Cóncavo & Convexo. Neoliberalismo y Agendas normadas. Una glosa en torno a Nosotros Contra Ellos de Natalia Aruguete.
Si el neoliberalismo es una «economía mediática» indispensable para la gobernanza, hacemos mención a un conjunto de formaciones textuales-discursivas que prefiguran una realidad en estado de mutación. Imágenes, liderazgos rabiosos, industrias del otrocidio, consumos beligerantes, virus visuales y, esencialmente, elecciones que han devenido en “laboratorios naturales”, vindican una trama perturbadora (Aruguete, 2023). Todas estas dimensiones han cedido a la construcción de un orden post-social donde la acumulación de capital hace de la comunicación una mercancía de las temporalidades drómicas.
En suma, la irrupción de los fenómenos políticos (Bolsonaro, Milei, en otro momento Kast) es convergente con el nuevo reparto multimediático, analógico y digital, de producción-circulación y atribución de sentidos. La contemporaneidad post-fordista re-diagrama consensos de plataformas y estrategias de “participación” allende las redes sociales y los entornos volátiles. Entonces, la construcción de agendas normativas (modernas), en un clima de hiper fragmentación y nuevas dinámicas de polarización, podría resultar una tarea perezosa. Según Natalia Aruguete, urge reponer una pregunta liminal, “¿Qué subjetividad social y colectiva queremos construir? Y agrega “Creemos que una nueva agenda [que no es necesariamente la agenda setting] de preocupaciones contribuye a una nueva agenda reticular de la subjetividad, porque no es solamente su construcción, sino también qué cúmulos de valores nos van interpelar” (Buenos Aires, 2023). Más aún, cuando las empresas tecnológicas buscan garantizar “el placer cognitivo de estar habitando un espacio donde nos encontramos con gente que piensa igual que nosotros, porque esas condiciones aumentan los niveles de interacción, lo que también genera una mayor tasa de cliqueo” (2023).
A la sazón, la administración de la simbolicidad que prefiguran las elites regionales dentro de las «democracia audiovisual» se alza en connivencia con los modos enunciativos del capitalismo emocional. Todo bajo una fuerte dosis de economía virtual, donde los progresismos anfibios han escalado velozmente a posiciones conservadoras, estableciendo distintas alianzas de hiper mediatización y vigilancia. En medio del ultraliberalismo, el populismo mediático y el conservadurismo cultural, las tecnologías expresivas del presente (“meme”, fake news, trolls y algoritmos), gozan de un estatuto político que representa un estado de la contingencia (fragmentación) que inviste temporalmente una comunicación “memética”.
Dicho eso, ha tenido lugar la devaluación simbólica de toda imagen de futuro, la comunicación en su sentido más radical nos hace transitar por un «materialismo semiótico» donde migra velozmente un significante tecno-comunicacional compuesto de códigos, nodos, circuitos y flujos. En suma, el imperial dataísmo y sus enjambres. De tal suerte, lo político explota como un «presente sin horizonte» y la realidad solo puede ser concebida como un «orden» centrado en burocracias laxas donde la palabra «futuro» se comporta como el subterfugio de diversos tedios existenciales. A la luz de este diagnóstico caleidoscópico, debemos concebir una subjetividad postsocial (léase líquida, para efectos editoriales) donde reverbera un sujeto plástico, pragmático y ludópata que nos obliga a repensar el nuevo reparto de las subjetivaciones y sus nervaduras. Todo ello migra por oposición a unas anquilosadas identidades modernas, conceptualmente nombradas pero inservibles, típicas de un sujeto ético y disciplinado.
En suma, el futuro se ha tornado brumoso; el fin del programa crítico ya no pasa por el incumplimiento de su promesa, hay que reiterarlo majaderamente, sino porque lisa y llanamente no existe «retrato de futuro». Tampoco es dable la producción de un lenguaje caritativo sensible a las frustraciones de la vida cotidiana. Más que abundar en modernizaciones, como lo pregonan los nostálgicos de la gobernabilidad adaptativa, el quid del problema consiste en analizar la comunicación política desde una nueva epistemología que supere las cogniciones normadas de las subjetividades setting.
Por fin, Natalia Aruguete ha sostenido la necesidad de “repensar el régimen de subjetividades bajo el nuevo ecosistema digital” (2023) y dar una nueva orientación a los estudios de comunicación política. En suma, entender los nuevos procesos de subjetividad como una tarea ineludible de la comunicación crítica.
La autora es Dra. en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Quilmes (UNQUI), magíster en Sociología Económica por la Universidad Nacional de San Martín (IDAES-UNSAM) y profesora visitante del Doctorado en Comunicación UFRO-UACh. Es colaboradora periodística especializada en el diario argentino Página/12 y en Le Monde Diplomatique/Ediciones Cono Sur.
La actividad tendrá lugar el jueves 13 de junio en la Biblioteca Central de la Universidad de la Frontera (18.00 horas, Chi), donde Natalia presentará su última publicación realizada junto a Ernesto Calvo, Nosotros Contra Ellos (Siglo XXI, 2023). Los comentarios estarán a cargo del Director del programa Doctoral, Dr. Carlos del Valle.
Link. Presentación del libro: Ellos contra nosotros. Como trabajan las redes ... / Dra. Natalia Aruguete (youtube.com)
Mauro Salazar J.
Doctorado en Comunicación UFRO-UACh
Universidad de la Frontera
