Frederick Forsyth es famoso por sus fascinantes descripciones de espías, asesinos, y una variedad de héroes y villanos de la Guerra Fría. Algunos de sus más conocidos trabajos han llegado a ser películas basadas en hechos históricos, como “El Día del Chacal”, “El Archivo Odessa”, “Los Perros de la Guerra”, por mencionar solo algunas.
Sus lectores tienen la expectativa que los protagonistas de esas historias sean representados de la manera que corresponde. Sin embargo, en una de sus más recientes publicaciones, una autobiografía titulada “El Intruso, mi vida en clave de intriga”, él se refiere a eventos reales ocurridos en Chile, y distorsiona gravemente el registro histórico. Forsyth escribe:
“Años después de Berlín, la despiadada DINA, la policía secreta del no tan santo Salvador Allende de Chile, fue transferida sin la menor incidencia al servicio del General Pinochet. Hasta utilizaban las mismas salas de tortura. Lo único que cambió fueron las victimas” (página 144, Penguin Random House Grupo Editorial, 2016, Barcelona).
Con un mínimo esfuerzo de investigación, de fuentes disponibles en Londres, Mr Forsyth habría descubierto que Pinochet fue quien creó la DINA, después de haber derrocado al democráticamente electo Presidente Allende tras un cruento golpe de estado en 1973.
No hubo nada ni siquiera remotamente similar a la DINA bajo el periodo de Allende; no hubo centros de tortura, no hubo desapariciones forzadas, no hubo asesinatos de oponentes políticos, como si los hubo durante la trágica realidad de la dictadura de Pinochet.
En octubre de 2018 Pinochet fue detenido en Londres por Scotland Yard a solicitud de la Justicia Española bajo la acusación de crímenes contra la humanidad, incluyendo desaparecimientos forzados, secuestros, torturas, y asesinatos cometidos en Chile y en el exterior. Entre sus victimas, más allá de varios miles de chilenos, habían ciudadanos de España, Francia, Estados Unidos, Bélgica, Suiza, entre otros países.
Entre sus victimas británicas se contaban Michael Woodward, un sacerdote católico muerto por torturas a bordo del Buque Escuela Esmeralda de la Armada de Chile; William Beausire; y Alejandro Davalos Davidson.
Durante su detención en Londres, los procedimientos judiciales llevados a efecto en la Corte de Bow Street, en Londres, dejaron al descubierto los detalles de muchos de los crímenes cometidos por Pinochet. La Justicia del Reino Unido determinó que se justificaba plenamente el pedido de extradición solicitado por la Justicia de España para que Pinochet fuera juzgado en Madrid. Sin embargo, el entonces Primer Ministro de Inglaterra concedió que Pinochet regresara a Chile tras 504 días de detención en Londres por “motivos de salud” y por su avanzada edad. Pinochet regresó a Chile en marzo de 2000.
Todos los elementos anteriormente mencionados estaban accesibles y disponibles en Londres y Mr Forsyth pudiera facilmente haber revisado el registro judicial de la Corte de Bow Street o la amplísima cobertura periodística que ellos tuvieron, antes de haber escrito el párrafo en cuestión.
No existe registro alguno, ni judicial ni tampoco histórico, que pueda servir de base a la difamación contra el Presidente Allende y la monstruosa distorsión que contiene ese párrafo. Por el contrario, el respeto a los derechos humanos y a la más plena libertad de expresión fueron parte de las bases del gobierno del Presidente Allende al intentar importantes cambios políticos, institucionales, sociales, y culturales dentro de la ley.
Yo no sé si Mr Forsyth ha visitado Chile. Si él lo hiciera, me ofrezco a llevarlo a una visita guiada a la Villa Grimaldi y a la Venda Sexy, dos de los más importantes centros de tortura y de desaparición forzada de personas durante la dictadura de Pinochet, donde Beausire, Ávalos, y yo fuimos llevados y brutalmente torturados. A diferencia de los dos ciudadanos británicos anteriormente mencionados, yo pude sobrevivir.
Habiendo dicho lo anterior, mi invitación a conducir para Mr Forsyth una visita guiada a Villa Grimaldi y a la Venda Sexy está vigente y permanecerá vigente hasta cuando el lo desee.
Y ciertamente espero que en futuras ediciones de su autobiografía Mr Forsyth, escritor y periodista, corrija el párrafo en cuestión, revise sus fuentes y su perspectiva histórica, y sea leal a su máxima:
“… verifique, verifique, y vuelva a verificar, sea riguroso y preciso, respete una absoluta imparcialidad. Entonces, y solo entonces, escriba”
Santiago, Chile, enero de 2025
Pedro Alejandro Matta Lemoine