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Chile actual: sumergidos en un statu quo permanente e intencionado. Por Luis Osorio Olivares

Los hechos y expresiones más recientes no son casuales, sino que obedecen a una forma en que se ha ido construyendo el país, sin que, a lo largo de la historia moderna de Chile, desde 1973 en adelante, se pueda distinguir un hito representativo de haber tomado un rumbo diferente y necesario, cercano a la postergación y a una sociedad de naturaleza injusta.

No creo que 35 años sea un tiempo breve para emprender una transformación sustantiva y duradera, pero no se ha cumplido el requisito fundamental que es el pensar, construir lo diferente y convencerse de la necesidad del cambio, con abandono de los intereses personales y valiéndose de algo que permea la convivencia a todo nivel, como lo es el individualismo exacerbado.

En estos días ha rondado en el ambiente, la esencia de la dictadura ejercida durante el gobierno militar y fraguada desde los años 60, que era en algún momento llegar a aplicar ese método del fin justifica los medios, pariente cercano de la frase en la medida de lo posible.

Los medios, la represión, el terror, las muertes, las torturas, los desaparecimientos de personas y el traspaso del poder a las fuerzas armadas, a la familia militar sobre la cual se hizo una limpieza de aquellos que eran un estorbo.

El fin, diseñar una sociedad a la medida del poder con una clara orientación ideológica radicada en la derecha política, la imposición de un modelo incluyendo en ello las componentes fundamentales de lo que afecta a grandes mayorías, educación, salud, sistema previsional, vivienda, entre otros y siempre en todo esto, un beneplácito fiel a instituciones que son favorecedoras de un signo político que reside en la derecha.

Justificar los medios utilizados, aunque se lleve en el ADN, es un acto provocativo y de inhumanidad, palabras que seguramente se tenían guardadas de siempre y se esperaba la ocasión para hacerlas públicas y que otros hacen eco de estas.

Hay una repercusión de la cual no se habla mucho, por el impacto que tiene la naturaleza de los medios a los cuales se les confiere total validez y respaldo, que son los fines a los que se llega con los medios.

Los fines son la parte medular de la dictadura y determinantes en variados aspectos, su aceptación y prolongación en el tiempo, representa la continuidad de la dictadura; esos fines conseguidos con el uso de los medios utilizados, no reivindican a las víctimas de esos medios, olvidando rápidamente sus luchas por las que cayeron y que someramente en algún homenaje se enaltecen centradas en una sociedad diferente, pero en un muy corto plazo se sigue manteniendo lo estructural y como país, las doctrinas que lo sustentan. Sólo se utiliza los resquicios de la búsqueda de un estado subsidiario o de algunos derechos importantes, pero que no cambian las estructuras.

Por cierto, no se trata de una tarea fácil, pero debería haber sido el trabajo fruto del pensamiento, con todo lo difícil que puede ser el generar todos los elementos de un modelo alternativo y estando consientes de un proceso que tarda un tiempo, pero que nunca se abordó. A estas alturas ya estamos excedidos en el tiempo y con elecciones ad-portas, son temas que ya no interesan y los fines también de esa época en que los medios dieron lugar a ellos, fueron aceptados y a esta altura, se ha pasado más bien por mejoramientos de “modelos de negocios”, con un poder siempre impuesto.

Ya no sólo es tarde, sino que han pasado generaciones que sanamente en dictadura tenían sueños y esperanzas, pero recibieron un portonazo. Se habla de una sociedad más justa, pero eso es un error considerando que en esos términos ya debería existir una base de justicia previa, no la percepción desde lo individual sentir que la interacción social que se tiene puede ser óptima, pero que alcanzan a buenas condiciones de vida para las mayorías.

Plantear estos análisis puede causar molestias en aquellos que han estado ligados a los gobiernos, y con mayor razón en momento en que las agendas de la política están sobrecargadas con temas de “seguridad”, pero en un contexto de historia vivida desde 1990 en adelante, hubo cuatro gobiernos de la concertación en un lapso de 20 años, tiempo suficiente para cambiar lo que fueron los fines justificados en dictadura y sobre los cuales se aceptó la cadena de “en la medida de lo posible”.

El futuro queda supeditado a cualquier cosa, porque la esencia es no haber sabido construir el cambio, y de la frase “el fin justifica los medios”, repudiar los medios, pero aceptar el fin. Este es el Chile del año eleccionario 2025.

23 de abril de 2025

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