Benedicto se casó con Nellie “Nora” Pratt Coe. Nacida en 1888 en Leeds , Yorkshire, Inglaterra y llegó en 1915 como la primera enfermera a la misión Anglicana de Chonchol, con Benedicto se casó el año 1925 y tuvieron dos hijos , Nora Rivas Pratt (1926)Jorge Eduardo “Teddy” Rivas Pratt (1932) y conservo los recuerdos y los registros fotográficos de su padre, quién entre 1910 y 1940 produjo alrededor de casi 500 registros de su grupo familiar y de su pueblo Cholchol y sus alrededores, la primera etapa en registros familiares y posteriormente se dedicó a rescatar el carácter fronterizo y el entorno rural y los cambios tras la ocupación y colonización de europeos y chilenos, los registros muestran la actividad económica principalmente faenas de campo, terrenos arados, montañas de trigo, el uso del locomóvil, las máquinas trilladoras a vapor y los pocos Fort T que circulaban por la región, el progreso era los motores, por ello la zona fue dramáticamente desforestada, con incendios controlados y descontrolados, total eran territorios indígenas, y era necesario generar el mono cultivo del trigo, luego de más de dos décadas se agotaron los terrenos, y lo que alguna vez fue considerado el granero de América -exportando trigo a diversas partes del mundo-terminó con los suelos fértiles y comenzó la incipiente industria forestal con especies no nativas, y una ganadería incipiente, la producción de trigo fue relevante para el comercio “…interno y externo importante, llevando trigo a lugares distantes como Perú, Argentina, Estados Unidos, Australia, Tahití o Inglaterra”, se instalaron todo tipo de almacenes, cuyos anchos mesones y rusticas repisas, tenían desde grasa para carretas, aperos para bueyes y caballares, municiones, escopetas y carabinas, como también vestidos de diversos usos incluyendo los sombreros y los de fiesta, al igual que delicados perfumes de ultramar, a pesar de la industria, no hubo grandes obras públicas a excepción del puente y caminos de una vía, por ese entonces las mercancías eran preferentemente transportadas en lanchones.
Cabe recordar que la ciudad de Cholchol, “ fue fundada como como fuerte militar en noviembre de 1881 , nada menos que por Gregorio Urrutia Venegas, apodado “El colonizador de la Araucanía”. Urrutía comandó por más de dos décadas las operaciones militares…” (pág. 39) desde entonces violentas, traumáticas y cada cierto tiempo los asesinatos selectivos. “…ya que su fundación sobre las ruinas de la ruka del toki local Painamilla, fue un gesto trágicamente definitivo, que vino a sellar los actos de sofocamiento y represión de la última sublevación de este pueblo en 1881.” (pág. 40). Margarita Alvarado hace un buen recuento de los fotógrafos de época como Cristián Enrique Valck (Hassel 1826-Valdivia 1899) actividad que siguieron desarrollando sus hijos y nietos, sus retratos y paisajes son un buen registro de la zona lacustre, Gustavo Milet Ramirez (Valparaíso 1860-Traiguén 1917) retrató la sociedad local en su estudio, capturo momentos de la colonia alemana en VALDIVIA Y Frutillar y paisajes y acontecimientos del pueblo mapuche. Obder w. Heffer Bisset (Canadá, 1860-Santiago 1945) llegó a Chile en 1886, su obra incluye gran parte del territorio chileno, en especial paisajes y vistas de pueblos y ciudades, retratando fuerte mente la ciudad de Santiago. Estos fotógrafos para muchos desconocidos u olvidados, son la memoria visual de época, con planos frontales, buen encuadre, destacando en algunos casos la fotografía de estudio con telón de fondo, en formatos positivo sobre papel cabinet o carte de visite. En tanto que Benedicto Rivas, acoto su trabajo sólo al albúm familiar y los entornos de su ciudad, su vocación estuvo acotada a los escenarios que habitó y vivió, durante treinta y cinco años como fotógrafo de registro, y sólo regalaba sus fotografías.
En otro apartado del libro Claudio Alvarado Lincopi , historiador y doctor en arquitectura y estudios urbanos, nos dice en relación al trabajo fotográfico de Benedicto “…Sus imágenes son un testimonio visual de la interacción compleja entre el Estado, los intereses económicos locales y la población mapuche en el contexto de “colonialismo de asentamiento”, es decir, una colonización que implicó no solo la extracción de recursos, sino que también la instalación de una nueva geografía social, cultural y económica” (pág. 67). La ley de 4 de diciembre de 1866, establecía que el Estado era propietario de las” tierras baldías” , aquellas que en las que no se había demostrado una posesión efectiva y continua durante un año, y luego se procedía subastar, el artículo 3 de la ley permitía la venta en subasta pública de lotes de hasta quinientas hectáreas, sin especificar cuantos lotes se podían adquirir, junto a lo anterior más las concesiones a los colonizadores, la población mapuche quedó relegada a la miseria de pequeñas parcelas, y en la otra vereda los latifundios que contrataban mano de obra indígena y barata, al tiempo que los grandes terratenientes reforzaban su posición económica con maquinaria y molinos, cuestión que se vio favorecida con la dictadura cívico-militar que limitó los derechos de los pueblos indígenas restringió sus tierras y los sometió a violaciones de derechos humanos. En 1979, el gobierno de Pinochet prohibió el uso comunal de la tierra, limitando a cada persona indígena a seis hectáreas y priorizó el crecimiento económico del sector eléctrico y las forestales por sobre los derechos territoriales del mapuche. La ocupación militar de la Araucanía, sigue hasta el día de hoy, junto a la venta de tierras que condujeron a la división de las comunidades indígenas, a pesar de la nueva política indigenista de 1989. Mientras tanto, en la contingencia internacional, Trump pone aranceles encareciendo su propia economía, al final los impuestos los paga el consumidor, pero como él es un especulador financiero, un vendedor de humo que tendrá que re-organizar su imperio cuando se dé cuenta que el eslogan es;” todos contra Tramp”, mientras tanto en Chile se continúa con la violaciones a los derechos humanos, entre otros, los hacinamientos carcelarios, y de paso seguirnos preguntando: ¿Dónde está Julia Chuñil?.
Hans Schuster, escritor.