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Castillos y edificios de arena. Por Luis Carrasco Garrido

Las dunas en el litoral no son simplemente cerros de arena para jugar o escalar. Es posible que estas dunas se hayan formado a través del tiempo y acumulen miles de años de historia, dunas que se han conformado a través de sedimentos transportados o removidos por la acción del viento, cumpliendo así un papel importante en la protección de zonas costeras habitadas y en la mantención del equilibrio ecológico.

Las dunas actúan como una cortina, un muro natural entre el océano y el continente. Se trata de una especie de construcción propia que evita el impacto natural, aminorando los temporales y las crecidas del mar, adicionalmente filtran agua y recargan las napas freáticas. Son el hábitat de plantas y animales; también funcionan como reservorios para proveer de arena a las playas cuando éstas van deteriorándose. Las dunas pueden ser activas e ir cambiando de forma con el tiempo o bien pueden ser estables, gracias a una capa vegetal que impide el desplazamiento de la arena.

Hoy asociamos la construcción de edificios en campo dunar con los socavones.

Un socavón se forma en una duna cuando las capas ya no pueden soportar los sedimentos superficiales que se suspenden sobre el vacío dejado por la erosión. Por lo general, apenas se notan los cambios en la superficie. Un socavón es una cavidad o agujero que se forma en la superficie terrestre, generalmente debido a procesos de erosión, colapso o hundimiento del terreno. Hay varias causas que pueden contribuir a la formación de socavones.

El impacto producido -entre otros motivos- por el cambio climático y la mano del ser humano, produce erosión costera en las playas y en los litorales arenosos, los que presentan disminución, menor presencia y retroceso; por lo tanto, eso limita la construcción sobre dunas.

Al presentarse la reducción de la playa y al afectarse con construcciones masivas, el desarrollo y la dinámica natural que requieren las dunas primarias, se genera un retroceso y una degradación de todos los ecosistemas vinculados al campo dunar. Ello genera un retroceso y disminución de las arenas que deben ser movilizadas por el viento para formar otras dunas.

Construir sobre dunas representa un riesgo para nuestro hábitat: las dunas, al tener una dinámica móvil, no resisten una excesiva carga de construcciones que aplastan y cambian su naturaleza dinámica y su esencia de sistema perfecto.

No sólo los castillos de arena se caen con el devenir del viento. También los edificios construidos con ladrillo y hormigón en dunas de arena, por cuanto no han considerado suficientemente los secretos que entrega la naturaleza.


Luis Carrasco Garrido

Director del Programa de Gestión del Riesgo y Cambio Climático UTEM

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